Hemos llegado a un punto de inflexión. Después de que AWS fuera pionera en la tecnología en la nube hace más de 15 años, la infraestructura de la nube ha evolucionado hasta un punto en el que estamos viendo que el cloud llega prácticamente a cualquier lugar del planeta, e incluso al espacio. La nube ha permitido que lo que antes era ciencia ficción se convierta en realidad. Los modelos y las técnicas en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático han mejorado cada vez más, hasta el punto de que vemos surgir nuevos tipos de casos de uso que antes solo imaginábamos en las películas y los cómics.
Estamos entrando en una fase en la que los datos son abundantes, el acceso a ellos es casi instantáneo y nuestra capacidad para darles sentido de formas nuevas es prácticamente automática. Pero esta tecnología no sustituye a los seres humanos, sino que aumenta la forma en que nos relacionamos con el mundo. 2022 será un año apasionante para la tecnología, que nos hará avanzar a todos, y a nuestro planeta, en el proceso.
Predicción uno: El desarrollo de software con ayuda de la IA se afianza
El desarrollo de software es un proceso creativo, pero con muchas tareas repetitivas. En 2022, el aprendizaje automático (machine learning) comenzará a desempeñar un papel muy importante en el aumento de los flujos de trabajo de los desarrolladores de software, ayudándoles a crear un código más seguro y fiable.
Desde la llegada de la nube, hemos visto a empresas de todo el mundo ofrecer nuevas ideas a sus clientes a escala más rápido que nunca. Sin embargo, incluso con esta aceleración en la entrega de productos, la gente sigue dedicando una cantidad desproporcionada de tiempo a un área de la tecnología: el desarrollo de software.
Si bien es cierto que se han producido mejoras en los lenguajes de programación, los kits de herramientas de desarrollo de software (SDK) y otras herramientas que permiten a los desarrolladores ser más eficientes, todas ellas han sido evoluciones menores. No se han producido los grandes saltos que hemos visto en otras áreas de la tecnología… todavía. En los últimos años, hemos empezado a ver cómo se sientan las bases de lo que será el futuro del desarrollo de software. Herramientas como Amazon DevOps Guru, Amazon CodeGuru, GitHub Copilot y GPT-3 son los primeros pasos de lo que considero el futuro del desarrollo, donde el aprendizaje automático se utiliza en los flujos de trabajo de desarrollo de código y operaciones de software para ayudar a los desarrolladores a ser más eficaces. En los próximos años, creo que veremos una explosión de capacidades en este ámbito.
El aprendizaje automático liberará a los desarrolladores de las tareas mundanas de su trabajo, como las revisiones de código y las correcciones de errores —el trabajo pesado y no diferencial de su mundo— y les permitirá centrarse más en la creación. La misma tecnología nos ayudará a escribir sistemas sofisticados más rápido que nunca y de forma que se abra la puerta a una nueva clase de desarrolladores. Imagina una situación en la que un desarrollador describe cómo quiere que funcione una aplicación, y entonces las herramientas interpretan la petición mediante el procesamiento del lenguaje natural y devuelven un código completamente funcional. En el back-end, las técnicas de aprendizaje automático también comprobarán los errores del software y verificarán continuamente que este hace lo que se supone que debe hacer. Este tipo de desarrollo de software asistido por el aprendizaje automático cambiará las reglas del juego al permitir que más personas de una organización ayuden a definir y crear software y productos basados en software. A largo plazo, este mismo enfoque de que el aprendizaje automático nos libera para crear más se utilizará en todo tipo de áreas. Veremos cómo las técnicas de IA generativa crean cada vez más películas, música y literatura. De igual manera, esta tecnología también empezará a desempeñar una función en la detección de contenidos falsos, estafas y fraudes. 2022 es el año en el que la IA/el aprendizaje automático asume la carga pesada en la vida de los desarrolladores.
