Tras un largo letargo, dormido a la deriva en algún lugar recóndito del basto espacio, Microsoft de la mano de 343 Industries, despierta al Jefe Maestro en una nueva entrega de la saga insignia de la gran X, resarciéndose de aquellas fatídicas primeras imágenes vistas, mostrando un apartado gráfico muy superior.
“Necesito un arma”
Es lógico suponer que, al tratarse de una franquicia tan longeva, habrá quien piense que llega muy tarde para subirse a esta nave. Nada más lejos de la realidad; 343 Industries es muy consciente de la evolución del medio y de que desde las últimas aventuras del Espartan 117, el Sol ha dado unas cuantas vueltas a nuestro planeta y hay muchos cadetes que han pasado a engrosar la “Legión Gamer”.
Por ello, han planteado un inicio en el que han sabido contentar a los fans con frases míticas como la de este encabezamiento y al mismo tiempo, dosificar la información para que los nuevos jugadores no se vean desbordados por la historia.
Pero todos tendremos la misma sensación: somos un ejército de un solo hombre dispuesto a enfrentarnos a cualquiera que amenace a la humanidad. ¿Solos ante el peligro? Sí en lo jugable, pero no a nivel argumental. Nos acompañan otros personajes a lo largo de las múltiples cinemáticas que salpican todas las misiones del título.
Para los veteranos de la saga: Jamás os haría un spoiler, guiño, guiño. Vosotros me entendéis.
Aterrizamos en un nuevo anillo
Mucho se ha debatido sobre si este Halo Infinite es un mundo abierto o se queda en un “casi abierto”. Bajo mi punto de vista, las dos teorías tienen sentido, ya que es un mapa abierto en cuanto a terreno explorable y desarrollo de misiones secundarias, así como la puerta de entrada a numerosas misiones principales en ubicaciones del mapa tras el suceso de ciertos eventos narrativos. En otras, entramos en instalaciones completamente cerradas a modo de “mazmorra” futurista.
Si esperas que 343 Industries haya seguido la estela de Breath of the Wild y te rete a una exploración total, buscándote la vida para encontrar pistas que te conduzcan llevándote de un lado a otro del mapeado, me temo que te vas a ver decepcionado. Desde el inventario, podemos ver la representación de todo el terreno con los puntos de interés previamente marcados en él y diferenciando qué tipo de misión es cada una con gran claridad.
En cuanto al menú sigue la misma premisa que el mapa, todo muy claro y sin rodeos, pestaña para el escueto desarrollo de habilidades especiales, otra para los objetivos y así sucesivamente para los coleccionables y grabaciones que amplían el LORE.
Lo que no decepciona en absoluto es el diseño de niveles tanto a lo largo y ancho del mundo abierto, así como de cada instalación compartimentada que nos enseña Halo Infinite. Personalmente, he notado que cada plataforma, cada estructura y cada terreno elevado, sea una montaña o una vaguada, está perfectamente diseñada para el uso del ya famosísimo gancho.
El gancho que más he usado en toda mi vida. Antes de empezar esta aventura era para mi inevitable pensar en DOOM Eternal o como no, en la saga Zelda. Pero el uso de esta herramienta va más allá de lo planteado anteriormente; sin darme cuenta me he visto usando el gacho no sólo como un medio de desplazamiento para alcanzar sitios imposibles, sino que la mayoría del tiempo más bien como un imprescindible para abordar los combates contra todo tipo de enemigos, combinando su capacidad de atraer células de energía para lanzar a modo de granada, colocarme un arma que necesito acuciadamente del suelo, de un armero o incluso de chiripa, robándola de manos ajenas. Todo con un frenetismo que te deja bien calentitas las manos.
Dispara primero, pregunta después
Creo que ya estamos todos curtidos como para hablar de “gunplay” a estas alturas cuando nos referimos a las sensaciones que nos deja el disparo en Halo Infinite. Esta saga marcó el devenir de los first person shotter con sus primeros desarrolladores (Bungie) recogiendo el testigo 343 Industries con varias entregas en su haber y es justo decir, que no solo no ha perdido el lustre con el paso de los años, si no que se siente más Halo que alguno de sus predecesores.
La calidad en este aspecto hace de este juego un imprescindible, no sólo por ese indefinible gustito que da disparar cada tipo de arma del arsenal disponible, sino también por la reacción de los impactos en los cuerpos enemigos. El ritmo de los combates y sobre todo una inteligencia artificial que hace del comportamiento de cada unidad adversaria, completamente imprevisible.
Todo ello suma un conjunto que te lleva escalonadamente a ser en cada combate más imaginativo; dejas de pensar si lo que tienes en la cabeza es posible porque el juego demuestra, desde el principio, lo bien depuradas que están las físicas
Una jugabilidad tan exquisita tiene que tener unos efectos de sonido en consonancia y bueno, seguimos en estos estándares de calidad. Sin salir del sonido, con una banda sonora compuesta por Gareth Coker, el mismo que el de Ori para más señas, deshacerse en elogios queda muy corto para el duende que tiene este señor en la cabeza.
Conclusión de Halo Infinite
En infinidad de ocasiones me he metido tanto en la acción que inconscientemente se ha activado en mi mente el modo Berserker, cuando tengo que abordar un análisis de este calibre, me pongo muy en mi papel de evaluador y que Halo Infinite haya conseguido hacerme olvidar esto, es un suma y sigue para decir muy claramente que debes jugar este título.
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de ORO a Halo Infinite
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