Un experimento de seis meses demuestra que la carga rápida no daña la batería del móvil

Un experimento de seis meses demuestra que la carga rápida no daña la batería del móvil

Durante años, la idea de que la carga rápida acorta la vida útil de las baterías ha sido casi un dogma entre los usuarios de móviles. Sin embargo, un nuevo experimento a largo plazo del canal de YouTube HTX Studio ha puesto a prueba esa creencia con resultados que contradicen lo que muchos pensaban.

Seis meses, 500 ciclos y 20 smartphones

El equipo de HTX Studio llevó a cabo un test controlado de seis meses utilizando 20 smartphones divididos entre diez iPhone 12 con iOS y diez Vivo iQOO 7 con Android. Los teléfonos se separaron en tres grupos: uno que cargaba siempre a la máxima velocidad posible, otro con cargadores estándar y un tercero que solo cargaba entre el 30% y el 80% de batería.

Cada dispositivo completó 500 ciclos de carga, pasando del 5% al 100% en los grupos de carga completa, mientras que los del grupo parcial nunca sobrepasaron el 80%. Incluso se mantuvo un teléfono sin cargar como control para medir la degradación natural sin ciclos eléctricos.

Un experimento de seis meses demuestra que la carga rápida no daña la batería del móvil

Resultados: la carga rápida no acelera el desgaste

Tras medio año de pruebas, los resultados fueron claros: la diferencia de capacidad entre los teléfonos cargados rápido y los cargados lentamente fue inferior al 1%, una variación considerada normal. En otras palabras, los smartphones actuales están diseñados para soportar la carga rápida sin daños significativos.

Los únicos que mostraron una mejora ligera fueron los dispositivos cargados entre 30% y 80%, que conservaron un 4% más de capacidad en los iPhone y un 2,5% más en los Vivo. Este margen indica que evitar los extremos de carga puede ayudar mínimamente a la longevidad, aunque el beneficio es pequeño.

La clave: gestión térmica y control de voltaje

El estudio también resalta la evolución tecnológica de los sistemas de carga modernos. Tanto en Android como en iOS, la gestión de temperatura, voltaje y corriente se realiza con gran precisión. El calor —principal enemigo de las celdas de ion-litio— se mantiene bajo control, y la velocidad de carga se reduce automáticamente al acercarse al 100%.

Según HTX Studio, esto explica por qué los efectos negativos de la carga rápida son prácticamente inexistentes en los teléfonos actuales. Tanto las tecnologías optimizadas de Apple como los cargadores de 120W de Android ajustan dinámicamente la energía para proteger las celdas.

Conclusión: cargar rápido ya no es un riesgo

El test confirma lo que los ingenieros de baterías llevan tiempo sosteniendo: la carga rápida es segura siempre que esté gestionada correctamente por el hardware y el firmware. Para los usuarios, esto significa que pueden usar sus cargadores rápidos sin miedo a degradar prematuramente la batería.

Y aunque mantener la carga entre 30 % y 80 % sigue siendo la opción ideal para maximizar la vida útil, cargar el móvil cuando se necesite ya no supone un peligro real.

Vía: Guru3D

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