Los juegos de terror han sido siempre un género que ha acompañado a los videojuegos desde prácticamente sus inicios. Juegos tan distintos entre si como Silent Hill, Resident Evil u Outlast, han tratado el miedo y el terror de formas muy diferentes, pero siempre buscando lo mismo, que el jugador sienta que algo no anda bien y que cualquier cosa puede pasar.
Uno de esos juegos fue The Forest, que en 2014 trajo consigo una historia que se desarrollaba en un terrorífico bosque en el que la sensación de estar en peligro era una constante. Pues bien, hoy os traemos el análisis de Sons of The Forest, la segunda parte de este juego de terror que promete momentos, si cabe, más intensos que en su primera entrega.
Análisis de Sons of The Forest
Para ponernos en situación, Sons of The Forest es un juego cuya historia se resume de forma muy simple y concisa: somos un grupo de búsqueda que intenta localizar a la familia Puffton. Obviamente estamos en un juego de terror y no puede ser que lleguemos sanos y salvos a nuestro objetivo, por lo que durante la escena introductoria, el helicóptero acaba estrellándose. Despertamos justo después del accidente, pero alguien está junto a nosotros y de un golpe vuelve a dejarnos KO. Poco después, despertamos sin saber qué ha pasado ni donde estamos, junto a nosotros tenemos un kit de supervivencia y un compañero que ha sobrevivido al accidente.
Este es el primer punto importante a tener en cuenta en este análisis de Sons of The Forest: el inicio es aleatorio, y si bien la escena es la misma para todos, la zona donde nos estrellamos puede variar. Asi pues, podremos iniciar la aventura en una playa, en medio del bosque o en lo alto de la montaña helada. Este hecho no cambia en sí la historia, pero si que influye en nuestra zona inicial de exploración, llevándonos a conseguir unos objetos u otros de forma más temprana.
El resto de la historia deberemos descubrirlo nosotros mismos a base de exploración pura y dura. Deberemos localizar al resto del equipo, así como encontrar pistas que nos lleven a descubrir qué ha pasado con la familia desaparecida… y qué son las extrañas criaturas que rondan por el bosque. Porque no estaremos solos, al igual que en la primera entrega, el bosque oculta enemigos que están dispuestos a acabar con nosotros y servirles como cena.
La supervivencia como centro de la experiencia
Endnight nos trae una aventura que centra gran parte de su experiencia en la supervivencia. A lo largo del juego nos veremos obligados a mantener con vida a nuestro personaje, así como mantenernos calientes, hidratados y descansados. Esto influye directamente en la salud y resistencia de nuestro personaje, por lo que no podemos dejar de lado en ningún momento este aspecto. Es cierto que Sons of The Forest ofrece muchas posibilidades para que podamos sobrevivir, con un montón de alimentos y bebidas a nuestro alcance.
Asi, veremos como el frío hará menguar nuestra resistencia, ir mojados hará que nos movamos más lentos o alimentarnos con comida en mal estado hará que la salud se resienta. Pero tranquilos, no todo será convertirse en el superviviente extremo, también podremos conseguir objetos y alimentos de las maletas y campamentos abandonados por la isla. De esta forma, la supervivencia es la clave en torno a la que gira todo, ya que movernos, atacar y defendernos depende de la forma física en la que nos encontremos.
Pero no todo será sobrevivir, la exploración es el otro pilar base de esta historia, y es que es a lo que veníamos, a explorar. La isla esconde un buen puñado de cuevas y secretos escondidos que deberemos encontrar para conseguir mejor equipamiento que nos permita acceder a nuevas zonas. Estas cuevas son, a su vez, morada de todo tipo de seres extraños que no están por la labor de dejarnos pasar. No obstante, explorarlas es obligatorio, ya que en las zonas más profundas de estas cuevas es donde encontraremos este equipamiento. Desde un respirador subacuático a una pistola de cuerdas de tirolina, pasando por arcos, pistolas y escopetas, Sons of The Forest tiene un buen surtido de herramientas para hacer frente a cualquier peligro.
Un sistema de creación diferente
Aunque no todas las herramientas del juego están ahí para que las encuentres. Algunas de ellas deberemos fabricarlas nosotros mismos, y para ello tenemos a nuestro alcance uno de los sistemas de creación más originales que recuerdo. Pulsando el botón correspondiente del inventario, nuestra mochila se extenderá en el suelo, dejando un cuadro central en el que podremos colocar los objetos que queramos combinar. De este modo, si, por ejemplo, colocamos dos palos y una cinta adhesiva en el cuadro central, podremos crear una lanza de madera.
La cantidad de combinaciones posibles otorga a Sons of The Forest un buen puñado de recetas para crear que suplen todo tipo de necesidades del juego. Tendremos mezclas de hierbas, herramientas de piedra, arcos de madera o un mazo de calavera para golpear a los enemigos. Del mismo modo, las armas pueden ser mejoradas con accesorios que nos ayuden a la hora de apuntar, algo bastante difícil de hacer. Podremos asignar elementos a teclas de acceso rápido, por lo que cambiar de un arma o herramienta a otra es relativamente rápido, sobre todo para curarse en combate.
Los enemigos nos lo harán pasar mal
En cuanto a la cantidad de enemigos, no es que haya mucha variedad. Al fin y al cabo, nos encontramos en una isla y nos es que necesitemos 40 tipos diferentes. Pero la realidad es que se sienten pocos, y aunque son suficientes para hacerte pasar un mal rato, al final se hacen repetitivos. No es algo que penalice en exceso al juego, pero si se agradecería una mayor variedad de ellos. Eso sí, son lo suficientemente difíciles como para que te lo pienses antes de enfrentarte a más de dos de ellos juntos, sobre todo al inicio del juego. Son agresivos y muchos se mueven rápido, aunque un buen disparo en la cabeza con el arco o una pistola dará buena cuenta de ellos.
