Análisis de Wo Long: Fallen Dynasty, el souls de los tres reinos

Portada Wo Long: Fallen Dynasty

Cuando llegó la oportunidad de analizar Wo Long: Fallen Dynasty, en su versión definitiva y completa, decidí que era el momento perfecto para sí la veterana desarrolladora sigue creando buenos juegos casi 30 años después de su fundación. Team Ninja es una desarrolladora que siempre me ha provocado curiosidad. Nunca he entrado a ninguno de sus juegos, pero siempre me ha llamado la atención los títulos que salían al mercado. 

Pero es cierto que también me provoca curiosidad esta compañía por el ritmo de juegos que lleva. Team Ninja va básicamente a juego por año. Nioh 2, Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin, Wo Long: Fallen Dynasty y Rise of the Rosin (que sale el mes que viene) has salido en los últimos 4 años. De hecho Wo Long: Fallen Dynasty ya salió el pasado 2023, pero ahora ha llegado en una versión definitiva que incluye sus tres DLC con contenido de sobra para cualquier fan del género. ¿Se nota en la calidad de los juegos el ritmo de producción, o Team Ninja ha dado con la clave para ofrecer cantidad y calidad?

La guerra de los tres reinos

La historia nos sitúa en una especie de precuela a la guerra de los tres reinos. Si estáis interesados por la historia china o habéis jugado a uno de los numerosos musou de la saga Dynasty Warriors os sonarán la gran mayoría de los personajes. Obviamente no nos encontramos ante una historia históricamente correcta, y los elementos sobrenaturales y mágicos son los que mueven la trama y se llevan el protagonismo.

Hablando de protagonismo, nuestro personaje es un miembro de la milicia cuyo poblado es asediado por la rebelión de los turbantes amarillos. Aunque en un primer momento parece que vamos a morir, un joven ciego nos salva con una especie de amuleto y nos guía por la invasión buscando acabar con sus líderes, los tres hermanos Zhang. Aunque conseguimos acabar con uno de ellos, la cosa se complica, perdemos a nuestro amigo y nos toca acabar con la rebelión y liberar al chico ciego, que resulta ser un poderoso espíritu.

La historia a partir de aquí no para de complicarse con más personajes, giros, poderes mágicos y muchos más elementos. No es nada revolucionario, pero si eres fan de la ambientación encontrarás la narrativa y a los personajes de lo más interesante.

Análisis de Wo Long: Fallen Dynasty, el souls de los tres reinos

La historia nos presenta a personajes bastante reconocibles

Un combate completo

Pero si entras a Wo Long: Fallen Dynasty seguramente sea por su jugabilidad. Existe mucho debate en si llamar a los juegos de Team Ninja un “soulslike”, pero a mis ojos al menos cumple suficientes parecidos para hacer la similitud. Los jefes hacen muchísimo daño, tenemos puntos de descanso que respawnean a los enemigos y morir es un paso más del proceso de aprendizaje.

A la hora de movimientos, contamos con las opciones básicas (golpe débil, fuerte, esquive y parry) y algunas más complejas (como ataques especiales, magia y el uso de bestias divinas, invocaciones muy poderosas de uso limitado). La gracia de este sistema de combate es que todo gira en torno a hacer parry, como suele ser marca de la casa en Team Ninja.

Captura del combate de Wo Long: Fallen Dynasty

Los aliados ayudan mucho en los combates, aunque si no se incorporan por la historia, es necesario cierto material para llamarlos

La motivación para usar este movimiento viene gracias a su vez de la mecánica que sustenta a todo el combate: el espíritu.

La fuerza del espíritu

Tanto nosotros, como nuestros aliados como cualquier enemigo, sea normal o un jefe, tiene una barra de espiritu. Acertar golpes, y hacer parries sube ese espiritu. En cambio defenderse, hacer un ataque fuerte, usar magia y fallar un parry cuestan espíritu.

