En esta trilogía vamos a repasar la evolución de las videoconsolas y su camino hasta la actualidad
En estos tiempos que corren, con videoconsolas capaces de dejar juegos muy potentes como The Last of Us parte 2, Zelda Breath of the Wild o el inminente Halo Infinite, así como tecnologías totalmente punteras como la realidad virtual donde los videojuegos dan un paso más allá para sumergirnos en primera persona en aventuras como nunca antes habíamos soñado, uno echa la vista atrás para ver el camino recorrido y sorprende ver como no hace tanto tiempo, los videojuegos eran poco más que píxeles en una pantalla con los que pasar horas de diversión.
Por eso, en este artículo voy a hacer un viaje al pasado, hasta los orígenes, hasta el principio de esta industria que tanto me apasiona y que tantos buenos momentos ha dejado en mi vida y, seguro, seguirá dejando. ¿Quieres acompañarme en esta aventura para ver dónde y cómo empezó todo? ¡Vamos allá!
El nacimiento de los videojuegos
Existen diversas opiniones sobre cuando se originó el primer videojuego, principalmente por lo que cada uno considere por definición un videojuego, pero se debería considerar que el primero fue Nought and Crosses u OXO. Un juego que fue desarrollado por Alexander S.Douglas en 1952. Básicamente se trataba de un tres en raya computerizado que se ejecutaba sobre la EDSAC (Electronic Delay Storage Automatic Calculator), un antiguo ordenador británico y uno de los primeros jamás creados y en el que un jugador humano podía enfrentarse a la máquina. Unos años más tarde, en 1958, a través de un programa para el cálculo de trayectorias y un osciloscopio, William Higginbotham creo Tennis for Two, un simulador de tenis de mesa para los que visitaban la exposición Brookhaven National Laboratory. Este fue el primer juego de la historia en permitir que dos jugadores humanos jugaran juntos.
Cuatro años más tarde, Steve Russell, estudiante del instituto de Tecnología de Massachussets, creó un juego para ordenador en seis meses usando gráficos vectoriales: Spacewar. En este juego, dos jugadores controlaban la dirección y la velocidad de dos naves espaciales que luchaban entre ellas. En 1966, Ralph Baer empezó a desarrollar junto a Albert Maricon y Ted Dabney un proyecto llamado Fox and Hounds. Este proyecto evolucionaría hasta convertirse en la Magnavox Odyssey, el primer sistema doméstico de videojuegos lanzado en 1972 que se conectaba a la televisión y que permitía jugar a diferentes juegos preinstalados.
El despegue definitivo de los videojuegos llegaría en 1972 con la presentación de la máquina recreativa Pong, que se considera la versión comercial de Tennis for Two creada por Higginbotham. El sistema fue diseñado por Al Alcom para Nolan Bushnell en la recién fundada Atari. Durante los años venideros se implantaron numerosos avances técnicos en los videojuegos, donde se desatacan los microprocesadores y los chips de memoria, además, estalló el boom en los salones recreativos con juegos como Space Invaders de Taito o Asteroids de Atari.
Aunque Pong fue el despegue de los videojuegos, no fue la primera videoconsola que llegó a los hogares de aquellos pioneros en interesarse por esta industria, ese honor lo tiene en su poder Magnavox Odyssey, de la que os hablaré enseguida. Ahora vamos a repasar las distintas generaciones de consolas hasta llegar a la actual, la novena, centrándonos en las más importantes de cada generación, ya que cada etapa de la historia cuenta con decenas de videoconsolas que, en muchos casos, pasaron sin pena ni gloria o directamente supusieron un fracaso estrepitoso.
Primera generación. El origen de algo nuevo
Los salones recreativos estaban en estos años dejando algo clarísimo: los videojuegos gustaban y eran un éxito. No obstante, era un éxito que pasaba por dejarse las monedas en una máquina para jugar un tiempo limitado. Así que supongo que para muchos la idea estaba clara, tener máquinas para jugar en casa sin tener que invertir una monedita para cada partida, (que podía además resultar en una experiencia totalmente efímera si se nos daba mal) era una jugada que no podía salir mal. ¿Quién sería el primero en llevar a cabo esta idea? Y más importante, ¿Quién conseguiría tener éxito?.
