El fabricante chino Dreame, conocido por sus aspiradores robóticos de gama alta, está listo para dar un salto inesperado. Tras diversificar su catálogo con televisores, purificadores de aire o bancos de energía, la compañía presentará en el CES 2026 su primer coche eléctrico, siguiendo una estrategia similar a la de Xiaomi, pero con un enfoque claramente orientado al rendimiento extremo.
El anuncio está previsto para enero, y todo apunta a que Dreame quiere posicionarse directamente en el segmento de los deportivos eléctricos de lujo, apoyándose en uno de sus mayores activos: su experiencia en motores eléctricos de muy alta velocidad.
De los aspiradores premium a los motores eléctricos extremos
Dreame no es un actor cualquiera dentro del hardware doméstico. La firma presume de fabricar algunos de los motores eléctricos más rápidos del mundo, empleados en productos como el aspirador robótico X50 Ultra, certificado por Frost & Sullivan como el primer motor digital de alta velocidad de 200.000 rpm.
Ese conocimiento en I+D de motores compactos y eficientes es el que Dreame pretende trasladar ahora al sector de la automoción eléctrica. Aunque las revoluciones por minuto no son el único factor clave en un vehículo, sí representan una base tecnológica relevante para desarrollar sistemas de propulsión de alto rendimiento.
Un deportivo eléctrico con más de 1.000 CV
Según los datos adelantados por la propia compañía, el coche eléctrico de Dreame contará con una potencia combinada superior a 1.000 CV y será capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 2 segundos. La marca afirma incluso que aspira a convertirse en el coche de lujo más rápido del mundo cuando llegue al mercado.
Estas cifras sitúan al modelo directamente frente a los hiperdeportivos eléctricos actuales, por lo que se espera que no solo destaque en prestaciones puras, sino también en acabados interiores, confort y tecnología a bordo, un aspecto clave en el segmento premium.
Refrigeración avanzada y comparación con otros fabricantes chinos
Uno de los puntos más llamativos es el sistema de refrigeración por refrigerante que, según los informes, permitirá que los motores y el tren de transmisión operen a temperaturas que no superen los 15 °C. Este control térmico sería clave para mantener el rendimiento sostenido y la fiabilidad en condiciones extremas.
El reto no es menor. Fabricantes como BYD ya han mostrado plataformas capaces de cargas de hasta 1 MW y motores eléctricos que alcanzan 32.000 rpm, lo que les ha permitido batir récords de aceleración en vehículos de producción. Dreame tendrá que demostrar que su tecnología, nacida en el sector del hardware doméstico, puede competir en ese nivel.
Electrónica de consumo y automoción, cada vez más cerca
El movimiento de Dreame refuerza una tendencia clara en China: empresas de electrónica de consumo entrando en la industria del automóvil eléctrico en plazos muy cortos. Como ya ha demostrado Xiaomi, la barrera entre ambos mundos es cada vez menor, especialmente cuando el núcleo tecnológico es el motor eléctrico.
Habrá que esperar al CES 2026 para conocer hasta qué punto Dreame ha logrado adaptar su experiencia en motores ultrarrápidos al exigente entorno del automóvil. Si las cifras prometidas se confirman, la compañía podría convertirse en uno de los actores más sorprendentes del sector del vehículo eléctrico de alto rendimiento en los próximos años.
Vía: NotebookCheck
