Intel perfila Razer Lake y Hammer Lake más allá de Nova Lake

Intel perfila Razer Lake y Hammer Lake más allá de Nova Lake

El horizonte del sector de CPU de escritorio empieza a extenderse más allá de la próxima gran oleada de lanzamientos. Aunque AMD e Intel preparan la llegada de Zen 6 y Nova Lake para finales de 2026, nuevas filtraciones ya apuntan a arquitecturas posteriores, anticipando la estrategia de ambas compañías a medio y largo plazo.

Tras las informaciones recientes sobre Zen 8 y Zen 9, el foco se desplaza ahora a Intel. El conocido canal RedGamingTech ha publicado un informe detallado que adelanta datos sobre las arquitecturas Razer Lake, Titan Lake y Hammer Lake, tanto para escritorio como para portátiles. Estas filtraciones dibujan una hoja de ruta ambiciosa, con cambios profundos en el enfoque de núcleos y en la evolución del rendimiento.

Razer Lake: continuidad en configuración, salto en arquitectura

Según la información compartida, Razer Lake llegará en 2027 como sucesora directa de Nova Lake-S en sobremesa. A nivel de configuración, Intel mantendría un esquema similar, con hasta 16 P-cores, 32 E-cores y la posibilidad de 4 núcleos LP E-cores, apostando por una elevada densidad de núcleos.

La gran novedad estaría en la arquitectura interna. Los P-cores Griffin Cove sustituirían a los diseños anteriores, mientras que los E-cores Golden Eagle representarían una evolución significativa del bloque eficiente. Según RedGamingTech, los Griffin Cove ofrecerían una mejora de IPC de doble dígito, pero el avance más notable llegaría de los Golden Eagle, que podrían registrar incrementos aún mayores en rendimiento por ciclo.

Este énfasis en los E-cores no sería casual, sino una preparación clara para un cambio de paradigma más profundo en generaciones posteriores.

Hammer Lake y el posible salto al “núcleo unificado”

El siguiente gran punto del roadmap sería Hammer Lake, prevista tentativamente para 2029 o más adelante. Aquí es donde Intel podría romper con la distinción clásica entre P-cores y E-cores, adoptando un diseño de “núcleo unificado”, una estrategia que recuerda al enfoque de AMD con Zen y Zen c.

Según la filtración, Hammer Lake estaría liderada por equipos que actualmente trabajan en los E-cores, lo que explicaría la atención especial que Intel estaría dedicando a Golden Eagle en Razer Lake. El objetivo sería converger hacia un único tipo de núcleo, capaz de escalar en consumo y rendimiento según la carga de trabajo, simplificando la arquitectura y el planificador.

Por ahora, no hay cifras concretas de rendimiento ni configuraciones finales. No obstante, informes previos del canal Moore’s Law Is Dead apuntan a que Hammer Lake podría ser también la primera arquitectura fruto de la colaboración entre Intel y NVIDIA, con una iGPU de gran tamaño como elemento diferencial.

Titan Lake: evolución refinada para portátiles

En paralelo al desarrollo de sobremesa, Titan Lake se perfila como una arquitectura exclusiva para portátiles. Según RedGamingTech, mantendría el mismo diseño base que Razer Lake, con Griffin Cove y Golden Eagle, pero introduciendo ajustes y refinamientos a nivel de plataforma.

El propio filtrador compara Titan Lake con lo que supuso Tiger Lake frente a generaciones anteriores: una evolución sólida, sin ruptura radical, pero con mejoras claras en eficiencia y rendimiento global. Uno de los puntos más destacados sería la nueva iGPU Xe3P Refresh, que en configuraciones altas superaría los 12 Xe cores, elevando notablemente el rendimiento gráfico integrado en portátiles premium.

Un roadmap ambicioso para recuperar terreno

En conjunto, estas filtraciones dibujan una estrategia clara: Intel busca preparar el terreno más allá de Nova Lake, apostando primero por un fuerte aumento de IPC y, a medio plazo, por una simplificación profunda de su arquitectura de núcleos. Si Nova Lake cumple las expectativas en 2026, Razer Lake y Hammer Lake podrían ser las piezas clave para recortar distancias frente a AMD en el mercado de consumo.

A falta de confirmación oficial, todo indica que la próxima década estará marcada por cambios estructurales en el diseño de CPU, con Intel dispuesta a asumir riesgos para redefinir su enfoque en escritorio y portátiles.

Vía: NotebookCheck

Sobre el autor