
Una nueva polémica sacude Washington D. C. tras conocerse la inminente venta de Electronic Arts (EA) —editora de sagas icónicas como FIFA, Battlefield y The Sims— a un fondo de inversión liderado por Arabia Saudí. El acuerdo, valorado en 55.000 millones de dólares, otorgaría el control de una de las mayores compañías del sector del videojuego al Saudi Sovereign Investment Fund (SSF), lo que ha despertado fuertes reacciones políticas y preocupaciones por la seguridad nacional.
Un acuerdo que supera el valor de mercado
Según fuentes oficiales, la operación fue anunciada a finales de septiembre y supera en más de 10.000 millones de dólares la capitalización bursátil actual de EA, lo que ha generado sospechas de que la compra no responde únicamente a criterios financieros.
Los senadores Elizabeth Warren y Scott Bessent enviaron una carta al secretario del Tesoro, Scott Bessent (sin parentesco con el senador), advirtiendo que el fondo saudí actúa como un brazo estratégico del gobierno de Riad. En su misiva, alertan de que el control saudí sobre EA podría dar acceso a datos sensibles de usuarios y permitir influencia cultural y narrativa a través del contenido de sus juegos.
Ambos legisladores sostienen que el acuerdo plantea riesgos para la soberanía digital estadounidense, al ceder a un gobierno extranjero el control de una empresa que gestiona millones de perfiles de jugadores y plataformas conectadas globalmente.
La sombra de Jared Kushner y el conflicto político
El caso ha escalado en intensidad debido a la participación de Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump y fundador del fondo Affinity Partners, uno de los principales impulsores financieros de la operación.
Warren y Bessent sostienen que su implicación podría presionar a los reguladores estadounidenses a aprobar la compra por motivos políticos, calificando la operación como parte de una preocupante “monetización del poder federal”.
En su carta, los senadores cuestionan directamente:
“¿Qué regulador se atrevería a decirle no al yerno del presidente?”
Preocupación por la seguridad y la cultura digital
Más allá del debate político, los legisladores subrayan los riesgos para los millones de jugadores estadounidenses de EA. Argumentan que un control saudí podría exponer datos personales, además de permitir modificaciones sutiles en los contenidos que reflejan valores o perspectivas culturales.
En un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y China, y con precedentes como TikTok o Huawei, la compra de EA se percibe como otro posible canal de influencia extranjera en la cultura digital y mediática estadounidense.
Si finalmente se aprueba, la operación se convertiría en una de las mayores adquisiciones extranjeras en la historia del videojuego. El Departamento del Tesoro aún no ha confirmado si CFIUS (el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos) investigará el acuerdo, aunque la presión política en el Capitolio aumenta rápidamente.
Vía: Guru3D