Predicción dos: El borde de la nube ubicua
La nube se extenderá a todos los lugares a través de dispositivos creados para ello y soluciones especializadas. En 2022, veremos cómo estas soluciones aportan toda la fuerza de la nube para transformar almacenes, restaurantes, tiendas minoristas, granjas, etc.
Cuando hablamos de la cadena de suministro y el transporte, nos referimos al último tramo de un viaje como la «última milla». Es el tramo final hasta tu puerta. En el comercio electrónico, es una parte del viaje que supone un reto, ya que hay muchas variables en función de la ubicación. Por ejemplo, piensa en la diferencia entre entregar un paquete a un cliente en una calle atestada en Tokio o entregarlo en una carretera rural de Estados Unidos. En Amazon, estamos desarrollando soluciones especializadas para este último tramo de entrega, con innovaciones como Amazon Scout, un dispositivo de reparto autónomo totalmente eléctrico. La nube tiene sus propios retos en sus «últimos metros», y preveo que se avecinan diversas innovaciones para contribuir a resolverlos.
Durante los últimos 15 años de AWS, hemos creado una impresionante infraestructura global que abarca más de 26 regiones geográficas y 84 zonas de disponibilidad en todo el mundo, con más de 310 puntos de presencia para dar servicio a 245 países y territorios. Pero ahora estamos viendo servicios en la nube que van más allá de los límites de nuestras Regiones de AWS tradicionales y llegan a los extremos de la red, o, como en el comercio electrónico, a la última milla de la entrega.
Ya hemos visto que la nube está prácticamente en todas partes. El cambio al que asistiremos en 2022 será que la nube se especializará mucho en los extremos de la red. Para aprovechar plenamente las ventajas de la nube en talleres y almacenes, en restaurantes y tiendas minoristas, o en lugares remotos, deben existir soluciones a medida en el borde (Edge). Los homólogos de Amazon Scout en la nube son dispositivos como Amazon Monitron y AWS Panorama, dispositivos creados específicamente y que llevan las capacidades de la nube a los extremos de la red para hacer un trabajo específico. Aportan toda la alta seguridad, las funciones avanzadas y la velocidad de entrega de la nube, pero pueden llegar a casi cualquier rincón del mundo. Sin embargo, en lugar de ser cajas aisladas en algún lugar, estos dispositivos se convierten en verdaderas extensiones de la nube con un enlace a todas sus capacidades principales.
Lo que veremos en 2022, y aún más en los años venideros, es que la nube se acelerará más allá del modelo tradicional de infraestructura centralizada y se adentrará en entornos inesperados donde se precisa tecnología especializada. La nube estará en tu coche, en tu tetera y en tu televisor. La nube estará en todo, desde los camiones que circulan por la carretera hasta los barcos y aviones que transportan mercancías. La nube estará distribuida globalmente y conectada a casi cualquier dispositivo o sistema digital en la Tierra, e incluso en el espacio.
Predicción tres: El auge de los espacios inteligentes, especialmente en la atención a los mayores
En 2022, nuestras casas y edificios se convertirán en mejores asistentes y en compañeros más atentos para ayudarnos de verdad en nuestras necesidades más humanas. El mayor impacto en los próximos años se registrará en las personas mayores.
Una de las cosas que más me inspiran de la tecnología es su papel en la resolución de problemas humanos realmente difíciles. Después de años de reunirnos con clientes de todo el mundo que utilizan la nube para hacer precisamente eso, tuvimos la idea de empezar a documentar sus historias a través de un programa denominado Now Go Build. Uno de los clientes inspiradores que presentamos en el programa fue una empresa japonesa llamada Z-Works, que se dedica a mejorar el cuidado de la tercera edad y a ampliarlo mediante la tecnología.
