Hoy en Fanáticos del Hardware os traemos una de las series más populares y divertidas de la televisión clásica española. Y además, uno de los grandes éxitos de la animación japonesa. Así es Shin chan, una franquicia por la que pasan los años y sigue en plena forma. Desarrollado por h.a.n.d y similar a la propuesta anterior, tenemos un nuevo simulador del verano perfecto. Lo tenemos entre nosotros desde el 23 de octubre para PC y Nintendo Switch. Y viene con un divertido giro: Una ciudad misteriosa llena de personajes nuevos y un villano al que pararle los pies. Acompañados del clásico humor de la franquicia, tenemos con nosotros una de esas aventuras para jugar con la manta puesta y un café caliente.
Shin chan en un entorno cautivador
“No hay nada más largo que el verano de un niño”. Es una expresión que siempre me ha gustado mucho y que creo que encierra muchas lecturas interesantes. Pone sobre la mesa conversaciones sobre la infancia, la percepción del tiempo, la nostalgia, las vacaciones… Y curiosamente, todo esto son, en gran parte, elementos pivótales en este nuevo juego de Shin chan. Si bien es cierto que su anterior entrega también lo hacía, esta entrega cambia su foco en el verano como época vacacional y más en las aventuras fantásticas que puedes vivir con imaginación (y tanto tiempo libre como pudieras soñar)
Y aunque no suelo hacerlo, me vais a permitir por una vez que empiece hablando de los gráficos. Porque nada más iniciar el juego, nos encontramos con un estilo visual impecable. Sin más. Es tan fiel al anime que las ganas de volver a ver un par de capítulos con un bocadillo de Nocilla entre las manos son irrefrenables. Los escenarios son directamente postales pintadas a mano, con colores vibrantes y llenos de detalles. Con su sistema de cámaras fijas, el juego se crece. Y te coloca unos encuadres seleccionados con tantísima maestría que en más de una ocasión he quemado el botón para capturar pantalla. Con eso y la banda sonora, tienes la inmersión perfecta. Garantizada.
Acompañando estos escenarios, la historia nos sitúa en Akita, un humilde pueblo cerca de la casa de los abuelos de Shin chan. Aquí podremos desarrollar, con total libertad, las actividades típicas del bueno veraneante rural: Jugar con otros niños, resolver pequeños desaguisados, pescar en los ríos o capturar con tu red todo lo que vuele o se mueva. Cada día es una nueva oportunidad de descubrir algo. Y gracias al diario, tendremos información (muy cuidada y bien redactada, por cierto) que descubrir acerca del entorno donde estamos.
Una ciudad por descubrir
Así de primeras, parece una vuelta a la primera entrega. El girito, en este caso, nos lo trae Nevado. Su curiosidad perruna nos hace acabar en un misterioso tren con destino a Carbónpolis. ¿Recordáis las películas de Shin chan ambientadas en localizaciones de fantasía como Neverland? Pues esto es exactamente lo mismo: Una localización 100% original llena de personajes nuevos, un villano y decenas de secretos por descubrir. Sumi nos ayudará a conocer la ciudad, mientras que Yuri será el detonante de la trama, en su posición de inventora que busca devolverle la gloria a la ciudad.
Las misiones y tareas están repartidas de manera que siempre hay algo nuevo por hacer casi cada día. Y lo bonito de este juego es que todas estas cosas se sienten orgánicas. Reales. No abusa de los tropos del videojuego. No siempre tienes que recoger 3 absurdeces para una persona aleatoria. Los encargos se sienten con peso, con cuerpo, con intención. Son sencillos de completar, pero siempre te llena el corazón. Porque la trama es divertida, porque te cuentan un chiste o porque gracias a su inmersión, te sientes con ganas genuinas de ayudar a todo el mundo.
Todo esto viene entregado con una jugabilidad sencilla y accesible. Casi como si fuera una novela interactiva. Cualquier se hará con ello, sin complicaciones. No hay ningún desafío que merezca ese nombre y… eso está bien. Muy bien, de hecho. Todo el juego mantiene un compromiso firme con su tono y con su mensaje. Estamos en verano. El ritmo es otro. Y el juego abraza eso a conciencia.
Y sí, es cierto. Esto puede hacer que se vuelve repetitivo, plano o incluso demasiado simple. No está libre de pecado, y tiene algunas misiones de recadero menos inspiradas. Pero no creo que sea por demérito del juego, al contrario. Está tan confiado en su propuesta que no le tiembla el pulso si tiene que optar por un ritmo así. Porque sabe, en el fondo, que hay un gran número de jugadores que desea esto con locura.
La sensación de estar en casa
En España especialmente, porque estamos hablando de una serie que es insignia y casi religión en nuestro país. Para tranquilidad de todos los españoles, voy a decirlo: La localización al castellano es perfecta. Las expresiones de la serie saltan cada dos por tres, junto con una buena tonelada de nuevas trastadas. Es difícil no hacer capturas de pantalla a los diálogos para compartirlos con tus amigos. Si sumamos eso a la ambientación, estamos con uno de esos títulos que te arropan y te hacen sentir feliz.
Y esto lo consigue capturando la esencia de esos veranos de la infancia que todos tenemos mitificados. Da igual que se llame Akita y que sea literalmente otro continente. Da igual que haya una ciudad de fantasía llena de inventos imposibles. Las aventuras de Shin Chan son las mismas que podías tener en tu pueblo. Con tu gente del barrio. En el parque de siempre. Es increíble cómo el juego logra conectar con emociones tan universales a través de situaciones y escenarios tan específicos.
Puede que la narrativa sea sencilla, pero está bien construida y ofrece momentos emotivos y divertidos a partes iguales. Eso siempre ha sido marca de la casa: Sacarte sonrisas con alguna lágrima esporádica. La relación entre Shin chan y los nuevos personajes es muy entrañable. Y el juego consigue abordar temas bonitos como la amistad o el valor de las pequeñas cosas.
En cuanto a la duración, disfruta de un curioso punto intermedio. No es excesivamente largo, pero tampoco se pasa en un suspiro. Hay suficientes actividades y misiones secundarias como para mantenernos entretenidos durante horas y el juego te enamora lo suficiente como para que quieras completarlo todo. Pero si queréis vivir una historia más lineal, vais a estar en buenas manos, ya que no se diluye entre todo el contenido secundario.
Nuestras conclusiones sobre Shin chan: Nevado en Carbónpolis
Creo que lo que más me gusta de este juego es lo centrado y comprometido que está con su filosofía de diseño. El título quiere que nos volvamos a sentir como niños, a que recordemos esos veranos en los que el tiempo parecía infinito y las preocupaciones eran pocas. Eso es lo que quiere y eso es exactamente lo que ofrece.
Si sois como yo y Shin chan era el rey de la televisión de vuestra infancia (y lo seguís viendo en la actualidad), de cabeza. Ni os lo penséis. Vais a encontrar todos los elementos que os hicieron enamoraros de la serie en primer lugar: su humor irreverente, sus ocurrencias inesperadas y ese toque de inocencia que lo hace tan especial. Para los demás… quién sabe. Puede que en Carbónpolis os encontréis con un pedacito de esos veranos que nunca se olvidan. Si eres un jugador que está buscando una experiencia diferente, algo que os saque una sonrisa y os permita desconectar del ritmo acelerado del día a día, os animo a darle una oportunidad.
Agradecemos a Neos Corporation la confianza depositada en nosotros al ofrecernos una clave de Shin chan: Nevado en Carbónpolis para su análisis en PC
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de ORO a Shin chan: Nevado en Carbónpolis
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