Análisis de Towa and the Guardians of the Sacred Tree – Roguelite con alma RPG

Análisis de Towa and the Guardians of the Sacred Tree - Roguelite con alma RPG

Bandai Namco y el estudio Brownies nos traen una propuesta que, a simple vista, podría parecer un nuevo intento de seguir la senda marcada por los grandes del género roguelite. Sin embargo, Towa and the Guardians of the Sacred Tree busca algo más: envolvernos en un viaje profundamente japonés, cargado de mitología sintoísta, símbolos y melodías que recuerdan a una leyenda transmitida junto al fuego. El resultado es un juego que combina lo conocido con lo inesperado, dejando luces y sombras, pero siempre con un sello propio digno de admiración. Y lo mejor de todo: ya está disponible en PC y consolas.

Una sacerdotisa contra la sombra de Magatsu

El punto de partida nos coloca en la piel de Towa, sacerdotisa de Shinju, acompañada de ocho guardianes encargados de proteger al Árbol Sagrado de la amenaza de Magatsu. Desde el primer momento, el juego transmite su compromiso con la cultura japonesa: términos, armas, conjuros y hasta el tono de los diálogos rezuman folclore. El doblaje —prácticamente completo y con un japonés sobresaliente— eleva la experiencia a la de estar frente a una serie de aventuras ligera, divertida y cargada de carisma.

Ese esfuerzo en los diálogos y en las interacciones entre personajes es uno de sus mayores logros. Se percibe un mimo enorme en cómo se escriben y se interpretan, hasta el punto de que a veces puedes perderte entre tantos términos y matices. Sin embargo, es un peaje asumible a cambio de la autenticidad cultural que ofrece.

De hecho, el juego no se limita a narrar un simple conflicto entre el bien y el mal, sino que utiliza esa lucha como vehículo para acercarnos a una cosmovisión marcada por lo ritual y lo espiritual. Cada decisión, cada enfrentamiento, parece estar impregnado por un aire ceremonial que recuerda que aquí no solo combatimos contra enemigos, sino también contra fuerzas que simbolizan un orden cósmico. Es agradable estar en un roguelite que le dé importancia a estas cosas y haga de cada intento algo más interesante.

Análisis de Towa and the Guardians of the Sacred Tree - Roguelite con alma RPG

Entre la tradición, la revolución y el roguelite

En lo jugable, la fórmula de Towa bebe de referentes claros —Hades es el espejo más evidente—, pero introduce matices que la diferencian por un lado, la dualidad entre espada (tsurugi) y vara (kagura), que define tu estilo de combate al contar con dos personas simultáneamente. La evolución de la Aldea Shinju con el paso de las horas y completando las aventuras, cambia de forma tangible con la historia. Y, sobre todo, la decisión final de cada expedición, un giro argumental y mecánico que no me atrevo en absoluto a destripar, pero que redefine la experiencia por completo.

Además, otro de los elementos diferenciales es la forja de espadas. Aquí no basta con mejorar parámetros: diseñas el arma, eliges materiales y superas minijuegos que marcan su durabilidad y calidad. Este sistema conecta directamente a Towa con la progresión y da al jugador un grado de personalización que se siente fresco y bien integrado. Mención especial a lo realista del proceso, siendo un fiel reflejo del proceso auténtico de forjar una katana y ayudando a la ambientación.

Análisis de Towa and the Guardians of the Sacred Tree - Roguelite con alma RPG

Lo interesante es que todas estas ideas no funcionan como añadidos dispersos, sino como piezas de un engranaje común. La narrativa, la progresión y las mecánicas terminan entrelazándose para construir un ritmo que, aunque irregular, resulta coherente con la identidad que persigue el juego.

Un combate con dos caras

La propuesta de combate resulta atractiva en papel, pero su ejecución no siempre brilla. Si bien cada guardián cuenta con un set de movimientos propio —con diferencias palpables en casos como la velocidad de Mutsumi o el peculiar Akazu, que aportan estilos muy distintos—, la sensación general es que muchos de ellos acaban pareciéndose más de lo deseado.

