Intel planea despedir entre 16.000 y 22.000 empleados en fabricación de chips y otras divisiones

Intel planea despedir entre 16.000 y 22.000 empleados en fabricación de chips y otras divisiones

Intel vuelve a ser noticia, y no precisamente por avances tecnológicos. La compañía ha comunicado internamente que recortará entre el 15% y el 20% de los puestos de trabajo relacionados con la fabricación de chips, en un movimiento que podría traducirse en la pérdida de hasta 22.000 empleos. Según la información filtrada a los medios, también se contemplan despidos adicionales en otras divisiones.

Un recorte masivo para «agilizar la estructura»

A través de un correo interno dirigido a sus empleados, Intel ha justificado la decisión como parte de un plan para convertirse en una empresa “más ágil, rápida y eficiente”. También ha señalado su intención de reducir la complejidad organizativa y centrar sus esfuerzos en los ingenieros y las necesidades del cliente.

En diciembre de 2023, Intel contaba con 124.800 empleados. Un año después, en diciembre de 2024, esta cifra ya se había reducido a 108.900. Ahora, con esta nueva oleada de despidos, la plantilla podría descender hasta un mínimo de 86.000 empleados.

El desplome bursátil y la presión sobre la dirección

Estos recortes no llegan de forma aislada. Desde abril de 2021, el valor de las acciones de Intel ha caído casi un 70%, pasando de máximos históricos a poco más de 21 dólares por acción en la actualidad. Tras una ligera recuperación en 2023, la situación ha vuelto a deteriorarse, y los analistas no prevén una mejora a corto plazo.

El nuevo CEO de la compañía, Lip-Bu Tan, ya había anunciado hace unos meses medidas de reestructuración interna. No obstante, no se esperaba un recorte de personal tan agresivo, lo que evidencia el nivel de presión que enfrenta la directiva para reducir costes y garantizar viabilidad futura.

La estrategia de Intel: eficiencia frente a expansión

Intel busca con estos ajustes fortalecer su posición competitiva en un contexto cada vez más complejo, marcado por la competencia de gigantes como AMD, NVIDIA y las fundiciones asiáticas. A pesar de las inversiones en nuevas fábricas y su apuesta por recuperar liderazgo en procesos de fabricación, los costes operativos y la caída bursátil obligan a tomar decisiones drásticas.

El impacto de estos despidos no será inmediato, pero supone un cambio profundo en la estructura de la empresa, que busca ahora eficiencia interna más que expansión a toda costa.

Vía: NotebookCheck

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