
El Nintendo Direct del pasado viernes era, en muchos sentidos, una cita clave para la compañía. La Switch 2 lleva apenas unos meses en el mercado, con Mario Kart World y Donkey Kong Bananza como sus dos primeros grandes estandartes. Nadie duda de su calidad, pero el calendario todavía necesitaba unas cuantas fechas firmes y algún tráiler de peso para redondear un primer medio año que huele a éxito.
La ocasión no podía ser más propicia: un Direct de septiembre, enmarcado además dentro del 40 aniversario de Super Mario Bros.. Todos los ingredientes estaban sobre la mesa para una presentación histórica. Sin embargo, lo que nos encontramos fue un evento irregular, cargado de anuncios, sí, pero con más sombras de las esperadas para un momento tan especial.
Celebramos a Mario con luces y sombras
La celebración de Mario resume bien esta sensación. Tuvimos un teaser de la próxima película animada, confirmando su salto al cosmos, aunque limitado a mostrar un simple logotipo. Al mismo tiempo, Nintendo anunció el regreso de Super Mario Galaxy y su secuela en forma de ports, empañados por un precio demasiado elevado. Se sumaron además un par de iniciativas paralelas para el museo y los parques temáticos, completando un bloque de aniversario con luces y sombras.
Por fortuna, no faltaron propuestas nuevas. Mario Tennis Fever, que a primera vista podría parecer menor, dejó algún detalle prometedor. La mecánica de las raquetas furor no resulta demasiado fresca y su amplio plantel de personajes tampoco sorprende tras el último Mario Kart. Aun así, su modo historia sí despertó interés, recordando a la mítica entrega de Game Boy Advance que todavía hoy aparece como favorita en muchas encuestas.
Quien sí sorprendió, aunque pasó casi desapercibido, fue Yoshi and the Mysterious Book. Su estética ilustrada, con un aire de cuento interactivo, le da un encanto especial y lo perfila como uno de los títulos más prometedores del próximo año. Resulta llamativo que haya quedado en segundo plano, especialmente frente a anuncios menos inspirados, cuando es justo el tipo de propuesta que refresca el catálogo y aprovecha el tirón de Switch 2 para explorar nuevas ideas. Aunque quizá, al pobre dinosaurio verde siempre le acompañe el estigma de ser un personaje secundario dentro del universo Nintendo.
Entre expansiones y fechas
El otro gran foco de conversación, y no en el mejor sentido, fueron las expansiones. Donkey Kong Bananza recibirá un DLC con una nueva isla y tintes roguelite, mientras que Pokémon Z-A, aún sin salir, ya tiene confirmada una ampliación con nuevas megaevoluciones. Ambas comparten el mismo problema: un precio elevado y la sensación de que les falta trabajo detrás. En el caso de Pokémon, la decisión de anunciar un pase de expansión antes incluso del lanzamiento del juego no ha sentado nada bien. Para rematar, los nuevos amiibo de sagas como Metroid, Mario o Kirby siguen la tendencia alcista de precio, convirtiéndose en un lujo más que en un simple capricho.
Más allá de esto, hubo un goteo constante de títulos que ayudaron a dar forma al calendario de los próximos meses. Por fin tuvimos fecha para Hyrule Warriors: La era del Destierro (6 de noviembre) y Metroid Prime 4: Beyond (4 de diciembre), que junto a Kirby Air Ride apuntan a cerrar el año con fuerza. También destacó el anuncio de Dragon Quest VII Reimagined, con una estética de muñecos realistas que no ha dejado indiferente a nadie. Y para los amantes del terror, el Direct fue toda una celebración: no solo se confirmó Resident Evil 9, sino también la llegada de Resident Evil 7 y Village. A esto se sumó un remake inesperado pero muy necesario de Project Zero 2, que rescata a la saga del olvido.
Uno de los anuncios que más ilusión despertó a muchos aficionados fue el regreso de Tomodachi Life. Ahora contamos por fin con una ventana de lanzamiento algo más concreta: primavera de 2026. Además, pudimos ver nuevas pinceladas de su jugabilidad, con un sistema de personalización de Mii mucho más completo y detallado que en la entrega original. También se dejó entrever un gameplay más avanzado, incluyendo la opción de mover a los Mii por la isla para propiciar encuentros y forzar situaciones que antes quedaban en manos del azar. Un detalle que, aunque pequeño, puede marcar la diferencia en un título que siempre ha vivido de lo inesperado y de esas interacciones espontáneas que lo convirtieron en un fenómeno en 3DS.
¿Una Nintendo confiada?
No faltaron tampoco esas excentricidades marca de la casa. El regreso de Virtual Boy a través de Nintendo Classics es un ejemplo claro: resucitar la consola más desastrosa de tu historia en forma de accesorio premium es de esas decisiones que cuesta creer incluso con el tiempo. Algo similar ocurre con Pokémon Pokopia, una mezcla de crafting y agricultura protagonizada por un Ditto humanoide. A primera vista parecía un experimento extraño, pero cuanto más se piensa en su planteamiento —una fusión entre Minecraft, Stardew Valley y Pokémon— más lógica cobra su ambición. Puede que termine siendo uno de esos juegos que, sin hacer ruido, encuentran un público fiel y amplio.
Y como ya es tradición, Nintendo se reservó un último anuncio para cerrar el Direct con fuerza. Esta vez fue Fire Emblem: Fortune’s Weave, ambientado en una ciudad que celebra unos Juegos Heroicos donde personajes de toda clase se enfrentarán por motivos propios. Apenas vimos pinceladas, pero suficientes para intuir una entrega con potencial, llamada a convertirse en uno de los grandes reclamos de 2026 para Switch 2. Sus conexiones con Three Houses, uno de los favoritos de la comunidad, hicieron que más de un fan se levantara de la silla. Es una de esas franquicias que generan pasiones y que justifican, por sí solas, la compra de un sistema nuevo.
En definitiva, este Direct cumplió con la misión de llenar el calendario, pero desaprovechó una ocasión irrepetible para brindar un aniversario de Mario inolvidable y reforzar el prestigio de la recién estrenada Switch 2. Hubo anuncios sólidos, sorpresas agradables y también decepciones. Un evento correcto, sí, pero que deja la sensación de que Nintendo todavía guarda cartas importantes en la manga para los próximos meses. Pero también, nos deja entrever una Nintendo que parece confiada, casi sobrada incluso. Que se sabe ganadora de una generación que ha ido dando bandazos en sus decisiones. Pero la compañía japonesa lo tiene claro: Títulos premium, precios elevados y la misma capacidad para entregar nuevas entregas que para volver a venderte nostalgia. Veremos cual de las dos estrategias sale ganando.
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