El mayor problema está en el feedback de los golpes. No transmiten contundencia y, aunque el sistema ofrece variedad de ataques (rápidos, cargados, especiales, con armas dobles), la satisfacción al impactar no siempre está a la altura. A ello se suma un bestiario que, en lugar de sorprender por ingenio, abusa de la repetición: patrones previsibles, hordas numerosas y enemigos más intimidantes por cantidad que por interés. Solo salvado por los jefes intermedios.

Análisis de Towa and the Guardians of the Sacred Tree - Roguelite con alma RPG

A esta irregularidad se añade una decisión de diseño arriesgada que mencioné antes: en solitario, el juego obliga a manejar dos personajes de forma simultánea. Sobre el papel, suena innovador; en la práctica, se traduce en un control farragoso y momentos frustrantes donde recibes daño porque es difícil gestionar ambos con fluidez. En cooperativo, en cambio, el concepto se despliega con naturalidad y deja ver el potencial real del sistema; pero claro, nos obliga a jugar con alguien.

Una densidad que abruma, pero recompensa

Más allá del combate, Towa despliega un entramado de sistemas RPG que, aunque interesantes, rozan lo abrumador: dos armas, bendiciones, hechizos, mejoras en el dojo, recursos de forja, menús cargados de iconos y textos… El exceso de capas puede intimidar, especialmente a quienes se acerquen al género por primera vez.

Sin embargo, si se decide abrazar esa densidad, el juego recompensa con opciones originales y una profundidad que invita a experimentar. Es un equilibrio delicado: a veces se siente enrevesado, pero siempre con la intención de dar herramientas al jugador para moldear su propia experiencia.

Por eso, aunque el arranque pueda ser cuesta arriba, la curva de aprendizaje termina construyendo una sensación de progreso que trasciende la típica fórmula roguelite. Dominar Towa no es solo superar mazmorras, sino también aprender a convivir con sus sistemas, descifrar sus códigos y encontrar la manera de hacerlos tuyos. Cada run, cada intento, se convierte en un pequeño progreso adicional en un enorme árbol de sistemas que termina enganchando por la sensación de mejora constante.

Un folclore hecho música y color

Si hay un aspecto donde el juego no titubea es en su dirección artística y musical. Los escenarios desprenden la esencia de un Japón mitológico, con templos cubiertos de detalles y paisajes que transmiten misticismo y grandeza. Todo ello envuelto por la partitura de Hitoshi Sakimoto, que con su toque orquestal consigue que incluso los momentos más sencillos resuenen con solemnidad.

Aquí Towa brilla con luz propia, porque logra que lo audiovisual no sea un mero acompañamiento, sino una extensión natural de su relato. La música y el arte no solo visten la jugabilidad: dialogan con ella, reforzando la sensación de estar participando en una leyenda viva, en un mito que se construye a golpe de espada y de melodía.

Nuestras conclusiones sobre Towa and the Guardians of the Sacred Tree

Towa and the Guardians of the Sacred Tree no es un roguelite perfecto. Su combate carece de la contundencia esperada, algunos guardianes no terminan de destacar y la maraña de menús puede resultar abrumadora. Pero sería injusto quedarse solo con sus tropiezos. 

El juego tiene algo que muchos otros no: personalidad. Su manera de tejer la mitología japonesa en cada diálogo, en cada arma y en cada escenario lo convierte en una experiencia cultural y lúdica a la vez. Su mecánica de sacrificios, la evolución de la aldea y el sistema de forja son ideas valientes que aportan identidad en un género saturado de imitadores. Creo que es uno de esos juegos de Bandai que terminan obteniendo  mejor prensa a medida que pasa el tiempo y seguro que recibe alguna actualización adicional.

Quizá no alcance la finura de los grandes nombres del roguelite, pero consigue algo igualmente valioso: dejar la sensación de haber vivido un relato propio, un mito sintoísta narrado en clave de videojuego. Y aunque sea imperfecto, esa mezcla de riesgo, autenticidad y cariño lo convierte en un viaje recomendable para quienes busquen algo diferente.

Fanáticos del Hardware otorga la medalla de PLATA a Towa and the Guardians of the Sacred Tree

Agradecemos a Bandai Namco la confianza al cedernos Towa and the Guardians of the Sacred Tree en PC para su análisis.

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