Las tecnologías de digitalización de documentos pueden ser decisivas en el planteamiento de la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EBAU) adaptada al coronavirus, así como de exámenes universitarios y oposiciones, en aquellas comunidades autónomas que estén en la fase 2. Desde PFU (EMEA) Limited –la compañía de Fujitsu líder mundial en la digitalización, escáneres y captura documental– se han puesto a disposición de universidades y gobiernos autonómicos las herramientas necesarias para acometer estas pruebas libre de riesgos. La clave para conseguirlo está en la implementación de soluciones que permitan la digitalización con todas las garantías de los exámenes en papel en el mismo punto de realización.
Durante muchos años, la búsqueda de eficiencia había sido el principal argumento para eliminar el flujo de papel en convocatorias de cierto volumen. Grandes conocedores de esto son las universidades online o a distancia que en muchas ocasiones siguen requiriendo de pruebas en papel y dentro de un aula. Esta búsqueda de eficiencia queda ahora relegada por cuestiones de seguridad de las personas físicas. En las pruebas de acceso a la universidad de este año, solo en la Comunidad de Madrid se calcula la movilización de unos 35.000 estudiantes que realizarán en total unos 200.000 exámenes a corregir por unos 1.500 docentes. Y todo ello, sin tener en cuenta los efectos no del todo demostrados de cómo puede moverse el Covid-19 entre documentos en papel. Para PFU (Fujitsu) está claro que la solución más segura pasa por la digitalización de los exámenes en el aula tras terminar las pruebas.
La utilización de un escáner documental de alta velocidad no solamente serviría para la digitalización del examen en aula, sino también como herramienta de registro previo al examen, de modo que el estudiante escanearía su DNI para identificarse y, a continuación, se digitalizaría el examen a presentar. El equipo docente podría entonces corregirlo sobre la propia imagen digitalizada, usando una tableta o portátil; de manera automática, si se trata de exámenes tipo test; o bien, trabajar sobre una copia en papel.
La digitalización conforme a los Esquemas Nacionales de Seguridad (ENS) y de Interoperabilidad (ENI) añadiría un sello de tiempo al documento, de forma que la copia auténtica del mismo sea el nuevo original sobre el que trabajen los evaluadores. Por otro lado, el documento original puede guardarse en cajas identificadas que permitan su acceso a modo de salvaguarda en caso de alguna reclamación por parte del alumnado.
La emergencia sanitaria puede convertirse en el acelerador que lleve a empujar un cambio del que únicamente universidades a distancia, como la UNED, o aquellas digitales nativas han hecho gala. El mundo de la educación y, en concreto, el tema de los exámenes online es algo hacia donde se va avanzando, pero el papel está muy lejos de desaparecer en muchas de estas pruebas.
“A pesar de los avances en formación online y aulas virtuales, el papel está todavía lejos de desaparecer; de hecho, si no existiera, habría que inventarlo: es probatorio, no depende de la cobertura de datos y permite una experiencia de usuario única. En estos días la tecnología permite aunar lo mejor del mundo físico y digital, y es precisamente la tecnología de digitalización la que puede ayudar a que determinadas pruebas masivas se puedan hacer con garantías sanitarias y técnicas”, afirma Jesús Cabañas, director regional de PFU (EMEA), a Fujitsu Company, para Iberia.
La incorporación de este sistema de digitalización y gestión de documentos resuelve asimismo una de las problemáticas a las que se enfrentan actualmente los centros educativos como es la de evitar posibles irregularidades en exámenes online. Dicha solución también estaría alineada con los protocolos establecidos por el Ministerio de Educación para la realización de la EBAU en 2020. A esta convocatoria acudirían unos 217.000 estudiantes de toda España y se celebraría entre el 22 de junio y el 10 de julio, en sedes con un aforo reducido, distintos horarios de entrada y salida, y manteniendo la distancia interpersonal, entre otras medidas de prevención e higiene. Unas normas que podrían seguirse de igual manera en comunidades como Andalucía, donde se han reprogramado las oposiciones paralizadas por el Covid-19 para distintas fechas de julio a diciembre y en las que se darán cita unos 70.000 candidatos.