Aquellos amantes de la cuarta generación recordarán aquel febrero de 2021. Pokémon decidió rendir homenaje a la región de Sinnoh con dos propuestas tan interesantes como dispares. Las remasterizaciones de Diamante y Perla darían para otro texto, pero en esas mismas fechas conocimos un experimento que nos hacía viajar al pasado y preguntarnos cómo sería un juego de la saga centrado en la captura, el mundo abierto y la supervivencia. Si Leyendas Arceus se atrevía a mostrar los orígenes de la relación entre humanos y Pokémon, tres años después invertimos los papeles para explorar uno de sus posibles destinos con Leyendas Pokémon Z-A. Disponible en Nintendo Switch desde el 16 de octubre, con un parche para recibir mejoras de rendimiento en Switch 2.
Esta vez nos desplazamos a Ciudad Luminalia, en la región de Kalos. Toca hacer un pequeño ejercicio de arqueología: desempolvar aquellos cartuchos de 3DS donde Pokémon XY debutaba allá por 2013. No es un gesto de nostalgia —eso dependerá de la infancia de cada uno—, sino casi una tarea necesaria. Cronológicamente, Leyendas Pokémon Z-A se sitúa cinco años después de lo ocurrido en esos títulos, y creedme, lo tiene muy presente. Hasta el punto de funcionar como una secuela y, al mismo tiempo, como una carta de amor a lo que aquellos juegos intentaron ser. Aunque ya profundizaré en esto más adelante.
Conviene situarse bien: menciono Luminalia y no Kalos entera porque, como intuimos en los primeros tráilers, toda la aventura transcurre dentro de la ciudad. Este hecho generó ríos de debate en la comunidad y muchas preguntas que el juego debía responder. Y creo que lo hace, con mayor o menor acierto. Mi primera conclusión es clara: ambos Leyendas son obras complementarias, y está bien que lo sean. No solo en lo narrativo, sino también en su lenguaje jugable. Donde antes se experimentaba con la exploración y la captura —con el gran objetivo de completar la primera Pokédex de la historia—, aquí venimos a profundizar en el concepto mismo del combate.
Esta es, sin duda, la apuesta más arriesgada de Leyendas Pokémon Z-A. Y también su mayor fuente de luces y sombras. Por primera vez en un título principal, dejamos atrás la estructura clásica de combates por turnos. En su lugar, aparece un sistema que combina acción en tiempo real con un fuerte componente de posicionamiento, tanto del entrenador como de sus Pokémon. Todo ello sin olvidar que estamos en Kalos, el hogar de la megaevolución, que regresa por todo lo alto. Esta nueva perspectiva abre un abanico de posibilidades y problemas que el juego resuelve con acierto desigual.
Evolución y revolución en el combate
Los movimientos ahora tienen una presencia tangible sobre el terreno. Algunos ataques dejan obstáculos que infligen daño al contacto. Podemos esquivar golpes gracias a nuestro desplazamiento o al corto alcance del rival. Incluso es posible emplear movimientos como Vuelo o Excavar para desaparecer momentáneamente y evitar un impacto. Las animaciones y sus tiempos cobran una relevancia enorme: Ataques potentes como Llamarada o Hidrobomba tardan en ejecutarse, lo que permite al rival reaccionar con un Protección a tiempo.
Adaptarse a todos estos cambios lleva un tiempo, pero el proceso es satisfactorio. Con las horas, aprendes a distinguir ataques que se complementan por sus tiempos de enfriamiento, y descubres sutilezas como la diferencia de alcance entre los movimientos físicos y especiales. Aunque debo reconocer que estos matices solo serán decisivos en algunos combates destacados o en el modo multijugador. El sistema es distinto, sí, pero ciertas constantes se mantienen: Tener unos niveles de ventaja y aprovechar las afinidades de tipo sigue siendo el ABC de la franquicia.