Si bien podemos encontrarnos enemigos por cualquier parte, las cuevas son los lugares favoritos de los enemigos más duros. Nuestra salud baja muy deprisa con cada golpe y para protegernos podremos crear armaduras de diferentes resistencias. Estas armaduras, junto a determinadas armas que nos permiten bloquear golpes, serán esenciales para el avance temprano del juego. Además, nuestra salud no se cura por sí sola por lo que deberemos curarnos tras cada pelea para no caer presa de un golpe que no vimos venir. Además, de noche, no se ve prácticamente nada, por lo que dormir en cualquier refugio que hayamos creado, curarnos y seguir adelante será una opción habitual en nuestros viajes.
Un chalet en primera línea de playa
Hablando de refugios, entramos en otro de los apartados de Sons of The Forest, el «housing» o creación de nuestra casa. Hay que decir que en este apartado, Sons of The Forest nos ofrece una posibilidad total de creación de una base a nuestro gusto. Si bien tenemos a nuestra disposición una gama de creaciones predeterminadas que nos ayudan, la creación libre es impresionante. Podemos crear desde almacenes para piedras o troncos, a una casa de varios pisos, camas y todo lo necesario para almacenar objetos en casa.
Cabe destacar que crear una casa enorme nos llevará un buen puñado de horas, pero para eso tenemos a Kelvin. ¿Recordáis que os comenté que un compañero sobrevivió al accidente? Pues bien, el pobre de Kelvin no está bien del todo, y tras un golpe en la cabeza queda «atontado» y solo se comunica con nosotros a través de papel y bolígrafo. Esta comunicación nos brinda un surtido de órdenes que podemos dar a Kelvin, como ir a por troncos, que nos acompañe en la exploración o que llene algún almacén incompleto.
Aprovechamos para recordaros que Kelvin «no se encuentra del todo bien», por lo que en ocasiones, nuestras órdenes pueden no ser bien entendidas. No queremos deciros otra cosa más que Kelvin tiene sus ventajas, aunque en ocasiones puede volverse en nuestra contra. El error más frecuente es solicitarle que nos ayude a fabricar una casa del árbol y que acabe talando el árbol donde la estamos construyendo. Aún le quedan retoques, pero al final se le quiere (o se le odia, depende del momento).
Un rendimiento mejorable aunque bastante decente
Entrando en lo puramente técnico, Sons of The Forest aún tiene margen de mejora. Hay que recordar que llega en Early Acces, por lo que muchas de las mejoras que necesita el juego están en camino. Gráficamente luce de maravilla, con un bosque que se siente vivo y que deja estampas realmente preciosas. Además los cambios de estación generan aún más escenarios que muestran el camino elegido por Endnight para este juego. Del mismo modo, durante la noche, la iluminación, o la carencia de ella, es sobresaliente, dejándonos lugares oscuros en los que no queremos entrar solos.
Durante el día la cosa sigue en la misma línea, con un bosque frondoso y una cantidad de arbustos y arboles en pantalla que nos deja boquiabiertos. Del mismo modo, las texturas, que aún fallan en algunos puntos, se ven realmente bien, por lo que la base creada para Sons of The Forest es bastante buena. Los controles responden bastante bien a lo que pretendemos hacer en todo momento, y en cuanto a la fluidez, si que podemos decir que aquí es donde cojea el juego. Sufre bajadas graves de fotogramas en muchos momentos del juego, y aunque se recupera bastante rápido, es algo que se debe solucionar cuanto antes.
Un sonido que se te mete en el cuerpo
En cuanto al sonido, la ambientación lograda en Sons of The Forest hace que notes la tensión en todo momento. Los sonidos que llegan desde el bosque acentúan el sentimiento de miedo a lo que no puedes ver, algo que ayuda mucho al titulo. Del mismo modo, las melodías que podemos oír durante nuestro periplo no son ni demasiado llamativas ni las recuerdas tras jugar, aunque no es que sean necesarias la verdad. Sons of The Forest es de esos títulos que no necesitan de una banda sonora que transmita algo brutal, de eso se encarga el sonido ambiental y lo que vemos en pantalla.
El juego no llega doblado, pero no lo necesita, no hay conversaciones que lo requieran. Llega traducido al castellano, eso sí, con algunos errores menores en algunos objetos. Al menos en este aspecto, tenemos lo justo para seguir la historia sin perdernos, y tener la traducción nos ayudará en temas como la creación o localización de objetos en el mapa.
Conclusiones
Con Sons of The Forest, estamos ante un Early Access que llega con una calidad más que decente para servir de base a futuras mejoras y añadidos. Con una historia simple y directa, un sistema de creación entretenido y un mapa enorme por explorar. Además, la opción de jugarlo con amigos abre más la experiencia, que puede alargarse mucho más allá de las 10 horas que puede llevarte completar la aventura. Si Endnight consigue pulir los pequeños defectos que tiene el juego, es posible que Sons of The Forest pase a convertirse en uno de los juegos obligatorios en el género de la supervivencia y el terror.
Agradecemos a Endnight Games la confianza depositada en nosotros al cedernos Sons of The Forest para su análisis.
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de Plata a Sons of The Forest