La necesidad que tiene nuestra sociedad de la tecnología ha sido una de las lecciones que podemos sacar de la crisis del coronavirus. El auge de todo tipo de servicios y soluciones nos ha permitido mantenernos conectados y productivos, de tal forma que ha sido la única manera de evitar que la economía se quedase 100% paralizada. Esta valiosa lección está haciendo que las empresas, por fin, se tomen en serio la transformación digital y eso provocará una nueva explosión en la demanda de talento en el sector de las TIC, caracterizado históricamente por la escasez de profesionales y la dificultad de las empresas por captarlos.
De hecho, en esta “nueva realidad” tras los confinamientos producidos por la pandemia de la COVID-19, las TIC han sido capaz de mantenerse como uno de los sectores con mayor demanda de profesionales por encima de las 9.000 vacantes durante el segundo mes de confinamiento. Una tendencia a la que tendrán que hacer frente las compañías para que los profesionales renueven cada día su compromiso con la empresa, con el equipo y con el proyecto profesional que se les plantea, resistiendo las tentaciones de un mercado que se presenta cada vez más competitivo.
“La “nueva normalidad” y los hábitos que estamos desarrollando como consumidores (pedidos a domicilio, citas previas, ocio en casa o en grupos reducidos, experiencias presenciales más restringidas) adivinan una oleada en la demanda de talento TIC en los próximos meses”, apunta Juan Martínez, Director de Cultura y Desarrollo de Personas en atSistemas. “Esta super digitalización empresarial empuja a que quien quiera ofrecer su producto o servicio haya de tener presencia obligatoriamente en los canales digitales, web, APP, con transaccionalidad (eCommerce) o al menos explotar el canal online para llegar a su potencial consumidor.”
atSistemas, empresa de consultoría tecnológica 100% española, que cuenta con casi 1.500 profesionales en España ha analizado cuáles son estas buenas prácticas que permitirán a las empresas fidelizar o captar perfiles TIC en la “nueva normalidad” del sector.
- Nuevos modelos de bienestar basados en la salud. El bienestar en los entornos laborales ya era uno de los objetivos más valorados por los profesionales del sector antes de la crisis, pero ahora los departamentos de gestión de personas deben trabajar en nuevos modelos de confianza y compromiso basados en la salud. Además de las medidas de escucha y acompañamiento de las personas, el papel que realizan los equipos de Prevención de Riesgos Laborales será más que nunca imprescindible. En un contexto en el que las medidas de higiene y sanitarias son fundamentales, toda acción que lleven a cabo para prevenir y preservar la salud será percibida como garantía para las personas. Esto es algo que posiblemente era poco observado con anterioridad y que en la “nueva normalidad” pasará a ser muy valorado por parte de empleados y potenciales candidatos. En este sentido las compañías ponen en marcha programas corporativos de salud y bienestar para los trabajadores con programas de acciones de difusión de hábitos saludables, talleres para una mejor actividad física o apps de seguimiento.
- Líderes resilientes frente a la incertidumbre. En tiempos de incertidumbre las personas mirarán más hacía los líderes buscando certidumbre y guía hacia un destino que aporte certezas. Los líderes van a marcar la diferencia tanto en fidelizar el talento TIC como en atraerlo, porque gran parte de la experiencia de un empleado pasa por su interacción con sus líderes, y los líderes son uno de los canales por los que se transmite el “lenguaje de las organizaciones”, evidenciando si somos fieles a nuestra cultura, o no. Aquellos líderes que quieran lograr el éxito en la “nueva normalidad” deberán ser fundamentalmente resilientes y exhibir habilidades muy humanas, como la humildad y la honestidad, compatibles con la comunicación y una toma de decisiones ágil en la que va a requerir de escuchar a los equipos en busca de información, además de saber delegar. En un contexto que se prevé de trabajo remoto y equipos deslocalizados, la supervisión será más difícil y el “micromanagement” no será aconsejable ya que tiende a minar la confianza en los equipos.
- Modelos de carrera y formación adaptativos. La pregunta más frecuente de un potencial candidato es acerca de las posibilidades de desarrollo profesional en el puesto. En esta nueva situación los profesionales TIC valorarán modelos de carrera y formación adaptativos, en los que puedan escoger la velocidad en su desarrollo, tengan recursos formativos a su disposición, puedan consumirlos bajo demanda, y sean sociales y experienciales en todo lo que se pueda, donde un meetup y la interacción con otros perfiles afines o improvisar un laboratorio entre varios le pueda aportar mucho más que una formación formal.
- “Workforce” flexible. Las empresas necesitan comenzar a trabajar un planteamiento de flexibilidad en el que las propias medidas sanitarias sean compatibles con un porcentaje mayor de teletrabajo y un calendario de asistencia a los puestos de trabajo en la oficina. Los avances en este sentido, tanto en las organizaciones que consumen servicios TIC como las consultoras que los prestan, serán un elemento muy valorado.
La práctica consistirá en una tendencia hacia la fuerza de trabajo (workforce) líquida, donde los modelos de contratación evolucionen hacia contrataciones basadas en proyecto, con un fuerte componente de teletrabajo y la necesidad de entornos colaborativos con maneras de trabajar ultraeficientes (Lean). Esta realidad cambiará radicalmente las relaciones laborales en este segmento específico de la fuerza laboral.
En este contexto, las organizaciones deben avanzar hacia un nuevo entorno más colaborativo, basado en equipos que permitan la gestión del conocimiento, con líderes que actúan como referentes en el desarrollo de sus equipos, avalados por un plan estratégico de desarrollo organizacional. Acompañar a las personas en su crecimiento y darles los recursos para ello en un marco de trabajo que permita la conciliación y flexibilidad, es la clave actual en la propuesta de valor de cualquier compañía para la captación y fidelización de su talento TIC.