
La reciente subida de precio de Xbox Game Pass ha generado una fuerte reacción negativa entre los jugadores, pero no todos comparten la misma opinión. David Jaffe, diseñador y creador original de God of War y Twisted Metal, ha explicado en su canal de YouTube por qué seguirá suscrito a Game Pass Ultimate, defendiendo la rentabilidad del servicio incluso con el nuevo precio de 29,99 dólares mensuales.
Game Pass sigue siendo rentable para algunos jugadores
En su vídeo, Jaffe detalla que, pese al aumento, Xbox Game Pass Ultimate le resulta económicamente ventajoso. Calcula que, con las nuevas tarifas anuales de 360 dólares, sigue ahorrando dinero frente a la compra individual de los títulos incluidos en el catálogo.
El desarrollador afirma que, si tuviera que adquirir los juegos que juega habitualmente o planea probar en el futuro, gastaría casi el doble de lo que paga por la suscripción. En su caso, la variedad de títulos y el acceso inmediato justifican el coste adicional, sobre todo al tener en cuenta los lanzamientos de día uno que Microsoft suele incluir en el servicio.
No le preocupa la propiedad digital ni la conservación de juegos
Jaffe también aborda una de las críticas más frecuentes hacia Game Pass: el hecho de que los usuarios no poseen realmente los juegos digitales. Microsoft puede retirar títulos del servicio con apenas unas semanas de aviso, lo que afecta a quienes aún no los han terminado.
Aun así, el diseñador explica que no le preocupa la falta de propiedad, ya que no suele rejugar títulos una vez completados. Además, prefiere evitar llenar su estantería de ediciones físicas, apostando por la comodidad del formato digital y la accesibilidad que ofrece el servicio en consola y PC.
Reacciones críticas entre los jugadores
Las declaraciones de Jaffe no han pasado desapercibidas. En los comentarios de su vídeo, muchos usuarios lo acusan de estar desconectado de la realidad económica de los jugadores promedio. Argumentan que su posición como desarrollador y creador de contenido le permite asumir con más facilidad el incremento de precios, a diferencia de los suscriptores habituales.
Otros destacan que la mayoría de usuarios no aprovechan todo el catálogo ni tienen tiempo para jugar a decenas de títulos al año, lo que reduce la rentabilidad real de la suscripción.
Un debate que se extiende más allá de Xbox
El descontento no se limita a Microsoft. Sony también ha incrementado los precios de PlayStation Plus, con su plan más caro alcanzando 160 dólares anuales, aunque con menos títulos AAA disponibles respecto al catálogo de Game Pass.
La discusión sobre el modelo de suscripción, la propiedad digital y el coste de acceso a los videojuegos sigue abierta, y la postura de figuras como Jaffe añade una perspectiva distinta en medio de una comunidad dividida por los continuos cambios de precio en la industria.
Vía: NotebookCheck