La memoria para servidores se ha convertido en el componente más escaso del sector tecnológico. Según un informe de DigiTimes, Samsung y SK Hynix han incrementado de forma retroactiva los precios de los módulos RDIMM DDR5 entre un 40% y un 50%, incluso para contratos firmados en el tercer trimestre de 2025.
Los gigantes coreanos también han reducido las asignaciones confirmadas en un 30%, limitando la capacidad de los hiperescaladores de Estados Unidos y China para ampliar sus infraestructuras de IA y nube. Esto ha llevado a que las principales empresas del sector operen con una tasa efectiva de suministro del 70%, eliminando el margen de seguridad que muchos pensaban tener asegurado.
Aumento drástico de precios y caída del margen
Los fabricantes de módulos como Kingston y ADATA ya pagan 13 $ por chip DDR5 de 16 GB, cuando el precio era de apenas 7 $ hace seis semanas, un incremento que ha borrado por completo los márgenes de beneficio. Esta subida repentina afecta tanto a la producción de servidores empresariales como a estaciones de trabajo de alto rendimiento.
Los OEM más pequeños y los distribuidores de canal afrontan un panorama aún peor: las previsiones apuntan a una cobertura de apenas el 35-40% de sus pedidos durante el primer trimestre de 2026, lo que podría obligarles a recurrir al mercado spot o detener líneas de producción completas.
Incluso la memoria DDR4, ya reducida al 20% de la producción mundial de DRAM, está sufriendo consecuencias. Equipos como switches, routers o set-top boxes, que dependen de DDR4, se enfrentan ahora a largos plazos de entrega, ya que las fábricas priorizan nodos más avanzados.
Un impacto que podría extenderse hasta 2026
De acuerdo con los analistas de TrendForce, esta escasez de DRAM podría prolongarse más allá del ciclo de expansión de los centros de datos previsto para 2026. El equilibrio no llegará por un aumento de capacidad, sino posiblemente por una contracción de la demanda si los precios siguen escalando.
Mientras tanto, el mercado de memoria se encuentra en su punto más tenso en años, y las grandes tecnológicas intentan asegurar contratos de largo plazo para evitar interrupciones críticas. Si la tendencia continúa, el impacto podría trasladarse a portátiles, PCs y servidores empresariales, afectando al coste global del hardware en 2026.
Vía: TechPowerUp


