El problema al que se enfrentaba Z-Works era cómo ofrecer un cuidado inteligente y atento a las personas mayores en Japón cuando cada vez hay menos personas disponibles para hacer ese trabajo. La solución a la que llegó esta empresa fue instalar sensores en las camas y en todas las habitaciones de las residencias de ancianos y conectarlos todos a la nube para el análisis continuo de datos. Los conjuntos de sensores no solo controlan las constantes vitales. Puesto que ejecutan modelos de aprendizaje automático entrenados en la nube, los sensores también pueden saber si una persona va al baño y sencillamente no vuelve. En ese caso, el sistema puede avisar a la persona que esté de guardia para que compruebe que el residente está bien. En esencia, se trata de una respuesta muy humana posibilitada por un espacio muy inteligente. La gente lo haría naturalmente si fuera consciente de la necesidad. En este caso, los modelos de aprendizaje automático, alimentados por un flujo de datos privado y seguro, llegan a una acción igualmente inteligente para señalar a las personas. Nos estamos acercando a un punto en el que conceptos como la computación ambiental, las colecciones de sensores del Internet de las Cosas, la recopilación y el procesamiento de datos en remoto/móviles en los extremos, y los dispositivos inteligentes como Amazon Alexa tendrán el impacto positivo que siempre supimos que tendrían.
En los próximos años veremos cómo los espacios inteligentes cobran vida en diversos entornos, pero ninguno con mayor impacto que el cuidado de los ancianos. Será una combinación de las tareas sencillas que cabría esperar —desde atenuar las luces, cerrar las puertas y apagar el horno si alguien se olvida— hasta las cosas más contextuales y proactivas que puede hacer la tecnología: formular preguntas cuando los patrones de vida normales se desvían y poner en marcha soluciones de sentido común cuando es necesario. Esto dará lugar a un mejor cuidado de las personas y, en el caso de una población envejecida, significa que crearemos una nueva clase de hogares para que la gente pueda quedarse en casa.
Predicción cuatro: La sostenibilidad tiene su propia arquitectura
En 2022, los desarrolladores empezarán a tomar decisiones teniendo en cuenta la sostenibilidad en relación con los sistemas y aplicaciones que construyen. Buscarán nuevos enfoques para las arquitecturas en la nube que optimicen las necesidades del planeta, así como las de los usuarios finales.
Como desarrolladores, estamos formados para pensar en cómo optimizar nuestras arquitecturas en función de factores como la seguridad, el rendimiento, la fiabilidad y el coste. En 2022, podemos añadir la sostenibilidad a esa lista. Lo que empezaremos a ver en los próximos años es que los desarrolladores asumirán un papel activo en la construcción de arquitecturas que tienen presente la sostenibilidad para contemplar no solo los problemas que resuelven, sino también el planeta.
Como consumidores, llevamos mucho tiempo queriendo que nuestros vídeos y nuestra música se transmitan con mayor calidad, que nuestras páginas web se carguen más rápido y que podamos almacenar cada vez más fotos, pero la gente también está empezando a darse cuenta de las repercusiones que esta comodidad puede tener en el medio ambiente. ¿Necesitan realmente los consumidores que la descarga se realice lo más rápido posible o podemos ayudarles a tomar decisiones informadas sobre el almacenamiento de un activo de forma que genere menos emisiones de carbono con una pequeña penalización en la velocidad de descarga? Del mismo modo, ¿podemos ofrecer la posibilidad de transmitir un vídeo en una calidad ligeramente inferior a 4K para reducir nuestra huella de carbono y, al hacerlo a escala, ejercer un impacto positivo en el planeta? Las arquitecturas sostenibles tendrán en cuenta este tipo de decisiones.
Los desarrolladores asumirán un papel activo en la reducción de la huella de carbono de sus aplicaciones. Esto ocurrirá en una variedad de ocasiones, como a la hora de tener en cuenta en qué lugar del mundo deciden ejecutar sus aplicaciones para aprovechar la energía verde de la red, considerar el tiempo necesario para procesar una tarea o incluso especificar el conjunto de chips que utilizan. Cuando se opera a escala de red, los pequeños ahorros pueden llegar a tener un gran impacto. También empezaremos a ver a los desarrolladores plantearse más el poder de la desconexión de recursos. «Siempre encendido» es un mantra con el que muchos construyen, pero tiene un coste. Al considerar los recursos disponibles necesarios para una arquitectura que siempre está activa, podemos empezar a ver cómo surge un nuevo mantra: «la energía más ecológica es la energía que no utilizamos». Esto no significa que no hagamos arquitectura para una alta disponibilidad; solo implica ser más conscientes de la sostenibilidad en nuestras decisiones de arquitectura.
