El último informe financiero de Intel correspondiente al tercer trimestre de 2025 ha revelado un panorama sólido en términos de ingresos, pero también un nuevo cuello de botella en la producción. Según el director financiero, David Zinsner, la división Intel Foundry superó las previsiones de volumen en los nodos Intel 10 e Intel 7, pero la fuerte demanda ha superado la capacidad disponible.
Alta demanda y capacidad limitada
Zinsner explicó que las restricciones de capacidad en ambos nodos limitaron la capacidad de Intel para satisfacer completamente la demanda, tanto en productos de centros de datos como en CPUs para clientes. Esta situación refleja el buen rendimiento comercial de las gamas Intel Core y Xeon, fabricadas principalmente sobre estas tecnologías.
El nodo Intel 7, anteriormente conocido como 10 nm Enhanced SuperFin, debutó con la 12.ª generación Alder Lake, aunque esta ya ha sido descontinuada. Actualmente, Intel mantiene la producción de los procesadores Core de 13.ª y 14.ª generación (Raptor Lake y Raptor Lake Refresh) bajo este nodo, junto con los Xeon Scalable de 4.ª generación (Sapphire Rapids) y 5.ª generación (Emerald Rapids).
Además, Intel fabrica en este mismo nodo el chip I/O de los Xeon 6 Granite Rapids, cuyos diseños de cómputo utilizan el nodo Intel 3. El auge del mercado gaming y la fuerte demanda del sector empresarial han provocado que los procesadores para servidores y PCs de alto rendimiento agoten la capacidad disponible.
Prioridad para centros de datos y aumento de precios
Para mitigar el impacto, Intel ha decidido priorizar la producción de procesadores Xeon, dada su mayor rentabilidad. No obstante, el aumento de los costes y la falta de capacidad han llevado a la compañía a aplicar una subida del 10% en los precios de sus CPUs de 13.ª y 14.ª generación.
Los modelos Raptor Lake-S estándar, que anteriormente rondaban los 150-160 $, ahora se sitúan en torno a 170-180 $, reflejando la escasez de inventario y los costes de mantenimiento de líneas de producción más antiguas.
Intel produce sus chips Intel 7 en múltiples instalaciones, incluyendo D1X (Hillsboro, Oregón) y las Fabs 12, 32 y 42 en Arizona. Sin embargo, incluso con varios centros activos, la compañía no logra satisfacer la creciente demanda, lo que apunta a un mercado en plena recuperación y a una transición de recursos hacia productos de alto margen.
Vía: TechPowerUp



















