Tras el anuncio por parte de Intel el pasado martes acerca de la finalización de la subvención de 7.860 millones de dólares de la Ley CHIPS concedida por la administración Biden-Harris, se dio por sentado que la subvención estaba sujeta a ciertas condiciones especiales.
En esencia, Intel está prometiendo al Gobierno estadounidense que no venderá bajo ninguna circunstancia su participación en la unidad Intel Foundry, incluso en el caso de que consiga convertirse en una entidad independiente.
De esta forma se garantiza que, en cualquier caso, Intel sea la parte mayoritaria con derecho a voto. En un documento normativo, Intel reveló que si Intel Foundry se convierte en su propia entidad privada, deberá mantener el control mayoritario con al menos el 50,1% de la propiedad para conservar sus acuerdos de subvención.
Por otra parte, si en el futuro Intel Foundry saliera a bolsa, ningún inversor podría adquirir más del 35% de las acciones a menos que Intel siguiera siendo el principal accionista, ya que esto desencadenaría cláusulas de cambio de control.
En esencia, esto posiciona a Intel Foundry como una unidad demasiado grande e importante como para fracasar, tanto para Intel como para el gobierno estadounidense. Teniendo en cuenta los vínculos de Intel con el Departamento de Defensa estadounidense, con hasta 3.000 millones de dólares de financiación directa en virtud de la Ley CHIPS and Science Act para el programa Secure Enclave, Intel resulta fundamental para proporcionar al gobierno estadounidense fabricación de semiconductores avanzados.
Desde el punto de vista estratégico, Intel Foundry es la única firma con sede en Estados Unidos que compite con fabricantes avanzados como Samsung y TSMC. Y aunque Samsung y TSMC están invirtiendo en suelo estadounidense con fábricas avanzadas, el trabajo de Intel con el gobierno requiere autorizaciones adicionales de seguridad y confidencialidad que solo una multinacional estadounidense puede ofrecer.
En los últimos resultados financieros del tercer trimestre de 2024, Intel Foundry registró unos ingresos de 4.400 millones de dólares con 5.800 millones de pérdidas. Si bien el marcado operativo negativo del 134,3% parece un auténtico descalabro, los próximos trimestres lo llevarán a positivo con más clientes y el uso de nodos ya desarrollados como el 18A.
Vía: TechPowerUp