La adquisición de Bethesda por parte de Microsoft va más allá de los meros intereses promocionales y tiene implicaciones estratégicas.
La intención fundamental de tal adquisición es descartar la posibilidad de que Starfield, un esperadísimo título, se convierta en exclusivo de PS5, alineándose así con la estrategia de Microsoft para seguir siendo competitiva en el mercado de las consolas.
En el pasado, Bethesda había firmado contratos de exclusividad para títulos como Deathloop y Ghostwire: Tokyo. Al contemplar la amenaza potencial de quedarse atrás en cuanto a ventas de consolas y contenidos, Phil Spencer, el director ejecutivo de Xbox, hizo hincapié en la necesidad de obtener contenidos exclusivos, según informó The Verge, entre otras fuentes.
Tras la adquisición de Activision Blizzard, Microsoft comenzó sus estrategias defensivas en Estados Unidos, revelando detalles cruciales. Reconociendo la rezagada posición de Xbox en el mercado de consolas, la firma confirmó que Starfield no llegará a PS5, frustrando las esperanzas de sus fans que deseaban un lanzamiento exclusivo en dicha plataforma.
Pete Hine, vicepresidente de marketing y comunicación de Bethesda, señaló que lanzar Starfield en múltiples plataformas habría puesto en riesgo la fecha de lanzamiento prevista, el próximo 6 de septiembre.
Al centrarse en un número limitado de plataformas, el equipo de desarrollo ha conseguido minimizar la presión del tiempo, recortar costes y mitigar los riesgos asociados al desarrollo para múltiples plataformas.
En una entrevista, Phil Spencer reveló que Bethesda ya tenía previsto lanzar Starfield antes de ser adquirida por Microsoft. Sin embargo, la decisión se tomó para que el equipo de desarrollo dispusiera de más tiempo para implementar mejoras.
Vía: Guru3D