En la década de los 90, los survival horror plagaban los catálogos de videojuegos. Desde mansiones que no eran mansiones a pueblos malditos, los juegos de terror pasaron a ser conocidos y admirados por el gran público. Enfrentarnos a Tyrants, monstruos de pesadillas o dinosaurios era una experiencia catártica y, con el tiempo, el género evolucionó, se acercó a la acción en los Triple A y la evitó en los indies.
Echoes of the living viene a recuperar la esencia del género, con sus pros y sus contras.
Lo clásico siempre funciona
Empecemos por los pros, que ocuparán el grueso de estas primeras impresiones. Nos encontramos ante una historia que bien podría ser parte de la trilogía original de Resident Evil. Por un lado, tenemos a Liam, un ex miembro de las fuerzas especiales buscando a su prometida, por el otro, a Laurel, ayudante del jefe de policía en busca de su padre. Si bien la historia no es lo más importante, es curioso cómo se parece, en principio, a Resident Evil 2, aunque los escenarios recuerdan mucho más a la Mansión Spencer. Tampoco os preocupéis, ya que no nos encontramos ante un calco del argumento, o al menos la demo no nos dirige hacia una corporación malvada.
Otro elemento que vuelve desde los 90, son los controles de tanque, prácticamente iguales a los de Resident Evil Remake, algo que se agradece enormemente. Es cierto que a un jugador actual puede resultarle ortopédico, pero es un juego orientado a los que jugamos los survival horror clásicos y los disfrutamos. Si tu referente es más moderno, es posible que no te produzca las mismas sensaciones, aunque sigo recomendando que lo pruebes. Eso sí, la sensación de indefensión del control acompañada de la cámara fija, siempre funciona. Nos encontramos con planos especialmente pensados, que se acercan mucho al personaje para provocar claustrofobia y sí, lo consigue.
¿Medicamentos? ¿Quién los necesita teniendo hierbas verdes, rojas y azules? Eso pensaron los miembros de S.T.A.R.S y eso pensaron Liam y Laurel, porque ya os digo que tampoco se lo plantean mucho antes de usarlas, habiendo leído solo una notita en el baño. Importante el guiño del baño, ya que nos encontraremos una referencia que sacará una sonrisa inmediata a los fans de cierto personaje. De hecho, ha habido dos puntos en los que lo ha conseguido conmigo, tirando mucho de los 90, algo que siempre se agradece.
Los puzles locos para pasearnos por el escenario, que en esta ocasión es un bar, lejos de quedar extraños, gustan. Tenemos que dar vueltas y vueltas para abrir cada puerta, pero lo asumimos porque es, precisamente, a lo que venimos. Eso sí, no nos encontramos ante nada especialmente exigente en este sentido, no es aquí donde encontraremos la dificultad principal del título. Eso sí, es muy agradecido ver que, si haces un puzle opcional, la aventura se te facilita enormemente.
Morir no es una opción, es una obligación
Al inicio de la demo se nos da la posibilidad de seleccionar al personaje. Erróneamente, seleccione a Laurel pensando que sería más fácil con ella, como pasase en el Resident Evil original. No, no lo es, a penas tardé cinco minutos en convertirme en un sandwich. Los zombis de Echoes of the Living son esponjas de balas y, además, es raro encontrártelos de uno en uno. Es dificilísimo esquivarlos, son resistentes y, encima, la munición no sobra. Para cuando llegué al final de la demo ya solo tenía un cuchillo, no demasiado útil.
Aquí es donde el juego alcanza su punto de dificultad, en sus enemigos más simples, y eso es algo especialmente agradable. Si los zombis de la demo ya nos hacen lo que quieren, ¿Qué no harán los enemigos más duros?
Otro detalle importante a tener en cuenta es que, como los survival horror clásicos, no tenemos puntos de control y los guardados están limitados al uso de disquetes, lo que nos hará plantearnos muy bien cuando utilizarlos y cuando no.
Cada disparo cuenta.
Como he comentado antes, la munición escasea y, aunque podamos fabricar nosotros mismos más, tampoco es que regalen la pólvora, así que mejor será pensárnoslo bien antes de utilizarla. Para que el jugador no se frustre, tendrá acceso a armas a melé que, además, funcionan especialmente bien, pero que se desgastarán rápidamente.
Hacia mitad de la demo encontraremos una escopeta, que matará a los zombis de un solo disparo… siempre que están lo suficiente cerca y no le des en las piernas (aunque ver a un zombi arrastrarse mola, así que probadlo, al menos, una vez).
Algo que debemos tener en cuenta es que, si el personaje tiene controles de tanque, se detendrá a la hora de apuntar. Tened muy en cuenta que poneros en posición de apuntado os expone. Personalmente, había olvidado lo que era y no ha sido un reencuentro agradable, aunque no he tardado en acostumbrarme.
Esto se ve demasiado bien
La demo tiene lugar, en su mayoría, en un pub-museo de arte (sí, como lo leéis) lo que nos lleva a ver el diseño más Resident Evil de la historia sin ser parte de la saga. Por momentos, parecerá que estamos en un local que Umbrella utiliza como tapadera para sus maldades.
A nivel gráfico, nos encontramos con una calidad muy similar a la versión remastered del primer Resident Evil, algo que me ha sorprendido para bien, especialmente sabiendo los medios de MoonGlint. Esto tiene un meritazo de los de quitarse el sombrero.
Echoes of the living llegará a Steam durante el primer trimestre de 2024, pero podéis probar ya su demo. Os dejamos con el tráiler: