Micron ha anunciado un ajuste significativo en el calendario de construcción de su campus de semiconductores en Clay, Nueva York, retrasando el inicio de la producción hasta finales de 2030. Según los documentos presentados ante las autoridades, el plazo de construcción de la primera fábrica se amplía de tres a cuatro años, un cambio que ya ha sido aprobado por los reguladores.
Además, la compañía ha modificado su acuerdo de 6.100 millones de dólares del CHIPS Act, reasignando aproximadamente 1.200 millones desde el proyecto de Clay hacia su planta en Boise, Idaho, con el objetivo de acelerar su puesta en marcha. Este reajuste permitirá que Idaho entre en funcionamiento mucho antes que la instalación de Nueva York, dentro de la estrategia de Micron de mantener al menos un 40 % de su producción de DRAM en EE. UU.
Cambios de calendario y consecuencias a largo plazo
El nuevo cronograma supone retrasos sustanciales en todas las fases del proyecto de Clay. La segunda fábrica comenzará su construcción a mediados de 2030 y no estará completada hasta aproximadamente 2034, mientras que la tercera y cuarta planta también sufrirán demoras similares. Como resultado, la finalización total del campus se desplaza del objetivo inicial de 2040 hasta alrededor de 2045.
Estos cambios también afectarán a las iniciativas comunitarias vinculadas al proyecto, como la mejora de infraestructuras locales, transporte y servicios de guardería destinados a los empleados. Las autoridades locales atribuyen el retraso a escasez de mano de obra especializada y a ciclos de construcción más largos de lo previsto.
Prioridad estratégica para Boise e impacto en el mercado
Desde Micron aseguran que este reajuste no implica un abandono del emplazamiento de Nueva York, sino una reorientación estratégica de prioridades. El acelerón en Boise tiene como meta cubrir la creciente demanda de memoria de alto ancho de banda (HBM) y soluciones de encapsulado avanzado orientadas a inteligencia artificial (IA) y computación de alto rendimiento (HPC).
No obstante, el cambio implica un riesgo a futuro: si la demanda del mercado se reduce cuando el complejo de Clay alcance su plena capacidad a comienzos de la década de 2030, la nueva capacidad de producción podría entrar en un contexto de menor rentabilidad.
Por ahora, Micron busca equilibrar la urgencia de producción inmediata en Idaho con su compromiso a largo plazo con el desarrollo industrial y tecnológico del estado de Nueva York, manteniendo así una base sólida de fabricación nacional en un contexto de competencia global cada vez más intensa.
Vía: TechPowerUp



















