La industria del videojuego vuelve a mirar de reojo a la cadena de suministro de memoria, un factor que ya ha tensionado al mercado del PC y que ahora empieza a proyectar su sombra sobre las consolas de nueva generación. Según un informe reciente, los principales fabricantes estarían valorando ajustes en los plazos de lanzamiento ante un escenario de precios elevados y disponibilidad limitada de DRAM.
Aunque los planes iniciales situaban la llegada de las nuevas consolas entre 2027 y 2028, la situación actual del mercado podría obligar a retrasar decisiones clave hasta que el suministro se normalice.
La presión de la IA sobre la memoria vuelve a escena
El detonante vuelve a ser el mismo que ha afectado a tarjetas gráficas, portátiles y hardware de PC en los últimos meses: la demanda masiva de memoria por parte del sector de la IA. Grandes volúmenes de DRAM de alta densidad están siendo absorbidos por centros de datos, aceleradores de IA y servidores, reduciendo la capacidad disponible para productos de consumo.
Este desequilibrio ya ha provocado subidas de precios y márgenes más ajustados para fabricantes de hardware, y ahora estaría afectando también a los planes de Microsoft y Sony, responsables de Xbox y PlayStation respectivamente.
Conversaciones internas sobre posibles retrasos
Según la información publicada por Insider Gaming, los fabricantes de consolas estarían manteniendo conversaciones internas para valorar un posible aplazamiento de la próxima generación, con el objetivo de esperar a que los precios y la disponibilidad de memoria se estabilicen.
No se habla, por ahora, de una nueva ventana de lanzamiento concreta, pero sí de la posibilidad de evitar un debut en un contexto de costes inflados, algo que podría obligar a subir el precio final de las consolas o a sacrificar especificaciones clave.
Impacto económico y márgenes cada vez más ajustados
El aumento de precios de DRAM y NAND ya ha tenido efectos visibles en la industria. Algunos fabricantes han visto cómo sus márgenes se reducían, mientras otros han empezado a plantearse subidas de precio para mantener la rentabilidad.
En paralelo, compañías como Samsung estarían reorientando parte de su producción desde NAND hacia DRAM para responder a la demanda de IA, una transición que no es inmediata y que añade más incertidumbre al calendario de normalización del mercado.
Un escenario que recuerda al lanzamiento de la generación actual
La situación trae ecos del lanzamiento de PlayStation 5 y Xbox Series, marcado por escasez de componentes, problemas logísticos y precios tensionados. Los fabricantes parecen querer evitar repetir un escenario similar, especialmente en una generación que previsiblemente apostará por más memoria, APUs más complejas y capacidades de IA integradas.
Por ahora, todo se mueve en el terreno del rumor y la planificación preventiva, pero la señal es clara: la escasez de memoria se está convirtiendo en un factor estratégico que podría redefinir el calendario de la próxima generación de consolas.
Vía: TechPowerUp


















