Microsoft prepara una profunda optimización de Windows 11 para mejorar el rendimiento en juegos

Microsoft prepara una profunda optimización de Windows 11 para mejorar el rendimiento en juegos

La firma ha presentado un conjunto de mejoras internas en Windows 11 centradas en optimizar la gestión de CPU, GPU, energía y controladores, con el objetivo de ofrecer un comportamiento más estable en escenarios de juego. El análisis de Microsoft señala que gran parte de las irregularidades en frame times, la latencia variable o los picos de uso provienen de asignaciones incorrectas de hilos de ejecución y de cómo el sistema maneja cargas de trabajo mixtas en segundo plano. El rediseño busca adaptar Windows 11 a la realidad de los procesadores híbridos, donde los P-Core y E-Core deben recibir tareas específicas de forma más coherente.

La intención es mitigar situaciones en las que un juego pierde rendimiento por ser trasladado a núcleos de eficiencia, o cuando procesos secundarios activan tareas en momentos sensibles. Microsoft apunta a un sistema más predecible, con reparto de carga constante y menos fluctuaciones en la entrega de fotogramas.

CPU híbrida y planificador revisado

Microsoft reconoce que muchos problemas de rendimiento inconsistente proceden de decisiones erróneas del planificador en CPUs híbridas. Windows 11 ajustará la lógica responsable de asignar hilos, reforzando la prioridad de los procesos críticos en los núcleos de alto rendimiento, mientras que las tareas de fondo pasarán a núcleos de eficiencia con mayor rigor.

El objetivo es evitar caídas súbitas en disponibilidad de CPU, uno de los factores que más afectan a la estabilidad de los frame times en títulos exigentes. La compañía prevé mejoras especialmente notables en escenarios donde el planificador cometía cambios bruscos de asignación durante momentos de carga compleja.

Nuevo subsistema gráfico y control reforzado sobre controladores

Microsoft también está renovando la interacción del sistema operativo con las tarjetas gráficas, desde el modelo de controlador de pantalla hasta la gestión de las colas de comandos. La firma identifica que muchos episodios de stuttering, reducciones intermitentes de frecuencia o caídas de utilización de GPU se deben a discrepancias entre el comportamiento de los controladores y la lógica interna del sistema.

Las próximas actualizaciones del subsistema gráfico establecerán un control más estable sobre la ejecución de tareas, evitando que la actividad en segundo plano interfiera de forma no intencionada en el renderizado. Esto debería traducirse en menor latencia, más coherencia en la carga gráfica y una reducción de los tirones en juegos sensibles a variaciones mínimas de tiempo.

Microsoft reforzará además la colaboración con los fabricantes de GPU, creando rutas diagnósticas más claras y alineando decisiones de controladores con las reglas internas de programación del sistema operativo para evitar conflictos de prioridad o de gestión energética.

Gestión energética más inteligente y mejoras a largo plazo

Windows 11 incorporará un sistema de gestión de energía más eficiente, diseñado para evitar picos innecesarios y mantener un rendimiento sostenido sin forzar el hardware a estados de potencia máximos cuando no es imprescindible. En portátiles gaming, este enfoque puede reducir casos de thermal throttling y mejorar la estabilidad durante sesiones prolongadas.

Microsoft considera este ciclo de cambios como una transición desde parches reactivos hacia una modernización completa de cómo Windows coordina CPU, GPU, controladores y energía, con la intención de convertir el sistema en una plataforma más fiable para el jugador. Si las mejoras funcionan como describe la compañía, los usuarios deberían notar menos anomalías de rendimiento, latencias más estables y una entrega de fotogramas más uniforme en una amplia variedad de configuraciones.

Vía: Guru3D

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