El HeatHub permite calentar una vivienda usando un mini centro de datos con 56 Raspberry Pi

El HeatHub permite calentar una vivienda usando un mini centro de datos con 56 Raspberry Pi

La iniciativa HeatHub, desarrollada por la compañía Thermify dentro del proyecto SHIELD de UK Power Networks, se ha convertido en el primer sistema del Reino Unido capaz de calentar una vivienda completa reutilizando el calor generado por un mini centro de datos doméstico instalado en una caseta del jardín. La vivienda de Terrence y Lesley Bridges, en Essex, opera con un clúster compuesto por 56 Raspberry Pi, dedicados a ejecutar procesos distribuidos, capturar su calor residual y transferirlo al sistema de agua caliente del hogar. El resultado ha sido una reducción drástica de la factura, pasando de 492 dólares (~426€) a 52 dólares (~45€) al mes.

A diferencia de los centros de datos convencionales basados en GPUs NVIDIA de alto consumo, el enfoque de HeatHub recurre a módulos ARM de bajo consumo, capaces de ejecutar tareas de procesamiento distribuido, servicios web ligeros, tuberías de datos básicas o contenedores paralelos de baja intensidad. La idea integra sostenibilidad, computación distribuida y aprovechamiento térmico, mostrando cómo una infraestructura de pequeñas placas puede convertirse en una fuente de calor útil para viviendas con necesidades energéticas ajustadas.

Cómo funciona el sistema HeatHub

El mini centro de datos HeatHub integra 56 placas Raspberry Pi, cada una dedicada a tareas individuales dentro de un nodo distribuido. Una vez termine la fase piloto, clientes empresariales pagarán a Thermify para ejecutar cargas remotas sobre estos clústeres, mientras los hogares reciben el calor generado sin coste adicional. Es un modelo híbrido donde el cálculo lo paga la empresa y el calor lo aprovecha el usuario.

Todo el calor producido se extrae mediante intercambiadores térmicos profesionales, circula hasta el depósito de agua caliente y alimenta grifos y radiadores mediante un circuito controlado. La infraestructura incluye monitorización remota, control térmico, balanceo eléctrico, ventilación regulada, sensores ambientales y gestión de fallos, asegurando un funcionamiento seguro sin intervención del usuario.

Este enfoque convierte un simple clúster de Raspberry Pi en una fuente térmica estable, utilizando el calor derivado de cargas como procesamiento paralelo, combinación de datos, microservicios o tareas de app hosting.

Por qué no es viable replicarlo en casa

Aunque la idea pueda resultar seductora para entusiastas, los expertos recuerdan que montar un mini centro de datos doméstico como calefacción es peligroso e ineficiente. El sistema HeatHub incorpora ventilación profesional, cámaras térmicas, aislamiento ignífugo, cables balanceados, placas certificadas, controladores térmicos, protecciones eléctricas, tuberías calibradas y un diseño pensado para funcionar de forma continua sin comprometer la seguridad.

Intentar replicarlo con hardware de consumo generaría un coste eléctrico muy superior al calor obtenido, sobre todo si se usan máquinas de alto rendimiento. Además, las viviendas británicas suelen disponer de fusibles de 60–100 A, insuficientes para soportar cargas continuas de servidores reales sin riesgo eléctrico. El ahorro energético del HeatHub solo es posible gracias a una combinación de clúster optimizado, procesamiento comercial y recuperación térmica profesional.

Un paso adelante hacia la reutilización térmica doméstica

El uso de calor computacional no es nuevo en el Reino Unido, pero el HeatHub es el primer proyecto que lo aplica en viviendas de bajos ingresos, más allá de instalaciones públicas como la piscina calentada mediante un micro centro de datos en 2023. Si esta prueba tiene éxito, el país podría integrar mini centros de datos distribuidos en zonas residenciales como parte de su estrategia net-zero, convirtiendo la computación en una utilidad térmica que reduzca la dependencia energética de los hogares.

Vía: NotebookCheck

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