Microsoft ha lanzado la última actualización de Windows 11 correspondiente a 2025. Aunque no introduce cambios visibles en la interfaz, el parche resulta especialmente relevante para los usuarios de tarjetas gráficas AMD Radeon, ya que soluciona problemas de estabilidad y reinicios del controlador gráfico detectados en distintos juegos DirectX 12.
Durante los últimos meses, muchos sistemas con GPUs Radeon habían sufrido cuelgues intermitentes, bloqueos y reinicios del driver, afectando a títulos modernos y configuraciones de alto rendimiento.
Ajustes profundos en el núcleo gráfico de Windows
El parche interviene directamente sobre el núcleo gráfico de Windows, que gestiona la planificación de cargas GPU y la recuperación ante fallos. En compilaciones anteriores, las colas de cómputo intensivo podían interferir con tareas shader exigentes, provocando bloqueos prolongados.
Cuando la GPU no respondía con la rapidez esperada, el sistema ejecutaba un reinicio del controlador gráfico, interrumpiendo el juego y devolviendo al usuario al escritorio. Con esta actualización, el planificador distribuye las tareas de manera más equilibrada y detecta antes las operaciones lentas, reduciendo de forma significativa los cuelgues y tiempos de espera.
Impacto en juegos DirectX 12
Las mejoras se notan de inmediato en varios títulos recientes. Battlefield 6 experimentaba bloqueos en escenas submarinas con efectos de partículas complejos, Call of Duty: Black Ops 7 sufría reinicios durante transiciones entre secuencias y ARC Raiders mostraba congelaciones al cargar texturas.
Estos errores no se debían directamente a los juegos, sino al modo en que Windows gestionaba la recuperación del controlador gráfico. Con el nuevo parche, el sistema aísla los fallos puntuales y evita que un error menor interrumpa todo el proceso de renderizado.
Mejor detección y recuperación de fallos
La actualización también introduce un sistema de detección más preciso de operaciones shader defectuosas, capaz de contener los fallos antes de que afecten al resto del pipeline. En lugar de bloquear toda la sesión de renderizado, Windows 11 ahora recupera únicamente las operaciones dañadas, algo clave para motores que dependen de cómputo asíncrono o planificación multi-cola.
No hay cambios en la interfaz ni en las funciones de IA del sistema operativo, pero la actualización sienta las bases para los nuevos controladores AMD Radeon previstos para 2026.
Un parche discreto, pero crucial
Las primeras pruebas apuntan a una reducción clara de microparones y bloqueos GPU en sesiones de juego prolongadas. Aunque no se trata de una actualización llamativa, corrige un problema de fondo que afectaba directamente a la fiabilidad del rendimiento en Radeon.
Para quienes juegan a títulos modernos bajo DirectX 12, este parche supone una mejora tangible en estabilidad, fluidez y respuesta del sistema, reforzando la cooperación entre Windows 11 y el hardware de AMD más reciente.
Vía: Guru3D




















