El laboratorio independiente Rtings ha publicado uno de los estudios de longevidad más exhaustivos realizados hasta la fecha en televisores. Durante tres años completos, el equipo mantuvo 102 TVs funcionando a brillo máximo, mostrando de forma constante un canal de noticias con barra informativa estática, con el objetivo de evaluar burn-in, degradación del panel y fallos estructurales tras un uso extremo.
Los resultados confirman lo esperado en algunos frentes, pero también dejan datos llamativos. Tras 18.000 horas de funcionamiento, 20 televisores dejaron de funcionar por completo, mientras que 24 unidades adicionales presentaban fallos parciales que las hacían apenas utilizables. Aun así, el estudio también revela que la mayoría de televisores supera sin problemas las 10.000 horas, lo que equivale a más de tres años de uso continuo a 8 horas diarias.
LCD sin local dimming, los más afectados
Uno de los hallazgos más claros del test es la alta tasa de fallos en televisores LCD con retroiluminación LED sin local dimming. Cerca del 60% de estos modelos presentó defectos graves, principalmente relacionados con LEDs de la retroiluminación que se quemaron o perdieron intensidad, provocando zonas oscuras, manchas o pérdida total de imagen.
En contraste, los modelos con sistemas de atenuación local mostraron un comportamiento notablemente más estable, lo que refuerza la importancia de esta tecnología no solo en calidad de imagen, sino también en durabilidad a largo plazo.
OLED: menos fallos estructurales y mayor longevidad
Contra la percepción habitual, los televisores OLED destacan positivamente en el estudio. Aunque el burn-in sigue existiendo en condiciones extremas, los fallos estructurales son muy poco frecuentes. Según Rtings, los OLED son los modelos que mejor resisten el paso del tiempo, con menos incidencias críticas incluso tras miles de horas de uso continuo.
El test también deja claro que el burn-in no es un problema real con contenido dinámico, como cine, series o videojuegos. Las retenciones visibles aparecen casi exclusivamente con elementos estáticos prolongados, como la barra informativa de un canal de noticias. Por ello, Rtings subraya que este riesgo es mucho más relevante en monitores de PC que en televisores domésticos convencionales.
Marcas y precio no garantizan mayor vida útil
En esta prueba concreta, LG y TCL registraron la menor tasa de fallos, aunque Rtings aclara que el número limitado de unidades por marca impide extraer conclusiones estadísticamente definitivas.
Otro punto interesante es que no existe una correlación clara entre el precio de un televisor y su vida útil. Modelos más caros no necesariamente resisten mejor el paso del tiempo, mientras que algunos televisores más asequibles lograron completar el test sin problemas graves.
Qué significa esto para el uso real
El estudio refuerza una idea clave: el uso real de un televisor doméstico es mucho menos exigente que el escenario planteado por Rtings. Ver contenido variado, evitar brillos máximos constantes y no mantener imágenes estáticas durante horas reduce de forma drástica cualquier riesgo.
Aun así, los datos dejan una conclusión clara: la tecnología de panel y retroiluminación es el factor más determinante en la durabilidad, por encima de la marca o el precio. En ese contexto, los OLED se consolidan como los televisores con mayor longevidad, mientras que los LCD sin local dimming siguen siendo el eslabón más débil tras usos prolongados.
Vía: NotebookCheck



















