Hoy en Fanáticos del Hardware os traemos una fascinante aventura metroidvania que promete redefinir el género con su oscura fantasía y su cuidado arte en píxeles. Noreya: The Gold Project, desarrollado por el equipo francés de Dreamirl Game Studio, nos sumerge en una épica lucha entre la luz y la oscuridad. Lanzado el 21 de junio de este año, está disponible tanto en PC como en todas las consolas más adelante. Esta experiencia, que podéis disfrutar en solitario, se destaca por su jugabilidad fluida y un complejo sistema de decisiones que afecta el mundo que nos rodea. En este análisis os vamos a preparar para que podáis explorar, luchar y descubrir los secretos que esconde la ciudad de Lemia. No revelaremos muchos de ellos, estad tranquilos.
Bienvenidos a Lemia
Con esa cinemática con efecto lápiz del principio, Noreya nos quiere meter en su rica ambientación de un plumazo. Y vaya si lo consigue. En la oscuridad inquietante de Lemia, la ciudad que alguna vez fue un faro de luz y esperanza, ahora yace bajo la opresiva sombra de Salluste, el Dios de la Avaricia. Este es el escenario de un metroidvania que se adentra en las profundidades de un universo de fantasía oscura, un juego que invita a los jugadores a elegir su destino entre la lealtad a los dioses de la Luz y la Sombra, o sucumbir a la corrupción dorada de los dioses de la avaricia.
Desde el primer momento, saben envolverte con su arte en píxeles meticulosamente elaborados. Cada sombra parece haber sido puesta con el cuidado de un artesano, ofreciendo un estilo visual único que no solo embellece, sino que da vida a este mundo sombrío. La dualidad de los mundos, dependiendo de la lealtad elegida, se manifiesta en cada rincón, incentivando la exploración y la rejugabilidad. Aquí, nada es lo que parece a primera vista, y cada decisión desbloquea nuevos caminos y habilidades, tejiendo una interesante red de elecciones y consecuencias. Ideal para el género del que estamos hablando.
Otro acierto del juego es Kali, la protagonista de nuestra historia. Es una luchadora que ha perdido todo a manos de los dioses. Su viaje hacia la ciudad de Lemia no es solo una búsqueda de venganza, ella es la encarnación de la resistencia, una chispa de esperanza en un mundo consumido por la avaricia y la corrupción. Sé que muchos pasan de puntillas por la historia en este tipo de juegos. En Noreya, sería un error mayúsculo. Porque parte de la experiencia y el viaje caería en saco roto de hacerlo.
Metiéndonos en materia, el título ofrece un árbol de habilidades con más de 50 opciones, permitiendo a los jugadores personalizar su estilo de juego. Esta variedad estratégica se complementa con la presencia de 12 jefes memorables que pueden ser enfrentados en cualquier orden. Buen detalle ahí. El inicio puede sentirse algo áspero, teniendo muy poca vida y con ataques demasiado débiles. Confiad. El juego cumple con su promesa de accesibilidad. Las recompensas iniciales, como mayor vida o la opción de teletransporte, convierten al juego rápidamente en una experiencia más fluida.
El movimiento como eje central
Y es que aquí la jugabilidad premia la rapidez y el dinamismo, con controles fáciles de jugar pero difíciles de dominar. La mecánica de plataformas es suave y satisfactoria, desafiando a los jugadores a superar obstáculos. Pero sin caer en la obsesión por la precisión de cirujano (gracias). Sin embargo, aquí es donde se pueden notar algunas asperezas propias de un equipo menos experimentado. Los ataques, aunque visualmente impactantes, pueden sentirse imprecisos, con hitboxes que a veces no responden como se espera. Esto es particularmente notable en los combates contra ciertos enemigos, especialmente los jefes y los monstruos saltarines, cuyo movimiento errático puede hacer que los enfrentamientos parezcan injustos.
Los metroidvania viven y mueren en su diseño de niveles. El mapa y la navegación son tan protagonistas, o más, que el personaje que controlas. Noreya lo logra… casi siempre. La ambientación, como ya he dicho varias veces (y nunca me cansaré) es sobresaliente. Pero creo que en estructura vuelve a notarse la falta de experiencia. La sensación de backtracking, el posicionamiento de los enemigos, las plataformas… No es tan memorable como propuestas similares en el género.
No obstante, estas pequeñas imperfecciones no eclipsan la riqueza del juego. Las animaciones, el estilo del pixel art y la magnífica Lemia compensan con creces. Además, la banda sonora original compuesta por Sarys y Xavier Dang es deliciosa para los oídos. La volveréis a escuchar fuera de vuestra partida, guardad mis palabras.
Nuestras conclusiones sobre Noreya: The Gold Project
Noreya: The Gold Project es un metroidvania que no tiene miedo de mirarse en el espejo de sus grandes predecesores. Aunque no es perfecto, y a veces muestra las cicatrices de un equipo novato, su corazón y alma son innegables. Es un juego que entiende su esencia, que sabe lo que quiere ofrecer y lo hace con una pasión y un cuidado que es de agradecer.
Para cualquier fan del género, Noreya: The Gold Project ofrece una experiencia satisfactoria, llena de desafíos y descubrimientos. Es un viaje a través de la oscuridad y la luz, de la avaricia y la pureza, que deja una marca en el corazón de quienes se atreven a embarcarse en su odisea. Kali no solo lucha por venganza, sino por redención, y su historia, al igual que el juego, es una que merece ser vivida, explorada y, sobre todo, disfrutada.
Agradecemos a Dreamirl la confianza depositada en nosotros al cedernos Noreya: The Gold Project para su análisis
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de PLATA a Noreya: The Gold Project
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