El sector del hardware gaming se enfrenta a una presión creciente derivada del encarecimiento sostenido de la memoria y el almacenamiento, un problema que empieza a condicionar incluso los planes de productos ya anunciados. Según un reciente informe de Reuters, esta situación podría afectar tanto al precio final como al calendario efectivo de sistemas clave como la futura PS6 y la Steam Machine de Valve.
La causa principal está en el auge del sector de IA, que está absorbiendo gran parte de la capacidad de producción de DRAM, LPDDR y VRAM, reduciendo la disponibilidad para productos de consumo y elevando los costes en toda la cadena.
La memoria, en el centro de la tensión del mercado
El análisis, firmado por Zaheer Kachwala, explica cómo fabricantes como Micron están priorizando clientes empresariales y centros de datos, dejando al mercado de consumo con menor oferta y precios más volátiles. Este escenario ya se ha traducido en subidas de precio en portátiles, PCs premontados y componentes clave.
En el caso de Valve, la situación es especialmente relevante porque la Steam Machine ya fue presentada oficialmente, con una ventana de lanzamiento situada en el primer trimestre de 2026. La incógnita no es si llegará al mercado, sino a qué precio y con qué configuraciones iniciales, en función de cómo evolucionen los costes de LPDDR5 y almacenamiento.
Steam Machine: impacto en precio y configuraciones
Fuentes del sector citadas por Reuters apuntan a que, incluso si Valve ha asegurado parte del suministro de memoria con antelación, la presión de costes podría obligar a ajustar el PVP final o a priorizar configuraciones concretas en el lanzamiento. Entre las opciones que se barajan en la industria está ofrecer modelos base más contenidos para mantener un precio atractivo, dejando las configuraciones más completas para una fase posterior.
Este enfoque permitiría a Valve cumplir su hoja de ruta sin retrasar el producto, pero trasladaría parte del impacto de la crisis de memoria al precio escalonado según configuración.
PS6 y el peso de la VRAM GDDR7
El escenario es más incierto en el caso de Sony. La PS6, cuya llegada se sitúa mayoritariamente entre 2027 y 2028, dependerá previsiblemente de memoria GDDR7, un componente que ya apunta a costes elevados. Esta misma presión se está dejando notar en el mercado de tarjetas gráficas, con el incremento esperado de precios en modelos de la familia RTX 50.
Un encarecimiento sostenido de la VRAM amenaza directamente el precio de lanzamiento de la próxima consola de Sony, complicando su posicionamiento en un mercado cada vez más sensible al coste inicial.
Ventas de consolas en retroceso
A la presión de los componentes se suma un contexto de demanda más débil. Datos de Circana en Estados Unidos correspondientes a noviembre de 2025 reflejan una caída interanual del 27% en las ventas de hardware. A esto se añaden factores como aranceles, inflación y ajustes económicos globales.
Tanto PS5 como Xbox Series X ya han registrado subidas de precio en distintos mercados, un precedente que refuerza la cautela de los fabricantes a la hora de definir precios para la próxima generación.
Retrasos parciales, una opción sobre la mesa
El analista Jacob Bourne, de emarketer, señala en el informe de Reuters que la combinación de ventas más flojas y componentes más caros podría llevar a los fabricantes a ajustar calendarios, ya sea mediante lanzamientos escalonados o retrasos parciales, en lugar de asumir riesgos con precios demasiado elevados. En sus palabras, “podríamos ver a los fabricantes de consolas retrasar lanzamientos”.
En el caso de Valve, el debate se centra más en precio y configuración que en un aplazamiento completo. Para Sony, en cambio, el margen de maniobra es menor, dado su modelo de negocio basado en una experiencia cerrada y homogénea desde el primer día.
Un equilibrio delicado para el hardware gaming
Por ahora, no hay decisiones oficiales anunciadas. Sin embargo, la combinación de crisis de memoria, costes al alza y demanda más débil dibuja un escenario complejo para el futuro del hardware gaming. Tanto Sony como Valve deberán equilibrar precio, timing y expectativas del mercado para evitar un lanzamiento condicionado por factores externos a la tecnología.
Vía: NotebookCheck


















