Hoy en Fanáticos del Hardware os traemos un frenético y sangriento homenaje a los clásicos del run & gun, Iron Meat. Desarrollado por Ivan Suvorov y editado por Retroware, este título está listo para hacerse un hueco entre los grandes del género con su acción vertiginosa y estética pixelada grotesca. Iron Meat estará disponible el 26 de septiembre en todas las consolas y en múltiples plataformas de PC, como itch.io, Epic Games y GOG. Si eres fan de los juegos de acción implacable como Contra, prepárate para disfrutar de una experiencia intensa y desafiante que no te dejará indiferente.
El homenaje como género y referente
Dentro del sector de los juegos independientes, esta clase de títulos son casi una subcategoría en sí misma. Artefactos pixelados traídos directamente desde los años 80, tanto en apariencia como en mecánicas. Homenajes jugables de los principales pilares de la industria moderna tal y como la conocemos hoy en día. Todo ello, traído al 2024 para ser disfrutado como si todo esto fuera todavía relevante hoy en día.
La realidad es que lo es. Y muchísimo. Como digo siempre, el buen diseño nunca envejece. Porque los principios básicos que sustentan al videojuego y que nos hacen amar este medio siguen intactos. Para mí es un ejercicio interesante, o casi obligatorio, repasar las joyas del pasado. Quizá más aún en los tiempos que corren, donde parece que la industria está tan cegada en la carrera por los gráficos que están convirtiendo el desarrollo de videojuegos en una odisea.
Es aquí donde Iron Meat se hace un hueco confortable: Un título con las ideas claras, directo en su diseño y con un respeto reverencial a las raíces de donde nace. Un juego de acción con sabor añejo, pero con matices nuevos, todo ello presentado en un envoltorio grotesco, pero fascinante. Tan sangriento como paródico e irreverente, disfruta de un estilo artístico pixelado de primer nivel que hará las delicias de todo el mundo.
Hablemos claro: El grandísimo referente de Iron Meat es Contra. Este monolítico juego de Konami llegó para dominar las máquinas recreativas con un diseño sobre el que se sustenta todo el género de los run & gun. Han pasado más de 35 años, que se dice pronto, pero no han pasado los años por un título que sigue siendo igual de robusto, exigente y divertido que por entonces. Esto solo se consigue realizando el diseño perfecto. Conseguir lo máximo, a través de los recursos mínimos. La simplificación absoluta de un diseño cuyo objetivo era mantenerte enganchado a los joysticks, apurando los límites de la dificultad con precisión de cirujano.
Un diseño centrado en los detalles
Entonces, hagamos un sencillo ejercicio de empatía. Tienes como referente a una absoluta joya atemporal de su género. Más de tres décadas de diseño sólido e inmortal son una losa para cualquier tipo de desarrollo. Pero aquí es donde llega la inteligencia de Ivan Suvarov para comprender la grandeza del juego de Konami y respetarla. Iron Meat es, ante todo, un juego de acción que sabe medir la dificultad para hacer que todos los niveles sean superables con 16 vidas. Ni una más y ni una menos.
Aunque sea complejo, llega el momento donde toca hablar de intangibles. Del buen hacer en las cosas que no se ven, pero que lo hacen destacar por encima de tantísimos otros imitadores que sueñan con ser tan bueno como esto. Porque cuando te pones a los mandos, especialmente si eres alguien como yo que rejuega Contra de vez en cuando, notas una sensación familiar y agradable. Como os digo, es cuestión de detalles. Los enemigos tienen un posicionamiento delicioso y cruel que te hacen navegar el nivel con presteza, pero con pies de plomo. Los ángulos de disparo tienen mala baba, al mismo tiempo que dan margen suficiente para reaccionar. Y al igual que en las aventuras que es, el movimiento es limitado. Sencillo, funcional, directo.