Magnavox Odyssey
La primera videoconsola de la historia. Creada por Ralph Baer, conocido como “el padre de los videojuegos”, fue comercializada por la filial de Phillips en Estados Unidos y lanzada en tiendas estadounidenses en septiembre de 1972. Se trataba de un aparato compuesto de 40 transistores y 40 diodos, capaz de generar señales simples en una pantalla de televisión. Contaba con 28 títulos diferentes preinstalados, como supondrás, de una sencillez extrema: ping-pong, voleibol, etc. Debido a lo reducido de su hardware, la consola no era capaz de llevar las puntuaciones de los jugadores, que debían llevar la cuenta en papel o de cabeza.
Pese a que supuso un éxito de ventas en poco tiempo, fue descontinuada tres años después y parte de la culpa de esa desaparición la tuvo la siguiente de la lista.
Atari Pong
Atari Pong fue creada en 1975 y es la segunda videoconsola de la historia. No tenía cartuchos ni varios juegos preinstalados, sino que tan sólo contaba con el videojuego que daba nombre a la consola: Pong.
Su lanzamiento se produjo exclusivamente a través de tiendas de Sears y fue un éxito comercial que provocó la llegada de no pocos clones. Esto atrajo la atención de Ralph Baer y su empresa Sanders Associates, que presentaron una demanda contra Atari, alegando que la compañía había infringido las patentes de Baer, demostrando además con un libro de visitas que Nolan Bushnell, fundador de Atari, había podido jugar al juego de tenis en Magnavox Odyssey antes del lanzamiento de Pong. Finalmente, pese a que el abogado de Bushnell consideró que podrían ganar la demanda, prefirieron llegar a un acuerdo por el que Atari se convertiría en licenciatario de Magnavox por 700.000 dólares, una cantidad mucho menor que el millón y medio que estimó el abogado de Bushnell en costes legales por el juicio.
Home Pong vendió alrededor de 150.000 unidades más 50.000 adicionales de la versión propia de Atari, un éxito rotundo y, posiblemente, una de las principales culpables de que la industria haya llegado a donde está hoy.
Otras consolas a mencionar
Coleco Telstar (Coleco) Color TV-Game (Nintendo) Philips Tele-Spiel (Phillips)
Segunda generación. El dominio y caída de Atari
Esta es una etapa peculiar en la industria del videojuego, una que contó en poco más de una década, con el boom de las videoconsolas y, a la vez, con la casi extinción de las mismas. Por suerte, la industria consiguió prosperar, no tanto Atari, quien gozó del poder de sentirse dioses, para acabar descendiendo a los infiernos. Una época marcada por la saturación del mercado, los clones interminables de los mismos juegos y máquinas y por supuesto, de uno de los casos más famosos y lamentables de esta industria que tanto amamos, sí, E.T. el extraterrestre y sus millones de copias enterradas en un desierto.
Pero no nos quedemos con lo malo, sino con que pese al colapso que llegaría en el 83, Atari consiguió que los videojuegos y las consolas llegaran a millones de hogares en todo el mundo, tal vez, sin ellos, no estaríamos aquí hoy.
Atari 2600
El éxito de Pong hizo que Atari tuviera algo muy claro: las videoconsolas domésticas podían ser una mina de oro y decidieron meterse de lleno más allá de los salones recreativos, donde ya tenían mucho control. Con esa visión, en septiembre de 1977, aterrizó en Estados Unidos (lo haría un año después en Europa y en el 80 en España) Atari 2600, que sin duda fue, la primera gran triunfadora en ventas de la historia de las videoconsolas. Un auténtico pelotazo que consiguió colocar 30 millones de unidades en todo el mundo, una auténtica barbaridad para los años que estamos hablando.
