La conocida comunidad TrashBench ha llevado a cabo una prueba exhaustiva enfrentando dos generaciones de gráficas de NVIDIA: la veterana GeForce GTX 1080 Ti, basada en la arquitectura Pascal, y la reciente RTX 5050, perteneciente a la gama de entrada con arquitectura Blackwell. Aunque en teoría la GTX 1080 Ti fue un modelo tope de gama y la RTX 5050 se sitúa en la parte baja de la actual serie RTX 50, el resultado del duelo ha sorprendido a muchos.
Overclock al límite en ambas gráficas
TrashBench utilizó dos muestras de la GTX 1080 Ti, a las que aplicó modificaciones intensivas: ajustes avanzados de voltaje y frecuencia, refrigeración líquida personalizada y optimización de controladores. Solo una de las tarjetas logró superar el rendimiento de serie tras varios días de pruebas. A pesar de todos los esfuerzos, el núcleo de la GTX 1080 Ti no superó los 2.200 MHz, lo que deja claro las limitaciones térmicas y eléctricas de Pascal frente a generaciones más modernas.
Por otro lado, la RTX 5050 recibió una solución de refrigeración poco convencional: un disipador de CPU montado sobre su pequeño PCB. Gracias a este sistema, fue capaz de mantener un reloj estable de 3.300 MHz, lo que supone un 28% más respecto a su frecuencia base. Este aumento se tradujo en un 17,55% más de FPS en promedio según los benchmarks realizados.
Resultados claros en benchmarks
TrashBench validó los resultados en 3DMark Time Spy, consiguiendo los seis mejores resultados conocidos para la RTX 5050 en esa prueba. El resto del sistema de pruebas incluyó un procesador Intel Core i5‑12600KF bloqueado a 5,3 GHz con los núcleos de eficiencia desactivados, y 32 GB de memoria DDR4-3200 CL16.
Aunque la GTX 1080 Ti apenas logró un 3% extra de rendimiento con todos los ajustes, la RTX 5050 demostró mejor escalabilidad, mayor eficiencia térmica y mejor aprovechamiento del overclock.
Conclusión: el avance generacional importa
Esta comparativa extrema ilustra cómo una tarjeta gráfica modesta pero moderna puede rendir más que un antiguo buque insignia si se dan las condiciones adecuadas. La eficiencia térmica, las frecuencias base más elevadas y una arquitectura optimizada como Blackwell marcan una gran diferencia incluso en gamas de entrada.
Vía: Guru3D
