Un propietario de un taller de reparación en Vietnam ha compartido un incidente tan llamativo como costoso relacionado con un lote completo de SSD NVMe Samsung PM991A de 512 GB. A través de una publicación en un grupo de Facebook, el técnico mostró imágenes de 50 unidades M.2 2280 claramente dobladas en forma de arco, lo que las convierte en imposibles de revender como hardware OEM estándar.
Según el propio afectado, los daños se produjeron después de que su hijo de 10 años manipulase la caja que contenía las unidades y flexionase físicamente los SSD, transformando lo que debía ser un inventario limpio de almacenamiento NVMe para integradores en un conjunto de dispositivos con integridad estructural comprometida.
El formato M.2 2280, eficiente pero extremadamente frágil
El Samsung PM991A es un SSD NVMe orientado a OEMs, pensado para fabricantes de equipos y ensambladores de sistemas, no para su venta como producto retail individual. Este tipo de unidades se distribuye habitualmente en lotes a granel, sin protecciones rígidas individuales, lo que las hace más vulnerables durante la manipulación fuera de un entorno profesional controlado.
El problema clave reside en el formato M.2 2280, un PCB largo y estrecho diseñado para instalarse plano, fijado mediante un tornillo de retención y apoyado sobre un separador. Estas placas no están diseñadas para soportar cargas de flexión, y una vez que el sustrato se deforma, los riesgos van mucho más allá de lo estético. Pueden aparecer microfisuras, daños en las soldaduras BGA, alteraciones en las pistas internas o incluso fallos intermitentes difíciles de diagnosticar.
Daño económico y coste operativo real
Tomando como referencia un precio estimado de unos 80$ por unidad, el lote afectado representa una pérdida directa de alrededor de 3.520$ (~3.005€). Aunque algunas unidades podrían reutilizarse internamente para pruebas no críticas o usos temporales, el impacto real no se limita al valor del hardware.
El propietario del taller también afronta la pérdida de stock vendible, el tiempo necesario para comprobar individualmente cada SSD, y el riesgo reputacional de no poder garantizar la fiabilidad a largo plazo de unidades físicamente deformadas. En entornos profesionales, un SSD con posible daño estructural es, sencillamente, material descartado.
Una lección clara sobre manipulación de hardware OEM
Este caso pone de relieve una realidad poco visible fuera del sector: el hardware OEM, aunque técnicamente idéntico al retail, no está pensado para manipulación informal. Los SSD M.2, en particular, ofrecen un equilibrio excelente entre rendimiento y tamaño, pero sacrifican robustez mecánica, lo que exige almacenamiento y manejo extremadamente cuidadosos.
Un recordatorio contundente de que, en el mundo del hardware, unos segundos de manipulación incorrecta pueden traducirse en miles de euros en pérdidas, incluso antes de que el producto llegue a instalarse en un solo equipo.
Vía: Guru3D



