Este éxito se produjo entre otras cosas, por ser la primera consola en tener cartuchos intercambiables, con un amplísimo catálogo donde destacó especialmente la llegada de Space Invaders, uno de los mayores titanes del entretenimiento en salones recreativos. Además, Atari se hizo con licencias no sólo de otras máquinas arcade, sino también de algunas películas.
La consola venía con dos mandos con una palanca de control y un botón y contaba con unos gráficos espectaculares para la época, superiores incluso a otras videoconsolas que llegarían más tarde. Con un procesador a 1.19 MHz, 128 bytes de RAM y una resolución de 320×200 con 128 colores en total entre otros impactantes datos. Sí, estoy siendo un poco irónico si lo comparamos con los números que se manejan hoy día, pero en su momento el nivel gráfico de esta consola dejaba a la gente con la boca abierta.
Sin embargo, pese al rotundo éxito de esta máquina, Atari terminó cavando su propia tumba debido a malas decisiones y tal vez un exceso de ambición. Intentar colar al mundo un modelo algo superior, como fue la 5200, pero que no era compatible con el catálogo de 2600, amén de poseer unos controladores atroces que hacían que jugar en este modelo fuera poco más que una tortura, no sentó bien a los consumidores. Si le sumamos que otras videoconsolas si podían reproducir juegos de Atari 2600 con un adaptador y, como ya sabréis, el terrible episodio del videojuego de E.T, Atari, y la industria del videojuego en general, entró en un declive que pareciera iba a derivar en la desaparición total de las videoconsolas. Por suerte, no fue así.
ColecoVision
Lanzada en agosto de 1982 en Estados Unidos por la empresa Coleco, esta consola presentaba unos gráficos muy punteros para la época, dejando experiencias muy cercanas a las de las máquinas arcade que se podían encontrar en los salones recreativos, incluso teniendo menor resolución de pantalla que la anterior Atari 2600, con unos flamantes 256×192 píxeles de pura magia y una paleta de 16 colores. ColecoVision estuvo muy lejos de las ventas de Atari 2600, quedándose en unos nada despreciables 6 millones de unidades, todo un mérito si tenemos en cuenta que cuando esta máquina llegó a los hogares estadounidenses, el declive de la industria del videojuego ya había llegado debido a la saturación de tantos clones y del maldito E.T.
Dicho éxito se consiguió siguiendo una estrategia de aprovechar los “despistes” que había tenido Atari. Empezando porque esta última no contaba con una patente legal para sus cartuchos, lo que permitió que ColecoVision pudiera correr todo el catálogo de 2600 simplemente con un adaptador. Pero también debió su éxito a acuerdos con desarrolladoras que el gigante Atari había pasado por alto, como, por ejemplo, Namco, pudiendo portear el incombustible Pac-Man al formato doméstico, o Nintendo, pudiendo disfrutar por primera vez en casa, de Donkey Kong.
Nintendo Game & Watch
Llega el momento de hablar de una de las compañías más longevas y poderosas de la industria, la que se encargaría de devolver la gloria a la industria de los videojuegos y reinar de forma casi soberana durante la segunda mitad de los 80 y los 90, Nintendo. Aunque para esa época de reinado aún queda un poco, ya que, en 1980, cuando se estrenaron lo que podríamos denominar las primeras consolas portátiles de la historia, Nintendo estaba empezando a degustar el éxito de los videojuegos gracias a Donkey Kong, ya que anteriormente, sus intentos de meterse en la industria no fueron especialmente bien.
Pero Nintendo se caracteriza, incluso a día de hoy, por ir a su propio ritmo y en su propio camino, sin hacer mucho caso de las modas o lo que le funciona a otros. Por eso, en lugar de intentar abarcar el mercado doméstico con otro clon más de las consolas de Atari y similares, un joven llamado Gunpei Yokoi tuvo una idea al ver a un hombre en el tren aburrido, pasando el rato apretando botones en una calculadora con pantalla LCD. Así nació la idea de las Game & Watch, idea que a Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo por aquellos años, aceptó dando el visto bueno para su desarrollo.