Cuando un personaje tiene esta barra al mínimo sufre un aturdimiento. En el caso de los enemigos, esto significa que podemos realizar un remate especial que quita muchísima vida. En el caso de que seamos nosotros quienes se quedan sin espíritu, lo mismo ocurrirá: nos quedaremos quietos en el sitio esperando a que el rival nos de un golpe completamente gratuito.

Captura de combate contra jefe en un ataque especial

Los ataques de remate contra jefes son espectaculares, además de quitar una gran cantidad de vida

Esta mecánica cobra incluso más importancia contra los jefes. Nuestros ataques normales apenas se notan en la barra de vida enemiga, por lo que la forma principal de acabar con estos enemigos serán los remates que realizamos cuando acabamos con la barra de espíritu rival.

El arte del parry

Quizás ya habéis deducido porque el parry es la acción principal del combate. Previene el daño, perjudica el espíritu rival y mejora el nuestro. El único motivo por el que usar el bloqueo frente a esta opción es que es más inmediato que un parry (y obviamente no requiere coordinarlo), aunque implica perder espíritu.

Me gusta este sistema porque no eclipsa nuestro resto de movimientos. Incluso el bloqueo, aunque como he dicho es mucho más situacional, tiene utilidad. Los hechizos tienen funciones tanto ofensivas como defensivas e incluso un sistema elemental que permite que se cancelen entre sí. Los ataques ligeros contra jefes sirven para diezmar poco a poco la vida del enemigo mientras rellenamos espíritu, y los ataques especiales otorgan bastante daño espiritual. El parry es la espina dorsal del combate, pero el resto de acciones actúan como los músculos del cuerpo.

Por último, los enemigos tienen también una variedad decentes de ataques, en especial los jefes. Todos los enemigos cuentan además con “golpes críticos”, que son aquellos donde brillan de color rojo y que nos harán gran daño si no esquivamos o le hacemos parry, ya que son imbloqueables. El punto bueno es que si conseguimos desviarlo, tenemos la oportunidad de hacer mucho daño de vuelta, el clásico riesgo contra recompensa.

El dilema moral

Ahora bien, si el espíritu me ha sorprendido gratamente, hay otra mecánica que ha hecho que mi experiencia haya rozado el apagar la consola enfadado: la moral. 

La moral es un número mágico que indica nuestra fuerza y la de los enemigos. No, no es nuestro nivel, eso es otro número. La moral influye en el daño que recibimos y hacemos, y se nota muchísimo. Llega al punto de que, con un nivel mayor al recomendado en el mapa y equipamiento mejorado, los jefes de moral 15 me quitaban la mitad de la barra de vida de un golpe normal estando a un nivel de moral de 9. No hacer un parry a un golpe crítico de un jefe implicaba la muerte instantánea.

Captura del equipo

Pese a todas las opciones del equipo, la moral juega un papel mucho mayor en nuestras estadísticas

¿Y cómo se consigue esta moral? Fácil: derrotando enemigos que hay por el mapa. A través de la ruta del nivel (porque el nivel de moral se reinicia en cada nivel) alcanzaremos fácilmente el nivel de moral que suele tener el jefe. Parece un sistema sencillo, pero tiene una gran pega: nuestro nivel de moral se resetea al morir.

Eso es, si mueres contra el jefe (que es lo normal la primera vez hasta que aprendes sus ataques) tu moral baja y tu siguiente enfrentamiento será mucho, mucho, más difícil, siendo un castigo muy severo. ¿Pero tiene que haber una forma de recuperar esa moral, no?

La exploración y la conquista

La respuesta corta es sí. La respuesta larga es que si queremos mantener un nivel alto de moral toca explorar el nivel entero. A lo largo del mapa encontraremos los puntos de descanso (equilavente a las hogueras de los souls) y pequeños puntos donde clavar una bandera. Por cada uno de ellos, nuestro nivel de fortificación aumenta, que viene a ser el nivel mínimo de nuestra moral.

