Microsoft lleva semanas experimentando con una estrategia para acelerar el Explorador de archivos de Windows 11: la precarga de la aplicación al inicio del sistema. Según las pruebas de Windows Latest, la idea buscaba reducir los tiempos de apertura inicial, aunque los resultados obtenidos revelan mejoras marginales acompañadas de un mayor consumo de memoria RAM.
La compañía reconoció recientemente los problemas de rendimiento del Explorador, una de las aplicaciones esenciales del sistema operativo, y explicó que la precarga tiene como fin ofrecer acceso más rápido al abrir carpetas o directorios. Sin embargo, los resultados reales parecen distar de lo esperado.
Precarga más rápida, pero con el doble de consumo
El análisis de Windows Latest con la versión Insider Preview Build 26220.7271 (KB5070307), disponible en los canales Dev y Beta, muestra que la precarga solo reduce ligeramente los tiempos de inicio. En condiciones normales, el Explorador de archivos utiliza 35 MB de RAM, pero con la precarga activa el consumo aumenta hasta 67,4 MB, casi el doble, debido a los procesos en segundo plano.
La diferencia de velocidad solo se percibe al ralentizar los vídeos de comparación a 0,25×, lo que demuestra que en uso real el beneficio es imperceptible. En consecuencia, la función no logra ofrecer una experiencia más fluida para el usuario común, pese al incremento de recursos empleados.
Persisten los cuellos de botella de la interfaz
Más allá de la carga inicial, las acciones secundarias del Explorador de archivos siguen mostrando retrasos notables, como la apertura del menú contextual o la actualización de vistas en carpetas grandes. Según el informe, estos cuellos de botella provienen de la superposición de elementos WinUI/XAML sobre el núcleo Win32 heredado, lo que genera sobrecarga visual y ralentizaciones.
Algunas optimizaciones cosméticas, como desactivar transparencia y animaciones, pueden dar la sensación de mayor agilidad, pero no solucionan el problema estructural. Los desarrolladores reconocen que el Explorador clásico de Windows 10, basado íntegramente en Win32, ofrecía una respuesta mucho más inmediata sin necesidad de parches de precarga.
Sin mejoras tangibles en el uso cotidiano
En la práctica, la precarga solo aborda una pequeña parte del problema global. Los tiempos de respuesta, la latencia de la interfaz y el uso excesivo de memoria siguen presentes, evidenciando que la estrategia de Microsoft actúa más como parche temporal que como una revisión profunda del subsistema gráfico.
La compañía continuará probando nuevos ajustes en próximas builds Insider, aunque todo apunta a que será necesario replantear el diseño del Explorador si quiere igualar la eficiencia y rapidez de Windows 10.
Vía: TechPowerUp