La tecnología de estas “maquinitas” (como todo el mundo las denominaba por aquí) era básicamente la de una calculadora portátil que, en vez de mostrar números, ejecutaba acciones sobre imágenes ya dibujadas en su pantalla LCD. Cada una de las máquinas incluía un único juego, con un total de 59 diferentes, que contaban con títulos como Donkey Kong, Mario Bros, Mickey Mouse o The Legend of Zelda, juegazo este último que, por suerte, poseo y guardo con cariño desde mi tierna infancia.
Nintendo encontró aquí su primer éxito en el ámbito doméstico de videojuegos, colocando la friolera de 43 millones de unidades en todo el mundo y generando cientos de clones de otras compañías hasta que, en 1991, dejaron de fabricarse. Si estás interesado en hacerte con una de estas por coleccionismo, prepara la cartera, porque no son nada baratas.
Otras consolas a mencionar
Intellvision (Mattel) , Commodore MAX Machine (Commodore) , Arcadia 2001 (Arcadia Corporation)
Tercera generación. El renacer de la industria del videojuego
Con el colapso de la industria del videojuego y las videoconsolas en 1982/83, la cosa no pintaba nada bien para el sector, como se suele decir, si se sube muy rápido es posible que la caída sea muy grande. Esto es básicamente lo que ocurrió. Estamos hablando de una industria joven, con apenas 11 años de vida y que ya había saturado completamente el mercado. Los consumidores empezaban a hartarse de los cientos de miles de clones de las mismas arcades una y otra vez en decenas de modelos de videoconsolas diferentes. Esto, unido a la mala publicidad que recibieron los videojuegos con casos como el de E.T., con millones de copias enterradas en un desierto y que los que tenían el dinero no estaban dispuestos a invertir millonadas en más publicidad para las consolas, propició la casi desaparición total de este entretenimiento.
Por suerte, una compañía estaba dispuesta a revolucionar el sector y devolver a los videojuegos al lugar que correspondían. Una empresa juguetera que se convirtió en la reina inamovible de la industria durante décadas, hablo, por supuesto, de Nintendo.
Ninentedo Entertainment System (NES) o Famicom en Japón
El 15 de julio de 1983 se lanzó en Japón la Nintendo Famicom (Abreviación de Family Computer), una consola que permitía disfrutar de los juegos arcade de Nintendo, lo que les granjeó una gran popularidad en el país nipón. La consola vendió 2.5 millones de unidades ese mismo año, lo que supuso un rotundo éxito para la compañía y la plataforma. Con este triunfo, Nintendo tenía claro su siguiente objetivo: Estados Unidos.
Para llevar la consola a territorio americano, Nintendo entro en negociaciones con Atari, quienes portaban la corona sobre la industria. Sin embargo, el colapso de la industria que se estaba produciendo sumado a cuestiones empresariales de la propia Atari, hicieron que se cancelaran dichas negociaciones. Así, Nintendo decidió sacar su consola por sus propios medios en un movimiento totalmente arriesgado, teniendo en cuenta que el consumidor americano no quería saber mucho de videojuegos en ese momento.
Pero como se suele decir, quien no arriesga no gana. Nintendo arriesgó, y vaya que si ganó. Cambiando el nombre de la consola a Nintendo Entertraiment System y modificando también su diseño para que se asemejara más a un dispositivo electrónico que colocar junto a tu televisor y no tanto a un “juguete”, consiguieron colocar nada más y nada menos que 34 millones de unidades en el mercado estadounidense, cifra que ascendería a casi 62 millones si contamos las ventas globales.
La NES fue una de las consolas inolvidables de la historia, dejando joyas atemporales como Super Mario Bros, Castlevania, The Legend of Zelda, Metroid o Mega Man entre tantos otros. Luciendo de maravilla gracias a su resolución de 256×240 píxeles en pantalla y con unos flamantes 52 colores, con máximo de 25 por pantalla, 64 sprites por pantalla, 2KB de RAM y un procesador a 1.79 MHz en su versión japonesa, y a 1.66 MHz en su versión PAL, un lastre para los occidentales que, desgraciadamente, seguiríamos sufriendo durante mucho tiempo. Además, contaba con un montón de accesorios como la pistola, el guante o una alfombra.