Así, si completamos un mapa al 100% nuestra moral al morir puede ser la misma o incluso más alta que la del jefe. Puede parecer una solución buena, pero en mi experiencia contiene dos fallos.

Captura donde se el jugador se hace con uno de los puestos que sube el nivel de fortificación de ese mapa

Explorar es obligatorio si queremos tener una oportunidad contra los jefes

El primero de ellos es que exigir al jugador explorar para tener una oportunidad más justa se siente mal. Pese a que me gusta ver que tiene para ofrecer un mapa, me suelo dejar llevar más y explorar algún camino secundario, pero buscar todo se me hace tedioso y repetitivo. En especial cuando comparas las peleas contra enemigos normales, bastante normales, contra la de los jefes, llenas de tensión constante.

El segundo es que los niveles en Wo Long: Fallen Dynasty pueden llegar a ser confusos. Sí, una vez lo has recorrido puedes hacerte un mapa mental, pero los escenarios, aunque preciosos, no ayudan a orientarte

Muchas matemáticas pero poco impacto

Para rematar, esta exploración tampoco contiene demasiados beneficios. Es imposible estar cinco minutos sin encontrar una pieza de arma o armadura nueva, por lo que explorar para conseguir equipo nuevo nunca es una razón. Los objetos abundan también, y fuera de obtener usos máximos de nuestras pociones, el resto de ítems son algo más anecdóticos (siendo el más útil el elixir, que aumenta temporalmente tu moral).

Por otro lado tenemos los stats. Tanto nuestro equipamiento como nuestras estadísticas al subir de nivel nos aportan ciertos números que cualquiera pensaría que son relevantes. Podemos invertir cada nivel en uno de los cinco elementos: madera, fuego, agua, metal y tierra. Cada uno de ellos aporta algo diferente, y aquí parece que podemos llegar a tener una build muy personalizable. Si no fuera porque la moral es quien dicta de verdad nuestra fuerza.

Captura del menú de magias de Wo Long: Fallen Dynasty

La magia se siente útil y es divertido experimentar con los diferentes hechizos

Aún así, existen muchos tipos de armas diferentes y los árboles de hechizos son bastante amplios. Así que aunque los números de nuestra build no parecen influir mucho, el moveset que elijamos si que se puede adaptar a nosotros y significar la diferencia entre ganar o perder. En especial con los DLC que incluye esta versión, que otorgan incluso más tipos de armas y bestias divinas.

Contenido bruto

Wo Long: Fallen Dynasty es un videojuego con fallos, pero para compensarlo a cambio tiene una cantidad de contenido ridículo.

Sin contar los DLC es fácil que su historia te ocupe 30 horas. Aunque al principio puede parecer que el final es muy cercano, la historia sabe dar los suficientes giros para que todo se complique y tengamos que seguir con nuestra aventura. Además, como la moral casi nos fuerza a explorar los niveles, por lo que a no ser que busquemos un desafío bastante complicado, completaremos una buena parte del juego de forma natural.

Contando con todo el contenido de los DLC, esto se expande incluso más, ofreciendo una experiencia de lo más completa a cualquier persona fan del género, si sabe aceptar sus mecánicas y no le importa como esta construido su sistema de moral. A mi personalmente es algo que ha empañado mucho mi experiencia, pero comprendo que viene más desde el enfoque de como me gusta a mi completar juegos, y no tanto de un fallo que cualquier persona que lo juegue sufrirá.

En definitiva, Wo Long: Fallen Dynasty, pese a sus aristas, ofrece un interesante mundo y un desafiante combate. Siempre que sepas a lo que vas a entrar, dudo que sea un juego que te decepcione, pero no es para todo el mundo.

Agradecemos a KOEI Tecmo Europe la confianza depositada en nosotros al cedernos Bandle Tale: a League of Legends Story para su análisis en PlayStation 4.

Fanáticos del Hardware otorga la medalla de PLATA a Wo Long: Fallen Dynasty

 

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