
El creador Zac Builds ha llevado la PlayStation 3 a un nuevo nivel al convertirla en una consola refrigerada por agua y con overclock, logrando un rendimiento y una estabilidad térmica que superan con creces el diseño original de Sony de 2006.
Para este proyecto, el YouTuber utilizó el modelo CECH-2501B, al que denominó la versión “Goldilocks” de la consola: lo suficientemente potente para soportar modificaciones extremas, pero aún compatible con firmware personalizable. Los modelos Slim posteriores se mantenían más fríos, aunque los parches de seguridad de Sony bloquearon cualquier intento de overclocking.
Un rediseño completo del sistema de refrigeración
Tras desmontar la consola por completo, Zac sustituyó la pasta térmica deteriorada bajo los disipadores integrados por PTM7950, una almohadilla térmica de cambio de fase usada en dispositivos de alto rendimiento actuales. Esto permitió establecer una base ideal para la refrigeración líquida.
Usando escaneado 3D, replicó la placa base de la PS3 para diseñar bloques de agua de aluminio hechos a medida para la CPU y la GPU, ya que ambos chips se encuentran a diferentes alturas. Las piezas se imprimieron en 3D con nylon de fibra de carbono resistente al calor, sustituyendo los prototipos iniciales de PLA, y se fabricaron montajes personalizados, marcos y un sistema de ventilación adaptado al espacio interno de la consola.
El resultado fue un circuito de refrigeración cerrado alimentado por el propio conector del ventilador de la PS3, con un radiador de 120 mm, una bomba-depósito compacta y un ventilador Noctua negro para mantener el sistema silencioso.
Overclock extremo y salto de rendimiento en juegos
Una vez verificada la estanqueidad del sistema, Zac flasheó un firmware modificado que permitía ajustar las frecuencias de la GPU y la VRAM. Gracias a la refrigeración líquida, las temperaturas bajaron de 60-67 °C a unos 40 °C, permitiendo subir la GPU hasta 750 MHz (+50%) y la VRAM a 925 MHz (+42%).
Los resultados fueron notables: Uncharted 2 pasó de los 30 FPS altos a más de 50 FPS, Gran Turismo 6 alcanzó casi 60 FPS, y BioShock Infinite subió hasta los 45-50 FPS. Solo Watch Dogs mostró limitaciones por su dependencia del procesador, que no fue overclockeado.
Aunque el propio Zac reconoce que el proyecto fue “overkill” y que un simple cambio de pasta térmica y ventilador habría mejorado mucho el rendimiento, el objetivo era disfrutar del proceso y demostrar lo que se puede lograr con creatividad y precisión técnica.
El vídeo completo del montaje puede verse en el canal de Zac Builds en YouTube, y merece la pena hacerlo: la atención al detalle y la calidad del trabajo son realmente impresionantes.
Vía: NotebookCheck