Análisis de TROM – Dos robots en un desafío retro

TROM y su arte principal

Hoy en Fanáticos del Hardware os traemos a un título independiente con aire noventero y dispuestos a desafiar nuestra capacidad de planificación con sus puzzles. TROM es una sencilla propuesta de Master Crowd Games que viene a exprimir una sencilla propuesta de rompecabezas con un control simultáneo de nuestros dos personajes. Lleva disponible desde el 2 de febrero tanto en PC como en Switch, que ha sido la versión que hemos probado (y ya os adelanto que es la mejor forma posible de jugarlo).

El doble de problemas

Explorar el mundo de los videojuegos independientes a menudo lleva a toparse con conceptos como TROM. Títulos con la intención de explotar una mecánica sencilla y llevarte con ella a través de diferentes fases. Probando y retorciendo los límites de la misma para hacer una experiencia condensada y nostálgica. El manejo simultáneo de dos personajes con un mismo set de movimientos no es una novedad. Ni siquiera lo es su presentación en una pantalla dividida. Pero con buen diseño todo se puede solucionar y la gente de Master Crowd Games creo que ha tenido buena mano para ello.

Cada robot, con su propio conjunto de obstáculos, debe ser guiado con precisión para avanzar a la siguiente. Esta dualidad es una de las fortalezas del juego, ya que transforma lo que podría ser un puzle tradicional en una experiencia más rica y desafiante. Los niveles están diseñados para alentar al jugador a pensar críticamente y aprender de los errores, un ciclo de prueba y error que resulta tanto frustrante como gratificante.

Algunos niveles incluyen interruptores que uno de los robots debe activar para modificar el entorno del otro, permitiendo así el avance simultáneo. O incluso momentos donde se juntan en la misma pantalla. Esta interdependencia no sólo refuerza la necesidad de un pensamiento estratégico y planificación previa, sino que también enriquece la experiencia de juego. A medida que los jugadores avanzan, la dificultad de los puzles aumenta, presentando retos que a menudo se resuelven con un gran resoplido final, por lo mucho que nos ha costado.

El juego mantiene un ritmo constante de introducción de nuevos elementos y desafíos, lo que ayuda a mantener el interés sin caer en la monotonía. La frecuencia con la que TROM añade nuevos contenidos es adecuada para el estilo de juego, asegurando que la experiencia se mantenga fresca a lo largo de las diferentes fases. Sin embargo, una vez completadas todas las fases, la falta de elementos adicionales o modos de juego alternativos puede hacer que la experiencia se sienta limitada y algo olvidable.

Un atractivo de otra época

A pesar de su interesante enfoque en la jugabilidad, TROM presenta una estética pixelada que puede no ser del agrado de todos. Si bien esta elección puede considerarse un homenaje a los juegos clásicos y ofrece un estilo visual distintivo que se alinea con muchas producciones indie, también es cierto que tiene margen de mejora.

Todo el juego respira un aire a bocadillo de Nocilla y colocado en un envoltorio de juego flash del 2010. Y esto no lo digo como un insulto: Hay mucho valor en los juegos sencillos con los que pasábamos el rato hace ya una década. Esa pureza por diseñar una jugabilidad fresca rodeada de un diseño desenfadado puede resultar interesante. Pero creo que este título tiene eso, reminiscencias. Aunque es un diseño que se ha buscado de forma consciente, no creo que hayan sido certeros en la ejecución.

Nuestras conclusiones sobre TROM

TROM es un juego que se disfruta en sesiones cortas, ideal para acompañar un café y descomprimir después de un día de estudio o trabajo. Su formato es accesible y no demanda un compromiso prolongado por parte del jugador, lo que lo hace perfecto para disfrutar de manera casual. Si estuvisteis atentos al párrafo inicial, sabréis que este juego se disfruta mucho mejor en formato Switch o con un Steam Deck. Poder enfrentarse a un nivel mientras hacemos otra cosa, ponerlo en pausa y demás beneficios de la portabilidad lo hacen, sin duda, mucho más interesante.

No obstante, esta misma simplicidad también puede percibirse como una limitación, especialmente para aquellos que buscan una experiencia más profunda y envolvente. Su carácter efímero y falta de carisma pueden ser aspectos a mejorar en futuras entregas y estaré atento. Porque un buen puzzle nunca pasa de moda y me gusta ver cómo los estudios independientes siguen manteniendo ese espíritu.


Fanáticos del Hardware otorga la medalla de BRONCE a TROM

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