El Gobierno de Estados Unidos ha autorizado oficialmente la exportación de aceleradores NVIDIA H200 a clientes chinos, revirtiendo una decisión anterior que bloqueaba cualquier versión completa del hardware. Esta medida supone un cambio estratégico relevante, ya que el Ejecutivo estadounidense considera que el impacto del H200 en el desarrollo tecnológico de China será limitado frente a las soluciones de producción local. Según Bloomberg, la decisión llegó tras un análisis interno del rendimiento del Huawei Ascend 910C, el chip competidor más avanzado dentro del país asiático.
Evaluación técnica del Ascend 910C frente al H200
Las fuentes citadas por Bloomberg indican que funcionarios de la Casa Blanca evaluaron la potencia y la eficiencia de los sistemas CloudMatrix 384, equipados con 384 aceleradores Ascend 910C. Aunque estos chips quedan por detrás del H200 en cómputo y ancho de banda de memoria, un conjunto de esa magnitud sigue representando una capacidad de procesamiento considerable en entornos de IA.
Un miembro anónimo del equipo gubernamental habría afirmado que “la preocupación principal no es el rendimiento actual, sino la rapidez con la que Huawei está logrando escalar su producción doméstica”. Los analistas señalan que China continúa reforzando su cadena de suministro local en semiconductores, y que la autorización a NVIDIA busca equilibrar la presión comercial sin frenar completamente la colaboración tecnológica.
Huawei planea escalar la producción a gran escala
Informes paralelos de Bloomberg y Reuters apuntan a que Huawei, junto con varios socios de fundición, pretende fabricar unas 600.000 unidades del Ascend 910C a lo largo de 2026. Otras fuentes internas advierten incluso de un escenario más ambicioso, en el que la compañía “sería capaz, en 2026, de producir varios millones de aceleradores Ascend 910C”. De confirmarse, esto supondría un avance masivo para el ecosistema de IA chino, que busca independencia frente a proveedores extranjeros.
En respuesta, las autoridades chinas estarían estudiando posibles limitaciones de acceso a los sistemas NVIDIA H200 dentro de su propio mercado, con el fin de proteger la competitividad local y evitar una dependencia excesiva de hardware estadounidense. La medida podría aplicarse mediante licencias controladas o cuotas de importación.
Un delicado equilibrio geopolítico en la era de la IA
El giro estadounidense evidencia un intento de redefinir las fronteras tecnológicas sin desencadenar un aislamiento total. Al permitir la venta de NVIDIA H200, pero manteniendo el veto a las nuevas GPU Blackwell, Washington busca preservar su ventaja en el sector de IA avanzada mientras evalúa la evolución industrial de su rival asiático.
Para NVIDIA, esta aprobación representa una oportunidad temporal para mantener presencia comercial en China, aunque las tensiones sobre el control de chips estratégicos seguirán marcando el ritmo del sector.
Vía: TechPowerUp


















