El desarrollo de una tarjeta gráfica Battlemage de gama alta por parte de Intel vuelve a ganar fuerza tras una nueva señal procedente del software oficial de la compañía. El GPU BMG-G31, largamente rumoreado como el silicio más ambicioso de la familia Arc Battlemage, ha aparecido listado en la herramienta Intel XPU Manager, uno de los indicios más claros hasta la fecha de que el proyecto sigue avanzando.
En la versión 1.3.5 de XPU Manager, Intel incluye explícitamente soporte para BMG-G31, un paso que normalmente solo se da cuando el hardware ha alcanzado una fase suficientemente madura como para requerir validación de controladores, pruebas de estabilidad y compatibilidad a nivel de sistema. No se trata de una mención accidental ni de un experimento temprano, sino de una integración pensada para entornos reales.
Un patrón coherente en el ecosistema de software
Esta aparición no es un hecho aislado. En los últimos meses, el ecosistema Linux ha ido acumulando múltiples referencias a Battlemage, especialmente dentro del proyecto Mesa, donde ya existen parches que identifican arquitecturas Battlemage y diferencian variantes de GPU, incluyendo las asociadas a G31.
A esto se suma la detección reiterada de nuevos identificadores PCI relacionados con Battlemage en distintos árboles de controladores. Este tipo de movimientos suele producirse cuando los fabricantes preparan el terreno para hardware físico en fases avanzadas, muy por encima de simples diseños teóricos o simulaciones internas.
Un Battlemage más grande y ambicioso
Todo apunta a que BMG-G31 será un dado de mayor tamaño que los Arc utilizados hasta ahora, lo que encaja con la idea de una GPU pensada para gaming a 1440p o incluso para estaciones de trabajo de gama media. El nombre Arc B770 sigue circulando en filtraciones y conversaciones del sector, aunque Intel no ha confirmado oficialmente ninguna denominación comercial ni especificaciones técnicas.
De materializarse, este movimiento supondría un cambio importante en la estrategia gráfica de Intel, que hasta ahora se ha centrado sobre todo en segmentos de entrada y gama media-baja. Con BMG-G31, la compañía buscaría competir de forma más directa con las GPU intermedias de AMD y NVIDIA, abandonando el papel de actor secundario.
Rendimiento, costes y un mercado complejo
Entrar en la gama media-alta no está exento de riesgos. Los chips más grandes implican mayores costes de fabricación y riesgos de rendimiento por oblea, factores que pueden complicar la estrategia de precios. A esto se añade la situación del mercado de memorias gráficas, todavía marcada por tensiones de suministro y volatilidad de precios, que afecta directamente al coste final de las tarjetas gráficas.
El equilibrio entre rendimiento, precio y disponibilidad será clave para que Intel logre posicionar con éxito una GPU basada en BMG-G31. Más allá del silicio, la madurez de los drivers, el soporte en juegos y aplicaciones profesionales, y la percepción del mercado jugarán un papel determinante.
Battlemage sigue vivo
Aunque no hay fecha de lanzamiento confirmada, la acumulación constante de evidencias a nivel de software deja claro que los planes de Big Battlemage no se han cancelado ni congelado. Al contrario, parecen avanzar de forma progresiva hacia una fase más visible.
Para quienes siguen de cerca la hoja de ruta de Intel Arc, todo indica que 2026 podría traer novedades relevantes. A medida que el soporte en controladores continúe creciendo, es solo cuestión de tiempo que empiecen a filtrarse datos más concretos sobre rendimiento, configuración y posicionamiento final de BMG-G31.
Vía: Guru3D



















