El regulador japonés de la competencia, Japan Fair Trade Commission (JFTC), emitió ayer un comunicado de prensa en el que anunció la aprobación de la adquisición de Activision Blizzard por 69.000 millones de dólares propuesta por Microsoft.
La revisión de la JFTC ha concluido y sus miembros han: «llegado a la conclusión de que es improbable que la transacción dé lugar a una restricción sustancial de la competencia en algún sector comercial específico». Esto supone otra victoria a nivel mundial para Microsoft, después de que la pasada semana la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) aprobara el acuerdo. La JFTC ha informado tanto a Microsoft como a Activision Blizzard de que no se emitirá una orden de cese y desistimiento, con lo que se da por concluida su investigación.
El momento en que se ha producido esta novedad ha levantado ampollas: la pasada semana, en el Comité de Finanzas del Senado, varios congresistas estadounidenses expresaron su preocupación por el «monopolio» de Sony en el mercado japonés de los videojuegos. También se acusó al gobierno japonés de ser cómplice de su pasividad y de haber: «permitido a Sony incurrir en una conducta anticompetitiva flagrante mediante acuerdos exclusivos y pagos a los editores de videojuegos».
Los organismos de supervisión de la industria de los videojuegos han cuestionado por qué no se ha mencionado en el debate a otra consola y compañía de videojuegos rival, Nintendo. Microsoft ha dedicado considerables recursos a conseguir que su propuesta de acuerdo sea aprobada por los organismos antimonopolio internacionales, e incluso se ha ofrecido a ampliar la biblioteca de videojuegos de Activision Blizzard a las plataformas de hardware de Nintendo.
La propuesta de adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft fue aprobada por los organismos reguladores de Brasil y Arabia Saudí en 2022. La CMA británica emitió la pasada semana su visto bueno provisional y anunció nuevas investigaciones sobre posibles alteraciones de la competencia en el sector de los servicios de cloud gaming. La postura del organismo antimonopolio británico parece haber cambiado desde el pasado mes de febrero, cuando declaró que la adquisición propuesta podía «perjudicar a los jugadores del Reino Unido».
La próxima serie de desafíos de Microsoft tendrá lugar en la Unión Europea y Estados Unidos: la Comisión Federal de Comercio (FTC) de este último país demandó a Microsoft en diciembre de 2022 para bloquear la adquisición de Activision Blizzard. La Comisión Europea ha aplazado su fecha límite provisional para pronunciarse sobre el acuerdo del 25 de abril al 22 de mayo, tras la oferta de Microsoft de incentivos adicionales, cuyos detalles no se han hecho públicos.
Vía: TechPowerUp