Hannspree nos ofrece cinco consejos para ahorrar dinero en la compra de un monitor gaming. La marca recomienda hacer concesiones en factores como la resolución o la tasa de refresco sin que tengamos que renunciar a sacarle todo el partido a nuestro PC o a las consolas de nueva generación: PS5, Xbox Series X y Series S.
Adáptate a la resolución que ofrece tu tarjeta gráfica
Lo primero que debemos tener en cuenta es la resolución del monitor, lo que depende completamente de lo que nuestra consola o la tarjeta gráfica de nuestro PC sea capaz de hacer. No tiene sentido hacerse con un monitor 4K si nuestro sistema solo puede alcanzar los 1080p. Si estáis pensando en obtener una buena relación calidad-precio por vuestro próximo monitor, puede que la resolución 4K no sea la opción más recomendable.
Apostar por los 1440p, o 2K, es todo un acierto para sacar partido de los juegos actuales, obteniendo más detalles visuales y una tasa de fotogramas más alta. Es un buen rango para establecerse con tarjetas gráficas de gamas medias y altas, ya que al situar el techo en los 1440p podremos balancear mejor los assets para la carga gráfica en los juegos.
La experiencia sigue siendo excelente sin pasar los 144 Hz
Para la mayoría de los jugadores, la relación 1440p y 144 Hz de un monitor puede resultar superior en lugar de 1080p y 240 Hz. La realidad es que el beneficio obtenido en ese extra de refresco es marginal, si bien todos los juegos se verán mucho mejor a 1400p que a 1080p. Siempre hay excepciones, como el caso de los jugadores de eSports, pero para el público general es importante hacer un buen balance que también repercuta en el precio.
El tiempo de respuesta es importante, pero no decisivo
Otro factor importante al adquirir un monitor gaming son los tiempos de respuesta, es decir, el tiempo, medido en milisegundos, entre el final del renderizado del frame por parte de la GPU hasta que nuestros ojos ven la imagen en pantalla. Muchos monitores tienen un tiempo de respuesta de 5 ms o 4 ms, lo cual es aceptable, aunque 1 ms, o incluso menos, es lo más adecuado para jugar. Es un apartado donde podemos realizar una concesión sin miedo a que nuestra experiencia de juego se vea afectada, a no ser que busquéis respuestas instantáneas en juegos online.
Un panel VA es más económico e igual de espectacular
Comprar un monitor implica fijarse en aspectos como la resolución o la tasa de refresco, pero las consideraciones van más allá. Es muy importante prestar atención al tipo de panel para asegurarse una adecuada precisión de los colores, unos negros profundos o unos buenos ángulos de visión. Actualmente, los paneles VA han logrado igualar las ventajas de los populares IPS e incluso ser superiores en algunos aspectos.
VA es un panel LCD con retroiluminación LED que ofrece buenas relaciones de contraste, por lo que podemos esperar colores vibrantes y una fiel reproducción del color. Asimismo, destaca especialmente en las sombras gracias a los negros profundos, un apartado donde supera con claridad al IPS, dado que éste no logra alcanzar la pureza del negro. ¿Lo mejor? Los paneles VA son notablemente más económicos que los IPS.
Un monitor más grande no siempre se ve mejor
Para ahorrar dinero al comprar un monitor gaming, también debemos fijarnos en las pulgadas como un factor determinante. Las recomendaciones varían según la distancia a la que juguemos; no obstante, si hablamos de un monitor de 32 pulgadas y una resolución de 1080p, la densidad de píxeles será muy baja y, por tanto, habrá menos detalles y nitidez. Es más recomendable un monitor un poco más pequeño y una resolución más alta para obtener resultados mucho más satisfactorios al jugar.