La megaevolución actúa aquí como la guinda del pastel y una herramienta de poder adicional. Contamos con una barra especial dividida en tres segmentos que nos permite megaevolucionar un Pokémon al llenarse. Esto impacta de tres maneras: mejora las estadísticas, a veces cambia el tipo y convierte todos los ataques en versiones potenciadas. Esta última parte es novedad. Los movimientos pueden dominarse —subiendo de nivel o usando un objeto especial— para transformarse en Movimientos +. En combate, al pulsar el botón correspondiente, consumimos parte de la barra de megaevolución para ejecutar uno de estos golpes. Los Pokémon megaevolucionados, en cambio, los usan de forma natural, gastando menos energía, aunque la barra se drena lentamente mientras la transformación esté siendo utilizada en el campo.
Mi problema con esta implementación es similar al que ya tuve con XY. Por un lado, el número de Pokémon capaces de megaevolucionar es mucho mayor. Pero la mecánica sigue siendo tan útil y necesaria que cuesta renunciar a ella si llevas en el equipo criaturas que no puedan hacerlo. Además, la ausencia de habilidades pasa factura a megaevoluciones cuyo atractivo residía precisamente en ellas. Por otro, los Movimientos + me parecen un intento algo torpe de equiparar el poder de quienes no tienen acceso a la megaevolución. Que hablando de accesos, suerte con obtener la megapiedra de tu Pokémon favorito. Porque entre las que se obtienen a través de la historia principal, las que se compran a precios de saldo, las que son baratas, pero tienes que avanzar lo suficiente para poder comprarlas… Un lío en mi opinión innecesario que retrasa el uso de ciertos Pokémon y que siento que podría haberse resuelto de otra forma.
La vida en Ciudad Luminalia
Pero este nuevo sistema de combate no se entiende de forma aislada, sino que forma parte de la progresión del juego y que tiene su propio espacio donde adquiere más sentido y coherencia. Al caer la noche en Ciudad Luminalia, ciertas áreas se cierran y se llenan de oponentes, dando lugar a los Juegos ZA. Esta modalidad sustituye al sistema clásico de gimnasios y medallas. Durante la noche, combatimos contra entrenadores de cada zona hasta el amanecer. Cada victoria otorga puntos que permiten acceder a combates de ascenso y obtener fichas intercambiables por dinero al final de la jornada. Para darle más variedad, existen tarjetas con desafíos opcionales: Cumplirlos exige alterar nuestra forma de jugar, pero recompensa con puntos adicionales.

La dinámica por lo tanto es clara: Por la noche nos centraremos en los combates para poner a prueba a nuestro equipo. Y gracias a la agilidad que nos otorga el nuevo sistema, podremos encadenar de 10 a 20 enfrentamientos de forma sencilla. Al amanecer, disfrutaremos de los beneficios obtenidos y nos adentraremos en las zonas salvajes para expandir nuestras opciones y completar la Pokédex. Esta es la alternativa que propone Leyendas Z-A a las rutas, una veintena de zonas delimitadas —que se irán habilitando más conforme avancemos en la historia— donde camparán a sus anchas Pokémon salvajes a los que capturar.
A diferencia de Leyendas Arceus, la captura aquí es un trámite. Siguen presentes las técnicas de sigilo y los comportamientos realistas de las criaturas, pero el ritmo de captura es mucho menor. Me gusta, sin embargo, cómo el juego esconde Pokémon fuera de los límites aparentes. Luminalia es mucho más vertical de lo que parece: está repleta de andamios, escaleras y mecanismos que nos permiten obtener nuevas perspectivas. Esto resulta esencial para hallar especies poco comunes, como Dratini, o completar coleccionables. Todo este entramado urbano compensa en parte lo pequeña y monótona que puede sentirse la ciudad por momentos. No tanto por los gráficos —que podrían ser mejores—, sino porque el diseño de sus avenidas y plazas a veces resulta repetitivo. Me habría gustado que los sectores, cafeterías y entornos tuviesen un punto más de color y variedad.
El encanto de Kalos
Aun así, Luminalia no es solo un escenario. Igual que los combates no se entienden sin los Juegos ZA, la ciudad es un organismo vivo. Sus calles, misiones secundarias y habitantes conforman un microcosmos que explora la convivencia entre humanos y Pokémon con una sensibilidad inédita en la saga. Y perdonad que me ponga superlativo, pero no puedo expresarlo de otra forma.
Desde bien pronto en nuestra llegada a la ciudad, tendremos a nuestra disposición un centenar de encargos que completar con total libertad. Luminalia siempre tendrá para ti alguna situación que resolver o algún habitante al que ayudar, sin importar donde te encuentren. La variedad en este sentido es absoluta: Combates con condiciones especiales, entregar ciertos Pokémon, emplear un movimiento concreto, recolectar objetos, localizar un personaje… Y sobre el papel, estamos ante un surtido de misiones estándar de cualquier RPG de los últimos años. Pero Leyendas Z-A tiene una capacidad especial para sacarte una sonrisa o dejarte pensando en el encargo más mundano y trivial.

