ARM ha decidido asociarse con uno de los mejores fabricantes de CPUs de escritorio y portátiles, la poderosa Intel, para trabajar en el procesador de próxima generación que empleará el proceso de fabricación 10 nm HPM.
Centrando la atención en el Cortex-A55, que funcionaría a 2,35 GHz y 0,45 V, otorgando un incremento del rendimiento del 30% y fugas de energía hasta 100 veces menores que en el actual modelo de 28 nm.
En cuanto a las compilaciones de 10nm, los actuales modelos de prueba están sincronizados a 3,5 GHz y 0,5 V, siendo su eficiencia energética de 0,25 mW/MHz. A modo comparación, el Kryo del Snapdragon 820 funciona a aproximadamente 2W.
Al menos sobre el papel, resultan sumamente prometedores los futuros SoCs ARM Cortex-A de 10 nm, que incluso podrían llegar a vencer a los flamantes Apple A11.
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