Al parecer, TSMC ha pospuesto la ceremonia de inauguración de su planta Fab 21 de Arizona, prevista inicialmente para el 6 de diciembre, debido al cambiante panorama político estadounidense.
Ahora se prevé que la ceremonia tenga lugar después de la investidura del presidente electo Donald Trump, es decir, a principios de 2025, lo que pone de manifiesto que el fabricante de chips adopta una actitud prudente ante los cambios geopolíticos.
Este aplazamiento se produce cuando TSMC se halla en la encrucijada de la política mundial de semiconductores. En Arizona, la multinacional ha invertido grandes sumas, estimadas en 65.000 millones de dólares, y Wang Yinglang, director general adjunto de operaciones de la fábrica de obleas, lidera el proyecto.
El equipo de Wang, pese al escepticismo inicial, ha mantenido un calendario sumamente ambicioso: está previsto que la producción en masa arranque en el primer semestre de 2025. Asimismo, los rumores apuntan a que la decisión de TSMC responde a preocupaciones más generalizadas sobre las políticas de semiconductores de la administración entrante.
TSMC, sin embargo, mantiene una sólida posición gracias a sus inigualables capacidades tecnológicas, sobre todo en procesos de fabricación avanzados, algo que contrincantes como Intel y Samsung se esforzaron por alcanzar. La planta de Arizona constituye una importante baza en la estrategia de expansión mundial de TSMC, que también incluye nuevas fábricas en Japón y Alemania.
Si bien es cierto que el fabricante afronta diversos desafíos, como los problemas laborales y el incremento de los costes en Estados Unidos, su importancia estratégica para la cadena mundial de suministro de semiconductores permanece intacta. Lo único que varía es el calendario de la ceremonia de inauguración, mientras que la producción a gran escala se mantiene según lo previsto.
Vía: TechPowerUp