Mecánicas nuevas como tal no tenemos, porque no son necesarias. El detalle de poder llevar dos armas se agradece y tenemos algún poder diferente para las armas, pero de nuevo, no es necesario. La grandeza del juego reside en conseguir replicar el espíritu de Contra y por encima de eso, mejorarlo. Iron Meat goza de 9 niveles totalmente diferenciados, estimulantes y con mecánicas propias cada pocos pasos. Como decía, mantiene con talento el ritmo de avance, los ángulos de tiro y el movimiento perfecto de un gun&run competente. Al tiempo que varía la jugabilidad una y otra vez a media que los niveles se suceden. Así como en el contra original teníamos aquellos niveles de infiltración en las bases con el cambio de perspectiva, aquí tomaremos el relevo.
Tendremos niveles con aspecto más convencional, desde luego. Pero os aseguro que 9 niveles dan para muchos giros y sorpresas. La dirección del nivel cambia y debemos ascender en vertical. Los obstáculos cambian constantemente y las ideas se suman unas con otras, al tiempo que se desechan porque así van de sobrados en talento. Tiene momentos de los mejores títulos de Mario, donde ves un mecanismo nuevo y te sorprendes de cómo se les ha ocurrido utilizarlo de esa manera.
Un mar de sangre como telón de fondo
Y de forma consciente, me he dejado el otro aspecto destacado del juego para el final. Porque es el broche de oro que redondea la experiencia. Ya lo comenté más arriba, pero en cada nivel de Iron Meat se nota las ganas, la dedicación y el talento que han tenido para crear un producto consistente y se siente bien trabajado. Ivan Suvarov es, entre muchas otras cosas, un artista que ha pulido su estilo adulto y crudo con el paso del tiempo.
El fruto de su trabajo está aquí: En un apartado visual simplemente sobresaliente. Con la misma mala leche que los Mortal Kombat, hace gala de un gusto por lo grotesco que solo su acabo de pixel podía dotarle de un aspecto más llamativo y colorido. Dentro de lo salvaje, claro. Aquí destacan (mucho más que en Contra) los diseños retorcidos, salvajes y creativos. Cada nivel tiene un jefe para enmarcar, por lo original y descabellado de lo que propone.
Y para seguir añadiendo alabanzas, la dificultad está ajustada para encontrarse en un delicioso punto intermedio. Aun así, sigue manteniendo su nivel de inteligencia y pulido hasta el final, permitiéndonos escoger la dificultad al principio del nivel por si queremos que los enfrentamientos finales no se nos atraganten tanto. Sí, moriremos de un solo toque. Sí, tenemos un número de vidas sustancialmente limitado. Pero que nadie se lleve a equívoco: Iron Meat no es injusto. Aquí se viene con diligencia militar a que nos acordemos de los patrones y el posicionamiento de todo el mundo.
Pero es que esto es más que plausible, porque la duración de los niveles y el número de enemigos nunca abusa. Es un juego tan inteligente que sabe hacerte caer en sus trampas una y otra vez, pero que te coloca aperturas y opciones accesibles para que lo superes. Y te sientas tremendamente fuerte e inteligente al hacerlo. Los jefes siempre parecen imposibles al principio. Pero igual que su referente, siempre esconden rincones clave donde esconderse y lograr alzarte con la victoria en un intercambio tenso pero satisfactorio.
Nuestras conclusiones sobre Iron Meat
Honestamente, no soy capaz de darle más vueltas. Iron Meat ha sabido darme lo que esperaba y muchísimo más. Revivir el espíritu de los juegos arcade. Rápido, directo, con las ideas claras y ni un minuto donde aburrirse. Con un diseño que sabe conocer, homenajear y superar a su referente más grande, con una solvencia que me desarma por completo.
Con una estética noventera, paródica, pero con muchas ganas de dar rienda suelta a su grotesca imaginación, estamos ante un videojuego donde no puedes equivocarte. Si te gusta un mínimo este tipo de géneros, no te va a decepcionar ni una sola micra. Y si eres un fan como yo, bienvenido a tu nuevo infierno.
Agradecemos a Retroware la confianza depositada en nosotros al cedernos una clave de Iron Meat para la elaboración de su análisis en Nintendo Switch
Fanáticos del Hardware otorga la medalla de ORO a Iron Meat
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