Cuando Intel anunció la tecnología 3D XPoint, no pensaban en una solución para la caché del sistema, o como SSD, también planteó la idea de su funcionamiento como sustita de las memorias DRAM. Esta opción plantea muchas ventajas: disminuir el precio/GB de memoria y aumentar el máximo de memoria que puede manejar el sistema sin sacrificar rendimiento.
Intel describe la DRAM actual como muy pequeña, cara e inestable como para continuar siendo la principal opción. La DRAM seguiría utilizándose, pero en menores cantidades y sólo para operaciones críticas del sistema o el arranque. Sería usada junto a las memorias 3D XPoint DIMM, que relizarían las tareas de mayor carga.
Un efecto secundario es que este tipo de memorias no son volátiles, por tanto al apagarse el sistema no se pierde la información. Esto es bueno y malo a la vez, mientras que por un lado se puede recuperar información después de haber realizado un apagado forzado del sistema, de la misma manera, cualquier persona con acceso físico al equipo sería capaz de acceder a esa información si no se toman las medidas de seguridad adecuadas.
2018 es una fecha algo optimista, teniendo en cuenta todos los cambios que tendrán que realizar los fabricantes y desarrolladores, pero Intel estaría trabajando duro para tener esta tecnología lista lo antes posible.