Análisis de Aarik and the Ruined Kingdom: Herencia isométrica

Análisis de Aarik and the Ruined Kingdom: Herencia isométrica

El género de los puzles cuenta con decenas de tipos y subgéneros distintos. Puzzles espaciales, numéricos, basados en físicas, de perspectivas… Es en estos últimos donde Monument Valley se ganó su trono por su fascinante uso de la isométrica. Y aquella fascinación inicial por rotar un escenario y descubrir caminos imposibles se convirtió en un referente para innumerables títulos. Aarik and the Ruined Kingdom, del pequeño estudio Shatterproof Games, toma esa inspiración para ofrecernos su propia versión: un viaje de 2-3 horas de duración lleno de rompecabezas basados en la perspectiva, un mundo con tintes de cuento medieval y mecánicas adicionales que intentarán refrescar la fórmula. ¿Lo conseguirá?

Un héroe en busca de respuestas

La premisa es sencilla: encarnamos a Aarik, hijo de un rey postrado y de una reina desaparecida, y la misión principal consiste en restaurar la esperanza de un reino en ruinas. Aunque hay muy poco diálogo, la historia se desgrana a través de momentos puntuales que nos sitúan en el drama familiar y nos empujan a explorar cada nivel. No es una narrativa compleja ni falta le hace, pero sí tiene intención y trata de darle peso a lo que trata de contar.

Cada nivel que avanzamos revela un mundo de tonalidades vibrantes y escenarios llenos de detalles. A pesar de la desolación que nos narra la trama, se mantiene una atmósfera colorida y un halo de optimismo que sugiere que todo puede recomponerse. La ambientación es quizá uno de sus puntos fuertes: La paleta de colores, la sencillez de su estructura, la composición de la escena… Logra un par de momentos donde la belleza logra causar el impacto deseado.

Análisis de Aarik and the Ruined Kingdom: Herencia isométrica

El mundo al revés

Aarik comparte con su referente la misma base: la rotación de la cámara para convertir lo imposible en posible. Al girar el escenario, piezas del camino encajan y se abren rutas que antes no existían. Es una dinámica que cautiva, sobre todo en los primeros niveles, cuando todavía se siente ese efecto “wow” típico de este tipo de trucos. Sin embargo, como suele ocurrir, la novedad puede desvanecerse una vez te habitúas a los giros y entiendes la lógica tras cada puzle.

El desarrollo de Shatterproof Games pretende alargar la variedad con la inclusión de distintas habilidades, ligadas a unas gemas que vas recuperando a lo largo de la aventura. Al principio, Aarik solo cuenta con la habilidad de cambiar la perspectiva, pero pronto desbloquea poderes para mover objetos mediante telequinesis, controlar robots o incluso manipular el tiempo. Cada nueva gema abre posibilidades adicionales haciendo que cada mundo tenga su pequeña diferencia mecánica. La dificultad no es excesiva, lo que ayuda a que el ritmo no decaiga y contribuye a una experiencia relajante y acogedora.

Análisis de Aarik and the Ruined Kingdom: Herencia isométrica

Efectividad, pero no perfección

Aarik and the Ruined Kingdom coloca su foco en la simplicidad de su propuesta. Y es a la vez su mayor virtud y su principal limitación. Por un lado, resulta un título perfecto para una tarde de desconexión: los puzles son lo bastante ingeniosos para hacernos pensar un par de minutos, pero rara vez llegan a frustrar. Por otro lado, conforme avanzamos, se echa de menos algo más de profundidad en esos rompecabezas. Hay momentos en que ciertos retos no pasan de mover objetos un par de centímetros o encajar objetos en los únicos sitios que pueden hacerlo, repitiendo el ciclo de “girar-buscar-colocar”.

Pero como decía al inicio, a nivel artístico, luce francamente bien. Sus escenarios, vistos desde esa perspectiva isométrica tan cuidada, combinan formas geométricas con toques de fantasía medieval. El colorido y la nitidez de cada área refuerzan la idea de estar ante un mundo entrañable que, pese a la ruina, no abandona su encanto. La música también encaja con esa atmósfera distendida: acompaña sin estridencias, ayudando a concentrarte y haciendo que tu estancia sea muy agradable.

Nuestras conclusiones sobre Aarik and the Ruined Kingdom

Aarik and the Ruined Kingdom no aspira a reinventar el género que Monument Valley popularizó, pero bebe de él con acierto y le añade un puñado de mecánicas —como el control de objetos o el manejo del tiempo— para algo de frescura en su breve duración. Es cierto que la chispa inicial se va apagando y que no alcanza la finura de su ilustre referente, pero ofrece un rato agradable para quienes disfrutan de los juegos de perspectiva y puzles suaves.

Al final, es un título sencillo pero efectivo, consciente de sus propias limitaciones y con un estilo visual hermoso que lo convierte en una recomendación segura si buscas un entretenimiento tranquilo de un par de horas. Como juego para Steam y dispositivos móviles, es ideal para quienes quieran desconectar del día a día con puzles simpáticos, un cuento de reinos en decadencia y el placer de rotar la pantalla hasta encontrar esa perspectiva que te saca una breve, pero agradable sonrisa.


Agradecemos la confianza depositada en nosotros al cedernos una clave del juego para la elaboración de su análisis en PC

Fanáticos del Hardware otorga la medalla de PLATA a Aarik and the Ruined Kingdom

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