Tras el fin oficial del soporte de Windows 10, Japón está experimentando un fenómeno inesperado: un repunte en la demanda de unidades Blu-ray y DVD. La transición masiva hacia PCs con Windows 11 ha revelado una tendencia clara: los nuevos equipos rara vez incluyen lectores ópticos, lo que ha reavivado el interés por estos dispositivos en un país que aún valora profundamente los formatos físicos.
La vuelta de los discos en la era digital
En zonas como el distrito de Akihabara en Tokio, varios minoristas informan que las unidades ópticas se están agotando más rápido de lo que pueden reponerlas. Las unidades internas Blu-ray BD-R son las más buscadas, aunque cada vez son más difíciles de instalar, ya que los chasis modernos de PC rara vez incluyen bahías de 5,25 pulgadas.
Los usuarios japoneses valoran estos modelos por su velocidad, durabilidad y fiabilidad, pese a que su montaje puede ser más complejo. En cambio, las unidades externas USB se instalan con facilidad, pero son criticadas por su menor rendimiento y fragilidad, especialmente entre quienes hacen un uso frecuente.
Cultura del coleccionismo físico
A diferencia de otros mercados donde domina el consumo digital, Japón sigue apostando por el formato físico. Desde álbumes de J-pop y ediciones coleccionistas de anime, hasta videojuegos o películas, los consumidores japoneses prefieren tener una copia tangible.
Este hábito no solo responde a la nostalgia, sino a una percepción de calidad y permanencia. En la cultura japonesa, poseer el producto físico es una forma de mostrar apoyo al artista y conservar una pieza con valor sentimental y estético.
Analistas locales señalan que el salto a Windows 11 ha recordado a muchos usuarios la importancia de seguir accediendo a su colección de discos ópticos. Para muchos, es un tema de practicidad y seguridad digital, en un mundo donde los servicios en la nube pueden desaparecer sin previo aviso.
Un resurgir inesperado para la industria
Este renacimiento de las unidades Blu-ray y DVD está provocando un aumento de precios y escasez temporal en tiendas físicas y online. Algunos fabricantes estudian incluso relanzar modelos modernizados, adaptados a equipos actuales con menor espacio interno.
Mientras el resto del mundo apuesta por el almacenamiento digital y el streaming, Japón reafirma su vínculo con lo tangible, defendiendo la permanencia de los formatos físicos. En definitiva, poseer un disco no es un gesto anticuado, sino una forma de conservar la cultura y el valor material del entretenimiento.
Vía: Guru3D