Seamos claros: la tecnología utiliza energía, y en AWS nos comprometemos a tomar decisiones inteligentes en materia de infraestructura. Vamos camino de funcionar con un 100 % de energía renovable en 2025, cinco años antes de nuestro objetivo original de 2030. Pero hacer que la nube funcione con el viento, el sol o la energía hidráulica es solo una parte de la responsabilidad de sostenibilidad que debemos asumir los desarrolladores y, en realidad, cualquier persona que dirija una empresa. Es una responsabilidad compartida y un esfuerzo que los clientes, los empleados y los empleados potenciales exigirán cada vez más.
Predicción cinco: Una nueva ola de conectividad dará lugar a una nueva clase de aplicaciones
Los satélites de órbita terrestre baja (LEO) están llamados a llevar la banda ancha asequible a todos los rincones del planeta. Esto cambiará la vida de miles de millones de personas, ya que profesores, estudiantes, pequeñas empresas y prácticamente cualquier persona se conectará a Internet.
En los próximos cinco años, más de 20.000 satélites se desplegarán en LEO sobre nuestro planeta. Entre ellos habrá unos 1.500 del Proyecto Kuiper de Amazon, una red de satélites con el objetivo de suministrar banda ancha rápida y asequible a las comunidades desatendidas e infra atendidas de todo el mundo. (El primero se pondrá en órbita previsiblemente en otoño de 2022). Lo que considero que se avecina con esta banda ancha a escala planetaria es toda una nueva clase de aplicaciones que se beneficiarán de ella.
En la actualidad, la mayoría de las aplicaciones digitales están limitadas por la red existente, diseñada para velocidades de bits bajas o conectividad intermitente. En algunos casos, disponemos de aplicaciones y sistemas digitales diseñados para funcionar sin conexión, pero suelen quedar obsoletos rápidamente o tener una funcionalidad limitada en comparación con sus homólogos conectados. Piensa en un navegador GPS tradicional en comparación con el uso de una aplicación móvil en el teléfono. Pero, ¿qué ocurre cuando ya no hay limitaciones de conectividad, ancho de banda o alta latencia? Un mundo de posibilidades sin explotar se hará realidad cuando la conectividad asequible llegue a estos lugares. Introduce los satélites LEO.
Con la conectividad omnipresente, empezamos a desbloquear casos de uso que simplemente no son posibles hoy en día. Trata de imaginar lo que sucede en los colegios cuando todos los niños pueden utilizar las mismas herramientas de aprendizaje, o cuando las pequeñas y medianas empresas se hacen con las herramientas digitales que necesitan para ganar más clientes, expandir sus negocios y crear puestos de trabajo en las comunidades rurales y remotas de todo el mundo. Podemos supervisar más fácilmente los esfuerzos de reforestación en lugares remotos, y hacer un mejor seguimiento y tomar medidas más rápidas en situaciones catastróficas como incendios e inundaciones. Las grandes empresas con activos en remoto —como instalaciones solares, equipos pesados o edificios lejanos— podrán optimizar el uso y el mantenimiento de esos activos. Las empresas de transporte con vehículos, aviones y embarcaciones en movimiento tendrán acceso a flujos de datos continuos subidos a la nube, y a actualizaciones periódicas descargadas en los vehículos y embarcaciones por tierra, mar y aire. La conectividad ubicua nos llevará de los espacios inteligentes a las ciudades inteligentes, los países inteligentes y, finalmente, hacia un mundo inteligente.
Por Dr. Werner Vogels, VP y CTO de Amazon.com