Pues ya esta aquí, la previa a la conferencia del E3, intuimos la sorpresa del regreso de Sebastián Castellanos. Además con un buen derroche de información que se ha repartido distintos portales y por supuesto la posibilidad de ir reservando este título tan esperado.
Lo primero que debemos valorar: Shinji Mikami padre de la criatura, no ejercerá de director creativo, aunque quienes seguíamos de cerca el nuevo juego de Bethesda no nos sorprende. Pese a todo esta fuertemente vinculado a esta secuela, en un papel secundario, de productor ejecutivo. Ahora el testigo pasa a manos de quien fuese el director del contenido descargable, su nombre: John Johanas.
Aunque la secuela a lo visto en los primeros tráiler, la esencia se mantiene intacta, parece que ahora tendrá un componente oriental en el desarrollo. Hay que recordar que el primer videojuego, conservaba influencias muy occidentales, pues la secuela, hará lo posible por acercarnos al terror oriental conocido.
Esperemos que esta nueva etapa revitalicen con mayor eficiencia el survival horror, ya que en el anterior, exceptuando los primeros compases se olvidaba rápidamente. El argumento ahora tiene mayor peso en su protagonista, siendo una historia de redención personal. Nuestro personaje lidiará con el dolor personal y la pérdida, recordemos que en la primera entrega, ya se había tratado este mismo tema de forma superficial.
En lo que respecta a los enemigos, contará con una buena variedad de engendros venidos de la mente más perturbada. Uno de los confirmados, se trata de un monstruo que tratará de fotografiarnos ¿Será por qué nos encuentra tan bello? Lo que esta claro, que nos pondrán las cosas difíciles y que contaremos con poderosos jefes finales de enorme tamaño.
La jugabilidad también ha sufrido cambios, podemos encarar la acción de dos formas: perpetrando con la acción a todos los enemigos que nos encontremos o en sigilo poniendo trampas y obstáculos para que no nos detecten. Solo esperemos que no sea tan energético y se centren en el terror, ya que en el anterior parecía que se olvidaron de lo más importante: horrorizarnos.