Tras un año de transición marcado por la salida de Pat Gelsinger, Intel ha logrado estabilizar su rumbo bajo el liderazgo de Lip-Bu Tan, una figura reconocida por su capacidad para reestructurar organizaciones complejas. En este nuevo escenario, la compañía ha dejado atrás, al menos de momento, la idea de una escisión inmediata de su negocio de fabricación, convencida de que el sector de semiconductores puede recuperar tracción sin una ruptura formal.
Sin embargo, el debate sigue vivo. Con un interés externo creciente en los nodos 18A y 14A, voces internas y externas advierten de que el éxito de Intel Foundry pasa por una separación clara entre el diseño de productos y la fabricación para terceros, una cuestión especialmente sensible para potenciales clientes directos del sector de GPU y SoC.
La confianza, el gran obstáculo para atraer clientes clave
Uno de los argumentos más directos lo ha planteado David Yoffie, antiguo miembro del consejo de Intel. Según Yoffie, compañías como NVIDIA, AMD o Qualcomm difícilmente confiarán sus productos clave a una fundición que, al mismo tiempo, compite con ellas en el mercado final.
El temor no se centra tanto en contratos o cláusulas legales, sino en un posible “trasvase tecnológico indirecto”, una percepción que podría limitar el volumen de pedidos y, con ello, la viabilidad del negocio Foundry a gran escala. Para Yoffie, una separación estructural real aumentaría de forma clara las probabilidades de éxito: «si ambas divisiones fueran independientes, Intel tendría muchas más opciones de atraer grandes clientes».
Presión del mercado y pasos hacia una mayor independencia
Los rumores sobre un posible interés de NVIDIA y AMD en Intel Foundry no surgen de la nada. La saturación de capacidad en TSMC y el empuje político e industrial por fabricar chips en Estados Unidos están empujando a los diseñadores fabless a explorar alternativas. No obstante, el propio Yoffie subraya que, sin garantías adicionales de independencia, estos clientes difícilmente encargarían productos estratégicos.
Desde dentro de Intel, el mensaje es más matizado. John Pitzer, vicepresidente de la compañía, ha confirmado públicamente que Intel Foundry ya está avanzando hacia una mayor autonomía, incluyendo la creación de un consejo asesor independiente y el proceso para constituirse como entidad legal separada. Según Pitzer, esta “opcionalidad” responde directamente a las demandas de clientes externos que reclaman mayor separación entre Foundry y el resto del grupo.
Un modelo similar al de TSMC como referencia
En el sector fabless, la seguridad tecnológica es un pilar crítico, lo que explica las reticencias iniciales hacia Intel. Paradójicamente, la propia Intel ha sido cliente habitual de TSMC durante años sin que eso haya generado preocupaciones relevantes sobre transferencia de tecnología, pese a que la fundición taiwanesa fabrica chips para prácticamente todos los grandes actores del mercado.
El reto para Intel es replicar ese modelo de confianza estructural, demostrando que sus divisiones no influyen entre sí y que los datos de diseño de terceros permanecen completamente aislados. Este aspecto será decisivo para convertir el interés preliminar en contratos de alto volumen y largo plazo.
18A y 14A, nodos clave para el futuro de Intel Foundry
El debate llega en un momento crítico. Intel se prepara para la producción en masa del nodo 18A, mientras avanza en el desarrollo de 14A, dos procesos considerados estratégicos para la supervivencia y competitividad de Intel Foundry. Su éxito no dependerá solo del rendimiento técnico, sino también de la estructura corporativa que los rodee.
A corto plazo, la separación total sigue siendo una opción sobre la mesa, no una decisión tomada. Pero a medida que aumente la presión del mercado y se acerque la entrada en producción de estos nodos, la forma en que Intel gestione la relación entre producto y fabricación podría marcar el futuro del sector de foundry en Estados Unidos.
Vía: Wccftech



















