
Bandai Namco presentó Synduality como parte de un universo transmedia que arrancó con un anime en 2023. La culminación de ese proyecto llegó el 24 de enero de 2025 con un curioso título multijugador que mezcla diferentes elementos con más o menos acierto. De base, es un shooter de extracción que combina supervivencia. Pero tiene un poderoso enfoque en la acción, las alianzas y disfruta de combate contra el entorno y contra otros jugadores a partes iguales. ¿Tendrá Bandai un nuevo proyecto ilusionante entre manos?
Bienvenidos al apocalipsis
Nada más comenzar, nos ponemos en la piel de un simple nómada. Una persona que recorre zonas hostiles a bordo de un Craddlecoffin, los auténticos protagonistas. Estos robots pilotables están diseñados desde su concepción como recolectores de los valiosos recursos que quedan en un mundo devastado y hostil. La base, por tanto, es clara: Arriesgarte a conseguir más botín incrementa las recompensas, pero caer en combate puede suponer la pérdida de todo. El juego gira en torno a esa tensión constante, donde cada expedición invita a medir hasta dónde quieres llegar antes de volver sano y salvo.
El equilibrio entre la codicia y la prudencia se hace evidente y verdaderamente llegas a sentir que cada segundo cuenta, sobre todo cuando el reloj avanza y las amenazas se multiplican. Este planteamiento enlaza de forma natural con la importancia del entorno y cómo su diseño fomenta la exploración y la estrategia. De esta forma, se cumple para mí una de las premisas que más aprecio en un título: Cuando jugabilidad y narrativa se dan la mano y una refuerza la otra.
Aquí cada región del mapa ofrece su propio ecosistema de peligros. Por lo que resulta fundamental buscar rutas alternativas, localizar refugios improvisados contra la lluvia tóxica y, sobre todo, saber cuándo es mejor evitar un enfrentamiento innecesario. El componente estratégico se refuerza al tener que vigilar el estado de tu robot y planificar con cuidado cada paso.
El hombre es un lobo para el hombre
Estas particularidades animan a explorar hasta el último rincón, pero también revelan la complejidad de convivir con otros jugadores y con las amenazas controladas por la IA. Es en estos encuentros donde la atmósfera de Synduality muestra todo su potencial.
La convivencia con otros usuarios se entremezcla con un entorno hostil controlado por la máquina, generando un ecosistema PvPvE de lo más interesante. Te puedes encontrar con gente amable dispuesta a ayudar… pero nunca estás tranquilo del todo. Un par de disparos cuando aparece una oportunidad jugosa y adiós muy buenas. Creando, en el proceso, una narrativa emergente que hace brillar a Sinduality.
Además, hay que tener en cuenta que la colección de monstruos que el juego nos arroja y la lluvia tóxica que van desgastando el escudo. De esta forma, el viaje que hacemos en cada misión es una batalla entre el hombre y la naturaleza, de nuevo, reforzando los pretextos narrativos del juego. Saber medir nuestras capacidades, confiar en el rival o anticipar su ataque puede marcar la diferencia entre volver triunfante o perderlo todo en unos segundos.
Un compañero en la soledad
Por fortuna no estaremos nunca solos del todo: El magus es un androide que aporta habilidades de apoyo y un punto extra de personalización. Desde proteger tu Craddlecoffin de la lluvia hasta mejorar la velocidad de reparación, hay varias configuraciones que se adaptan a distintos estilos de juego. Es un modo sutil de brindar variedad y de permitir que cada jugador imprima su propia personalidad a la partida.
Su presencia va más allá de la estética o de conseguir atuendos atractivos (aunque de eso hablaremos más adelante). El magus forma parte de todo un entramado de equipamientos y estadísticas, haciendo que sea un factor clave para los enfrentamientos directos o sobrevivir a la IA. Creo que su presencia es una forma de crear una dinámica un poco más versátil y reducir la pronunciada curva de un juego que perdona poco y castiga mucho.
Es un recurso interesante que ofrece un contraste entre la parte individual del juego y la cooperativa o competitiva. Aun así, creo que no termina de aprovecharse tanto como debería. ¿Es importante para nuestra supervivencia en las partidas? Por supuesto. Pero su impacto es más circunstancial para el peso que le coloca la narrativa.
Las imperfecciones del metal
Y ya que hablamos de peso: Uno de los elementos que más destaca son las sensaciones que produce controlar el Craddlecoffin. El combate es algo más pausado que en otros shooters y permite adoptar un enfoque táctico. Esto hace que se aleje de la acción desenfrenada típica de los battle royale, en un movimiento cuanto menos arriesgado para un mercado que claramente tiende a la velocidad y la inmediatez. También resulta llamativa la flexibilidad para configurar armas y habilidades, dando pie a planteamientos defensivos o agresivos según convenga. En tema de menús tengo poca queja, para mi agradable sorpresa.
Sin embargo, la progresión va a resultar extremadamente lenta para la mayoría de jugadores. Perder una misión es una experiencia frustrante e injusta como pocas veces he vivido en un juego multijugador. Será cosa del género. Será lo más apropiado para la narrativa que plantea. Pero es algo engañoso como un juego de estética anime y con tanta simpatía puede colocarte en un estado tan negativo. De nuevo, es coherente con lo que plantea. Es un mundo donde la lluvia te mata, por dios. Ahora bien, id con calma y paciencia o puede convertirse en la parte más amarga de vuestro día con mucha facilidad.
Por otro lado, toca abrir el melón del pase de batalla. Similar a lo que hace Call of Duty, estamos ante un juego de pago que opta (de forma muy agresiva) por las microtransacciones y los cosméticos. Entiendo que esto no es plato de buen gusto para la mayoría de jugadores. Lo poco que puede decir es que la calidad de estos artículos es aceptable. Pero me cuesta encajarlo con el universo que plantea. Además, las misiones tienden a repetirse en cuanto a objetivos —recolectar recursos y eliminar cierto número de enemigos—, y esto puede agotar a medio plazo si no se introducen mejoras o incentivos adicionales, porque ahí no habrá skin que valga.
Nuestras conclusiones sobre Synduality: Echo of Ada
Synduality: Echo of Ada presenta un mundo en el que la supervivencia depende de combinar estrategia, habilidad y cierta picardía ante jugadores rivales. Su combate pausado y su estética mecha ofrecen una alternativa interesante a las propuestas actuales, especialmente para quienes disfruten de una progresión cargada de riesgo.
Aun con todo, no está exento de problemas: su ritmo puede hacerse pesado, hay cierta monotonía en las misiones y la presencia de micropagos puede echar para atrás aparte de la comunidad. Quienes estén dispuestos a lidiar con estos aspectos encontrarán (como yo) un universo singular, capaz de momentos de auténtica adrenalina cuando se combinan la presión del reloj, el peligro del entorno y la incertidumbre de los encuentros online.
Para los amantes de la extracción y los mechas, Synduality es una aventura digna de probar. La gran pregunta que nos queda es si el estudio es lo suficientemente flexible. El género no es tan grande todavía y puede hacerse un hueco. Pero deberá ajustar los desequilibrios, escuchar a sus jugadores y plantear si quieren arriesgarlo todo a desaparecer en el olvido, o si disfrutan de un nicho agradable y fiel.
Agradecemos a Bandai Namco la confianza depositada en nosotros al ofrecernos una clave de Synduality: Echoes of Ada para su análisis en PC
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de PLATA a Synduality: Echoes of Ada
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