
El modder ruso VIK-on ha publicado un vídeo demostrando cómo talleres chinos están logrando convertir tarjetas gráficas GeForce RTX 4090 de consumo en aceleradoras de IA, aumentando significativamente su memoria. Para ello, parten de modelos comerciales como la MSI RTX 4090 Suprim, los desmontan por completo y los reconstruyen sobre placas base personalizadas en formato clamshell.
El proceso de conversión
El procedimiento consiste en retirar el encapsulado AD102 original junto a los 12 chips de memoria GDDR6X de 2 GB. Estos componentes se montan después en una placa clamshell de doble cara, diseñada para aceptar módulos de memoria en ambas superficies.
El montaje incluye también la adaptación de un sistema de refrigeración tipo blower, pensado para racks con múltiples GPUs, y la carga de un firmware modificado que permita al sistema reconocer la nueva capacidad de memoria.
El kit clamshell llega con la mayoría de piezas pasivas ya instaladas, pero el GPU y la VRAM deben ser resoldados o refluidos manualmente, un trabajo que requiere herramientas costosas y experiencia avanzada en soldadura.
Firmware modificado y chips reciclados
Las modificaciones de firmware se inspiran en técnicas utilizadas en el pasado para recuperar tarjetas con canales de memoria defectuosos, adaptándolas ahora a un nuevo esquema de distribución de chips.
En muchos casos, los talleres chinos emplean chips GDDR6X reciclados de tarjetas defectuosas o comprados a bajo coste. Esto abarata parte del proceso, aunque sigue siendo una tarea laboriosa y delicada. Según los reportes, el kit clamshell cuesta unos 140 dólares, y el coste total de piezas para una conversión casera asciende a unos 430 dólares, sin contar gastos de envío ni mano de obra.
Riesgos y consecuencias
Aunque estas conversiones demuestran la versatilidad del hardware y la habilidad de algunos talleres, también conllevan riesgos importantes. Las tarjetas modificadas pueden no cumplir con estándares de fiabilidad ni con las condiciones de garantía, llegando a fallar bajo cargas intensivas.
Además, este tipo de prácticas reduce la disponibilidad de RTX 4090 para el público gamer, ya que unidades de consumo se redirigen al mercado de IA. Existe también el riesgo de que placas modificadas o despojadas reaparezcan en el mercado de segunda mano, confundiendo a los compradores.
En definitiva, aunque la transformación es técnicamente posible y cada vez más documentada, no se recomienda adquirir GPUs personalizadas de este tipo, ya que los problemas de compatibilidad y fiabilidad a largo plazo superan cualquier ventaja en costes.
Vía: TechPowerUp