
China ha dado un paso técnico clave en su carrera por la independencia tecnológica con el arranque exitoso del Lisuan G100, un procesador gráfico que destaca por ser el primero fabricado en un nodo doméstico de 6 nm y por emplear una arquitectura propia: TrueGPU.
Un lanzamiento con ambiciones frente a NVIDIA
Según Lisuan Technology, el G100 está diseñado para competir directamente con tarjetas gráficas de gama media como la GeForce RTX 4060. Sin embargo, en este momento la RTX 4060 ya tiene sucesora, por lo que el G100 llega con cierto retraso estratégico. Aun así, el objetivo de crear un rival directo a las soluciones occidentales sigue en pie.
Pese a la escasez de datos oficiales, una entrada en Geekbench revela algunos detalles del prototipo: 32 unidades de cómputo (Compute Units), 256 MB de VRAM detectados y una frecuencia base de solo 300 MHz. Estas cifras probablemente corresponden a valores temporales de firmware, y no reflejan las capacidades reales del silicio final.
El rendimiento todavía está lejos del objetivo
El benchmark de OpenCL muestra un resultado de 15.524 puntos, similar al rendimiento de GPUs veteranas como la NVIDIA GeForce GTX 660 Ti o la AMD Radeon R9 370, lanzadas hace más de una década. La prueba se realizó con una CPU Ryzen 7 8700G, 64 GB de RAM DDR5 a 4800 MHz y una placa B650M.
Por tanto, aún queda mucho por recorrer para alcanzar el nivel prometido. En estado actual, el G100 no se acerca a las especificaciones comerciales ni a la competencia moderna. Subir las frecuencias, resolver los errores en la memoria y optimizar drivers será fundamental.
Los controladores, el gran cuello de botella
El hardware por sí solo no basta. Startups chinas como Moore Threads o Birentech ya tropezaron por culpa de controladores inmaduros, y Lisuan parece enfrentarse al mismo obstáculo. La calidad del software será determinante para que el G100 deje de ser una curiosidad técnica y se convierta en un producto competitivo.
Actualmente el chip ha pasado a la etapa de producción de riesgo, y si todo avanza correctamente, la fabricación en volumen podría comenzar a finales de 2025 o principios de 2026. Mientras tanto, el foco estará en mejorar el stack de software y pulir el rendimiento real, que aún está muy por detrás de lo prometido en sus ambiciones iniciales.
Vía: NotebookCheck