Casi todas son pequeñas historias auto-conclusivas que te explican particularidades de la convivencia de entrenadores y sus compañeros. Muchas de ellas tienen un giro cómico muy divertido o diálogos cargados de referencias, curiosidades o guiños a otras entregas. Ninguna suele requerir de muchísimo tiempo, por lo que siempre que estuvo deambulando por sus calles, trato de echar un cable a la primera exclamación más cercana. Y siempre termino contento por dicha decisión. Eso cuando no te toca una misión que reflexiona acerca de la vida y la muerte, que hay unas cuantas y te dejan un cuerpo extraño durante un buen rato.
Porque no hay que olvidar cuales eran los ejes temáticos sobre los que giraban las entregas de 3DS. La vida y la muerte, Xerneas e Yveltal. En 2013 pudimos conocer a Lysson, un hombre que apreciaba tanto a la humanidad que en su deseo de protegerla, terminaba siendo una amenaza para la vida misma. Por otro lado, aquel misterioso AZ nos dejaba con la triste historia de un hombre con una eternidad de arrepentimiento y culpa por la pérdida de su compañero Pokémon. Doce años después, Leyendas Z-A retoma esas ideas y les ofrece un cierre emotivo y satisfactorio para unas entregas que habían quedado eclipsadas dentro de la saga.

El ritmo narrativo, eso sí, es irregular: Pasa de fases lentas a momentos de acción intensa con valles extraños entre medias. La estructura de combates nocturnos y enfrentamientos con megaevoluciones puede volverse algo repetitiva. Pero, especialmente en su segunda mitad, el juego compensa con un elenco de personajes brillante: Carismáticos, diversos, con personalidades bien marcadas y un magnetismo especial. Me alegra ver cómo la comunidad los ha recibido con entusiasmo —basta un vistazo a las redes para comprobarlo—, y el modo foto ha contribuido a ello. Hay muchísima gente posando con sus Pokémon y con unos outfits maravillosos gracias al nuevo sistema de personalización. Resulta irónico: la ciudad que busca unir a humanos y Pokémon lo ha logrado, aunque sea a través de las redes sociales.
Nuestras conclusiones sobre Leyendas Pokémon Z-A
Cuando se anunció el juego, no supimos comprender la importancia de su título. Z-A es, efectivamente, el final y el principio: la vida y la muerte de las que hablábamos antes. Esta entrega consolida las ideas de su predecesor y las combina con mejoras de calidad de vida para crear un título sólido, tanto en propuesta como en rendimiento. Los fantasmas del pasado aquí no están. Y aunque los gráficos siguen siendo su talón de Aquiles, ni los bugs ni el rendimiento tienen una sola pega.
Pero más allá de eso, es un juego que mira al futuro. Que puede suponer el inicio de algo más grande, no solo en lo jugable, sino también en lo narrativo. Me gusta que innove en sistemas, pero me entusiasma aún más que lo haga en discurso: Que se atreva a reflexionar sobre el paso del tiempo y la coexistencia entre humanos y Pokémon. Sé que la franquicia todavía tiene cuentas pendientes, pero no puedo negarlo, me ha costado soltar el mando para escribir estas líneas. El bucle jugable es adictivo, tan redondo que muchos otros títulos envidiarían su capacidad para hacer que las horas se evaporen. Normalmente, un juego se cierra cuando se termina el análisis, cuando se apagan los créditos y toca pasar página. Pero Leyendas Pokémon Z-A no termina ahí. Luminalia será ese lugar al que regrese una y otra vez, porque todavía me quedan secundarias por hacer, y eso significa que aún hay historias que conocer. Y nada me apetece más que descubrirlas todas para sentirme, al fin, un ciudadano más de ese mundo que han creado.

Agradecemos a Nintendo España la confianza depositada en nosotros al cedernos una clave de Leyendas Pokémon Z-A para la elaboración de su análisis en Switch 2
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de ORO a Leyendas Pokémon Z-A

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