Nintendo era la elegida para devolver a la vida a una industria moribunda, y la NES, fue la herramienta necesaria para conseguirlo.
Master System o Sega Mark III en Japón
La Master System no fue, al contrario de lo que muchos creen, la primera consola de Sega. Antes de esta mítica máquina, que, seguro que ha pasado por más de una casa de los que me estáis leyendo, la compañía lanzó la SG-1000 en un intento de competir con Nintendo cuando descubrieron sus planes de lanzar una consola doméstica.
Pese a que este sistema presentaba algunas especificaciones técnicas muy punteras para la época, la consola fue un éxito moderado. Vendió por encima de las previsiones de Sega, pero muy lejos de su competidora directa, llegando a las 160.000 unidades. Uno de los principales motivos para esto es que Sega se mostraba reacia a hacer acuerdos de desarrollos con quienes, hasta hacía poco tiempo, eran sus competidores en los salones recreativos, mientras que Nintendo no tenía problemas en llegar a acuerdos con terceros para sus desarrollos.
En 1984 Sega lanzo la Mark II, que sustituía los controladores con palanca por unos con cruceta más actuales y con algunas mejoras. Sin embargo, poco podía hacer la compañía por competir con la todopoderosa Nintendo, así que Sega abandonó la SG-1000 para centrarse en crear una máquina capaz de competir con la NES y, así nació: Master System. En octubre de 1985 llegaba a las tiendas japonesas Sega Mark III, que posteriormente llegaría a los mercados occidentales con el nombre de Master System y un diseño más “futurista” acorde a los gustos de occidente.
La consola, pese a ser técnicamente un portento, con un procesador a 3.58 MHz (3.54 en su versión PAL), 8 KB de RAM con 16KB de Video RAM específica, una resolución igual a la de NES, pero con 64 colores (32 en pantalla), no consiguió el éxito de su competidora directa. Esto principalmente fue a causa de las cláusulas contractuales que poseía Nintendo con terceros, lo que impedía que, si estas desarrolladoras lanzaban un juego en NES, automáticamente tenían prohibida la posibilidad de lanzar juegos en otras plataformas, lo que dejó a Sega con unas posibilidades muy limitadas.
Pese a esto, contando únicamente con el apoyo externo de Activision y Parker Brothers, Sega tuvo que desarrollar el resto de su catálogo por sí misma. Situación que no le impidió dejar auténticas joyas para el recuerdo, con algunas sagas que a día de hoy siguen existiendo, como Phantasy Star o Alex Kidd (que ha recibido recientemente un remake), que además venía preinstalado en la revisión de la consola, la Master System II, lanzada en 1990, que contaba con un tamaño reducido y otros cambios menores y que hasta hace muy poquito tiempo, se seguía vendiendo en Brasil, donde la consola fue un pelotazo impensable.
Master System consiguió colocar unos 13 millones de consolas en todo el mundo aproximadamente, una mejora astronómica si la comparamos con las 160.000 unidades de SG-1000 pero muy lejos de los 61 millones de NES vendidas.
Otras consolas a mencionar
Sharp Nintendo Television (Sharp y Nintendo), Amstrad GX4000 (Amstrad), Commodore 64 (Commodore)
Continuará…
Lejos de ser el final de esta historia, es solo un punto y aparte que continuará con la próxima trilogía, la que posiblemente sea para mí la mejor época de los videojuegos, momentos de revolución histórica, de obras maestras para el recuerdo, de los 16 Bits, de la llegada del 3D y por supuesto, de la guerra de consolas, porque Sega iba perdiendo la batalla, pero no estaba dispuesta a perder la guerra y, para remontar una pelea casi perdida, necesitas guerreros poderosos, y Sega consiguió dos figuras capaces de demostrarle a un titán como Goliat, que un pequeño humano como David puede hacerte bajar de las nubes.
Dos personajes para dos lugares diferentes, dentro de la videoconsola: Sonic el erizo, fuera de ella, Tom Kalinske. La guerra de consolas había empezado, pero eso, es para el próximo capítulo.